Nacionalismo

El problema a resolver es que la ciudadanía no dependa de las tribus, sino del Estado

Los de Santiago Abascal y los de Carles Puigdemont son tan puros que no soportan compartir sociedad

Uno de los aspectos más desalentadores de la política reciente es el énfasis en las identidades

Resulta más defendible la idea de Estado español que la de idea de España

Estaría bien que los mismos que han votado a favor de nacionalizar las comunidades autónomas no renegaran de ello

No sabemos explicarnos cómo durante tanto tiempo un poder autonómico ha podido burlarse de la ley, educar en el odio y hacer un uso brutalmente faccional de las instituciones

La herramienta más poderosa para crear ese ‘estar bien en común’ que fomenta la cohesión, la solidaridad y la lealtad es, sigue siendo, el modelo europeo de Estado social de derecho

Ayer me pareció entrever y medio oír una noticia según la cual un señor se quejaba de que la Guardia Civil le visitaba sin llamar al timbre

Algo no funciona bien con los posesivos. Cabe la posibilidad de que no tenga derecho a llamar mi país a la tierra que piso

Redúzcase a una tercera parte el sueldo de sus señorías cuando no están gobernando. Verán como hay Gobierno en dos meses

Cayetana Álvarez de Toledo es hoy una frontera, como lo son, por ejemplo, muchos vecinos de Alsasua o de Gernika, entre la desmemoria y la estupidez

Que un ministro español (o sea, ay, estatal) jalease cualquier producto con el lema "Fuck Catalonia", sería considerado por Jordà, Torra y compañía como un delito de lesa patria

Siempre que el nacionalismo no saque su horrible cabeza, no está mal que uno añore la lengua que perdió, los pueblos o barrios de los juegos infantiles, el colegio donde estudió y los ritos familiares entre los que creció

Con Trump en la Casa Blanca y Boris Johnson en Downing Street, bajo la sonrisa benévola de Putin, es hora de lavar la cara al nacionalismo

El rechazo a la ciencia y la ascensión de los nacionalismos autoritarios están conectados

En esta era de Trump, Bolsonaro y Salvini, los testimonios de judíos aplastados por el nazismo resuenan fuerte

No hay interlocutor político en Cataluña fiable y serio, y lo más importante: que sea representativo de la sociedad catalana en su conjunto. En la fórmula clásica del catalanismo, cultura y política eran inseparables