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Detenido Jorge Armando ‘N’, uno de los presuntos autores intelectuales del asesinato del alcalde Carlos Manzo

El Gabinete de Seguridad identifica al sospechoso de ordenar el ataque a balazos que terminó con la vida del político de Uruapan, junto a los dos otros atacantes que aparecieron asesinados días después

Así fue el anuncio de la detención. Foto: Gobierno de México | Vídeo: EPV
Micaela Varela

Las investigaciones para esclarecer quién estuvo detrás del asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo han dado nuevos resultados. El Gabinete de Seguridad ha informado este miércoles de que han identificado y detenido a Jorge Armando ‘N’ como presunto autor intelectual del homicidio ocurrido en plenas celebraciones del Día de Muertos en su municipio. El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, ha anunciado que el detenido es uno de los líderes de la célula delictiva que orquestó el ataque y que su jefe es Ramón Ángel Álvarez Ayala, alias El R1, del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Jorge Armando ‘N’, detenido en la colonia Centro de Morelia, será investigado por ordenar y planear el ataque a balazos contra Manzo, quien había levantado la voz contra el régimen del terror del crimen organizado en Michoacán y había pedido más apoyo al Gobierno estatal y federal en materia de seguridad. Los escoltas del alcalde consiguieron abatir a su asesino justo después de que este disparara hasta seis veces contra el cuerpo del presidente municipal en una plaza céntrica, rodeado de sus guardaespaldas y de la muchedumbre que le acompañaba. El tirador era Víctor Manuel Ubaldo, un adolescente de 17 años, originario de Paracho, que según el fiscal del Estado, Carlos Torres, era adicto a la metanfetamina y se había ido de casa una semana antes del ataque.

Las investigaciones también han identificado a los otros dos agresores que acompañaron a Ubaldo a esa noche, Fernando Josué ‘N’ y Ramiro ‘N’, cuyos cuerpos fueron hallados sin vida en la carretera Uruapan-Paracho. El fiscal Torres ha señalado que Ramiro contrató a sus dos compañeros y estaba en contacto por teléfono con Jorge Armando ‘N’, quien coordinaba el ataque a la distancia. Harfuch ha asegurado que los sospechosos estaban vinculados a una célula criminal, afiliada a un grupo delictivo de Michoacán afiliado al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que tiene una importante influencia en el Estado y se disputa con las mafias locales el territorio, especialmente el negocio de la extorsión y el narcotráfico. Jorge Armando ‘N’ ha declarado que responde ante su jefe, Ramón Ángel Álvarez Ayala, alias El R1, del CJNG. Este dato confirma el profundo y enraizado calado del grupo criminal en Michoacán, el mismo que la presidenta Claudia Sheinbaum pretende combatir con un plan de paz al que destinará 57.000 millones de pesos, algo más de 3.000 millones de dólares

Las autoridades ya habían vinculado a Ubaldo con el CJNG. Sin embargo, no aclararon cómo el grupo había reclutado al menor ni con quién mantuvo comunicaciones para planear el ataque a las 20.00 en el Festival de la Vela, un evento público de Uruapan. Ahora se apunta a que fue Ramiro quien contrató y enseñó a Víctor a disparar el revolver nueve milímetros que se usó para matar al alcalde, tal y como lo había hecho con otros reclutas novatos que se unían a las filas de su célula. Si no obedecían, les sometía a castigos físicos.

Cronología del asesinato

Las investigaciones han usado las imágenes del C5 disponibles en Uruapan, las cámaras de las calles y de comercios de la zona, entrevistas a testigos, vigilancia y seguimiento a los sospechosos para establecer el paso a paso del homicidio de Manzo.

Ramiro tenía antecedentes por usar armas de fuego y estaba vinculado con una célula criminal de Michoacán. Su asesinato, junto al de Fernando Josué, apunta a un silenciamiento, una forma de cortar el hilo conductor por parte de los autores intelectuales para evitar que las autoridades continuaran avanzando en las investigaciones, según ha apuntado Harfuch. Los cuerpos fueron hallados el pasado 10 de noviembre. Al día siguiente encontraron sus teléfonos móviles. Gracias al contenido de los dispositivos, pudieron localizar a Jorge Armando ‘N’.

Al analizar los mensajes de los celulares, los investigadores descubrieron un chat grupal en el que se planeó y coordinó cada detalle del asesinato. Ramiro era uno de los integrantes de ese chat, y allí se comunicaba con un sujeto al que llama Lic o Licenciado, presuntamente Jorge Armando ‘N’, quien ocupaba el rol de mando, emitía las instrucciones para acercarse a Manzo y apretar el gatillo.

El licenciado ordenó a través de mensajes a Ramiro y Fernando Josué, quienes acompañaron a Víctor, cómo colocarse en diferentes puntos para vigilar los movimientos del alcalde ese día. Ellos, obedientes, mandaron la ruta y los horarios del presidente municipal al chat. Ramiro, que era responsable de sus otros dos compañeros, les pidió que borraran los mensajes tras leer las instrucciones. Mientras tanto, él esperó en la plaza esa noche en Uruapan para coordinar el crimen. Harfuch ha relatado que Jorge Armando ‘N’ presionó a los jóvenes y les indicó que debían disparar a Manzo, independientemente de que estuviera acompañado o de quién le estuviera acompañando.

El sábado 1 de noviembre a las 18.06, Ramiro envió un video al grupo. Ahí se veía claramente la jardinera donde un par de horas más tarde caería el cuerpo de Manzo con las heridas de bala. En su mensaje, Ramiro les decía a sus compañeros que ya se encontraba en posición “para ubicar al cliente”, la forma en la que apodaron a Manzo durante la operación. A las 19.45, los tres sospechosos se comunicaron para advertirse de que el alcalde había llegado al Festival de Velas y que su presencia estaba siendo transmitida en vivo en redes sociales. Querían que el horror del ataque quedara grabado en tiempo real por los asistentes del evento que había inaugurado el alcalde momentos antes, micrófono en mano, con un niño pequeño en brazos.

Minutos después llegaron los disparos. Seis balazos que sembraron el caos y tornaron la noche de celebración en un punto de quiebre en la crisis de seguridad de Michoacán. Víctor Manuel se acercó al alcalde y con el brazo extendido apretó varias veces el gatillo. En pocos segundos, fue abatido por los escoltas de Manzo, quien ese día tenía a ocho personas resguardándolo, un grupo que él mismo había escogido y que era su “equipo de seguridad más personal”, según el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla. Su guardia era complementada por 14 elementos de la Guardia Nacional.

Ramiro envió a las 20.00 otro mensaje al grupo, informando que los agentes ya tenían retenido a su compañero Víctor y que Manzo estaba siendo atendido por sus heridas. También envió un video del lugar del crimen después del ataque, entre el caos de la gente que huía y los gritos de los allegados al alcalde. Unos 14 minutos después, Ramiro volvió a mandar un mensaje, esta vez para pedir al Licenciado que recogieran a su colaborador Fernando Josué. En el grupo les respondieron que debían buscar un escondite para evitar ser detenidos por las autoridades. Los dos compañeros se compartieron a través de videos de sus rutas de escape, pero días después fueron asesinados presuntamente por sus propios jefes y compañeros del grupo criminal para no dejar cabos sueltos.

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Sobre la firma

Micaela Varela
Es periodista de EL PAÍS en Ciudad de México. Nacida en Argentina y criada en Valencia, España. Graduada en la carrera de Periodismo en la Universitat Jaume I y máster de Periodismo en EL PAÍS. Escribe sobre derechos humanos, sociedad y cultura.
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