Doce campanadas por el 2025
Va una selección personal de eventos que sacudieron a México este año. Cada uno puede tener antecedentes y duraderas repercusiones


Fue un año del diablo. Doce meses marcados por actos criminales sin caridad alguna y conductas que desprenden el azufre de la corrupción. Y por tragedias donde la precariedad de los más pobres es castigada por lo que algunos llaman accidente, mala suerte o desastre natural.
Va una selección personal, tan arbitraria como discutible, de eventos que sacudieron a México en el 2025. Una docena de sucesos que plagaron el ánimo. Cada uno puede tener antecedentes y duraderas repercusiones. Casi todas están lejos de volverse irrepetibles o únicas.
Inicio con el más singular, porque a veces lo aparentemente trivial se revela, de una caprichosa manera, como retrato perfecto y síntesis de otros muchos problemas. ¿Quién nos iba a decir que un concurso de belleza —tan popular como anticuado— nos desnudaría?
Primera campanada. En noviembre la joven tabasqueña Fátima Bosch se volvió famosa internacionalmente al no permitir que le maltrataran en uno de los ensayos de Miss Universo. Fueron sus cinco minutos de gloria, porque tras ganar el primer lugar, su cetro se vería opacado. ¿Por quién? Por Raúl Rocha, codueño de Miss Universo y empresario que en 2011 vio arder su casino, el Royale en Monterrey, donde murieron abrasadas 52 personas. Desde antes de que Bosch ganara la tiara, cayeron sospechas de presiones de Rocha a favor de su connacional. El escándalo escaló: pocos sabían que Rocha negociaba impunidad con la fiscalía por graves delitos. El año acabó como un mal cuento donde nadie pregunta a la princesa por sus sueños, sino por los presuntos lazos criminales del patrocinador de la pasarela, que encima luego es visto en París. Más representativo, imposible.
Si ese fue el colofón, enero vio unas primeras protestas ciudadanas por víctimas inocentes en la Sinaloa de la guerra narco entre exsocios, pugna que sacude las últimas horas del año a pesar de más de 2.300 asesinatos desde 2024. Otro fin de año sin paz en aquel Estado.
En temas político-económicos, nada marcó el año como el puño de Trump. Su retorno a la Casa Blanca es amago de aranceles, espada de Damocles para todo fin: lo mismo designa a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas que amenaza con intervenir.
La primavera no trajo mejores aires. En marzo el colectivo Guerreros Buscadores descubría el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco. Zapatos y prendas por montones generaron pesadillas de holocausto a familiares de desaparecidos. Campo de exterminio o de entrenamiento, se volvió la bizantina discusión. ¿La realidad? Que en Jalisco, y en todo México, el dolor por los raptados solo fue noticia mayor en ocasión de ese predio jalisciense. Esa agenda está enterrada.
En mayo una influencer fue asesinada en plena transmisión de TikTok. Una puerta nueva al horror. Y aunque no se han de homologar, porque podrían tener diversas explicaciones, vale decir que este año fueron múltiples los personajes de redes sociales ejecutados.
Pocas imágenes más descorazonadoras que la del buque escuela Cuauhtémoc estrellándose en mayo en el emblemático puente de Brooklyn, en Nueva York, dejando un saldo de dos marinos muertos. ¿Y la explicación? El pesar nacional por los fallecidos y por la honra de la Marina merece que no se ahogue la rendición de cuentas.
Festividades religiosas fueron escenario de masacres en Guanajuato, apenas una nueva modalidad de las matanzas sin cesar en ese Estado. Si una entidad parece resistir el cambio de estrategia anticrimen, esa es la de la cuna de la independencia.
Si se habla, en cambio, de ejecuciones de “alto impacto”, la Ciudad de México fue sacudida por demasiadas, pero ninguna como el asesinato de dos colaboradores clave de la jefa de Gobierno, Clara Brugada, en pleno Tlalpan. Tan duro el hecho como hasta hoy el silencio del móvil.
En Michoacán mueren soldados por bomba, alcaldes por racimo, varios productores y un coche bomba explota. La extorsión en las zonas limonera y aguacatera es un cáncer sin cura, sexenio tras sexenio.
Junio se sacude por el escándalo del crematorio de Ciudad Juárez donde son descubiertos 381 cadáveres amontonados. Cualquier historia que hable de cuerpos insepultos se queda corta ante el drama de familias que, habiendo recibido unos restos, hoy no saben si dieron sepultura a su ser querido o a otra persona.
En septiembre, en Ciudad de México, tierra de tragedias, explota una pipa de gas, con saldo de 32 muertos. El caso exhibe una vez más la vulnerabilidad de los capitalinos pobres. Y en octubre, torrenciales lluvias en cinco Estados, particularmente en Veracruz, anegan a miles de desamparados. Insisto: ojalá dejemos de llamar a eso accidente o desastre natural. Es estructural.
Llegó la moda del desvisadero: Estados Unidos quitó visas al entonces marido de la gobernadora de Baja California y, a finales de año, a un alto funcionario de Aduanas que ya había sido señalado por prepotencia y ostentación de joyas. Allá saben algo que acá no.
La docena de cosas reseñadas obvian aspectos de la disputa política y decisiones oficiales. Son todas de tal naturaleza que podrían ocurrir esté quien esté en el poder… o no. El tema es que excluir los cotilleos de la grilla quizá ayude a ver lo atroz o revelador de los puros hechos.
Porque si en el recuento se agregara el verano del destape morenista en que se volvió broma la aspiración a vivir fuera de lujos y extravagancias, la promesa de ceñirse a una vida de honrada medianía; si se incluyeran las suspicacias de que Adán Augusto López nunca supo que nombró de jefe de la policía en Tabasco a un presunto narco; si se hablara de los nepobabies del bienestar… no acabamos.
Mejor terminemos con una nota bene, líneas sobre noticias que contrastaron por su luminosidad:
El 2025 nos trajo el premio Princesa de Asturias para la fotógrafa Graciela Iturbide, la proeza ciclística europea de Isaac del Toro, los dobles bicampeonatos diablos: el del Toluca en el fútbol mexicano, el del México en la liga mexicana de béisbol… ¿Ustedes qué agregarían a lo bueno? Seguro hay mucho más que cosas demoníacas.
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