Feria de San Isidro

Una vez más, Daniel Luque manejó el capote con soltura y gracia El Cid recordó naturales largos y sentidos en una faena sin fundamento

La corrida fue para irse. Los toros, de un comportamiento ‘esaborío’, fueron mansos y descastados

Triste y pobre balance de una soporífera Feria de San Isidro

<B>Martín/Moreno, Bautista, Fandiño</B> "la nobleza del segundo se quedó con la sola recompensa de la ovación en el arrastre"

Los seis toros presentaron una estampa impresionante, serios, muy serios

<b>Frascuelo, Garibay, Castaño</b>. Imposible corrida, desde el primero hasta el último, a pesar del espejismo del último

<b>Aparicio, El Fandi, Perera</b>. No es una buena noticia la retirada de un torero en sus horas bajas

El novillero toreó como los ángeles con capote y muleta. Le acompañaron un Durán tristón y un Castaño valiente

<b>Spínola, Marín, Pinar</b>. Se ha hecho esperar, pero, por fin, la casta y la bravura se hicieron presentes ayer en el ruedo madrileño

"Otro embuste a este público silencioso y generoso que aguanta lo que le echen, aunque venga envuelto en papel de mentira".

El festejo fue un pestiño, pero no por la ausencia de triunfos, que no los hubo, sino por esa sensación malsana de lo que carece de ilusión, de alma, de ángel, de aroma y de torería

Un grande del toreo, un diestro superlativo, se retiró el jueves cabizbajo tras escuchar el tercer aviso

Lo que está claro es que este diestro parece dispuesto a barrer a todo el que se le ponga por delante

Es difícil hacer mejor la suerte de picar Se colocó donde debe, frente por frente a la puerta de chiqueros

Llovía tanto que se aplazó durante 15 minutos y cuando se abrió el paseíllo el ruedo era una piscina

Misterio el de los toros de Fermín Bohórquez: en general no lucían presentación ni belleza y, encima, estaban inválidos y ayunos de calidad

Y en corrida tan descastada y airada surgió la chispa en el tercio de varas del tercero. Montaba a caballo José Ney Zambrano

Y otro año más en una novillada plena de emoción casi de principio a fin Novillos de tres hierros distintos, dificultosos todos, pero que derrocharon casta

"Otra corrida para la desesperación, inválida, descastadísima, sosa, sin hálito de codicia"

Un insoportable aburrimiento de una corrida, de esas de las que sales con dolor de huesos