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El Quitavisas, la fiscalización de Christopher Landau a las redes mexicanas

El subsecretario de Estado retira permisos a través de X a quien critica a Estados Unidos y alimenta un debate sobre la soberanía y la libertad de expresión

Andrés Rodríguez

Christopher Landau, subsecretario de Estado de Estados Unidos, se presenta en la red social X como un defensor de la democracia. Un personaje que combina la imagen de Superman, un boy scout por excelencia, y una especie de vigilante como Batman, que usa su versión de la batiseñal, pero con el sello de la agencia que maneja la política exterior de su país proyectado sobre las palabras “El Quitavisas”. Su alter ego, con ayuda de políticos, periodistas, usuarios, bots y provocadores de ultraderecha, ha asumido la misión de revocar la autorización que esa nación otorga a todos aquellos ciudadanos extranjeros que él juzga van en contra de los intereses de Estados Unidos. Arlín Medrano, una activista mexicana propalestina, y Salvador Ramírez, excoordinador de Comunicación Social de Morena en la Cámara de Diputados, han sido objetivos recientes de esta práctica. Ambos coinciden en que Washington opera una maquinaria que busca criminalizar la disidencia o las diferentes ideologías.

Landau opera en X de forma draconiana con un estilo que se asemeja a la sociedad distópica descrita por George Orwell en su novela 1984. Su ojo orwelliano se fijó como objetivo los comentarios que “glorifican la violencia y el odio” por el asesinato del líder juvenil MAGA Charlie Kirk. “Me ha indignado ver a algunos en redes sociales elogiando, justificando o restando importancia al suceso, y he dado instrucciones a nuestros funcionarios consulares para que tomen las medidas pertinentes. Les ruego que me comuniquen cualquier comentario de este tipo realizado por extranjeros”, publicó en X.

Ramírez, de 26 años y nacido en Aguascalientes, asistió a una mesa de debate de una televisora nacional. Durante su intervención se refirió al homicidio de Kirk, aliado de Donald Trump, que recibió un disparo en el cuello durante un evento en la Universidad de Utah. El líder juvenil afín al republicano era un férreo defensor del derecho a portar armas y el entonces coordinador de Morena afirmó que “le dieron una cucharada de su propio chocolate, le dieron una cucharada a alguien que promovía el uso de armas”. Ante la ola de reacciones, incluyendo la de Landau, Ramírez renunció a su cargo y se disculpó públicamente al subsecretario de Estado y a los estadounidenses.

Ramírez ha reflexionado sobre lo sucedido hace algo más de un mes. Desde su departamento en Ciudad de México, cuenta a este diario que la reacción del Gobierno estadounidense no es algo personal, sino un “disciplinamiento directo, deliberado e injerencista” que el país vecino del norte está ejerciendo sobre México y Latinoamérica.

Sí, entona un mea culpa por sus afirmaciones. Dice que fue un error “ético y moral” de su parte, ya que se considera “muy humanista”, pero que sus palabras fueron “extremadamente sacadas de contexto”. Critica la postura de Estados Unidos que pregona un apogeo de la “libertad”. “¿Por qué Estados Unidos tiene que censurar lo que decimos en México, lo que decimos en nuestra región? No tendríamos por qué pensar si nuestras palabras van a molestarles. Es terrible. Si no decimos lo que ellos quieren, nos someten con este disciplinamiento moderno y digital”, complementa.

Ramírez no quiere hablar sobre su actual situación migratoria. Dice que sí recibió una notificación mediática, pero ninguna de manera oficial. “No he hecho la verificación porque he encontrado que la situación de mi visa no es el asunto más importante”, recalca.

Medrano, de 25 años y originaria de Nayarit, formó parte de la Global Sumud Flotilla —una misión que transportaba ayuda humanitaria hacia Gaza— y también tuvo un encontronazo digital con Landau en X. Tras arribar a México con los otros cinco connacionales tras ser repatriados desde Israel. La también estudiante de Ciencias Políticas y Administración en la UNAM declaró en sus redes sociales que EE UU es un país genocida que ejecuta una “limpieza étnica” contra los mexicanos, en referencia a las redadas para detener inmigrantes ilegales en ese país. La publicación provocó una respuesta inmediata de Landau con el anuncio de la revocación de la visa de la joven. Horas después, reafirmó su postura y señaló que “si decir la verdad me impide ingresar a su país, lo llevo como una medalla de honor”.

Medrano cuenta a este diario desde el antimonumento a Palestina “La Puerta de la Resistencia y la Vida”, colocado a un costado del Hemiciclo a Juárez, en la Alameda Central en Ciudad de México, que nunca volvió a solicitar una visa desde su deportación a los 12 años, cuando fue tratada como criminal junto a su madre solo por “buscar una mejor vida para sus hijas”.

“La visa verdaderamente no tiene una función. Entiendo que es fundamental para quienes tienen que ir a estudiar o trabajar. Nunca vamos a criminalizar ningún tipo de migración, pero sí es importante dejar de tenerle un peso tan relevante ir a Estados Unidos. Nadie migra por gusto. Siempre se migra por una necesidad que tiene que ver con la explotación del norte global hacia el sur global, que son nuestros propios países”, agrega.

Considera que la posición de Landau y Estados Unidos es “una misma maquinaria” que lo que busca es criminalizar las disidencias, las distintas maneras de pensar y las protestas, como en el caso de Palestina. “Hemos visto cómo las ultraderechas del mundo son intolerantes a la crítica y que al mismo tiempo genera una disyuntiva, una falta de acuerdo hacia lo que está pasando en el mundo. No solamente es Palestina, sino también nuestros hermanos migrantes, el sur global y lo que pasa en América Latina casi cada semana, donde tenemos distintas formas de intervencionismo”, afirma.

Medrano dice que es esencial entender la importancia que tienen las redes sociales, donde se ha hecho creer que las voces disidentes no importan, pero al mismo tiempo autoridades como Landau se pelean por “ser dueños de las mismas”. “Vemos cómo el algoritmo está tan sesgado, y al mismo tiempo el valor que tiene nuestras publicaciones, donde efectivamente sí somos escuchados por esos grandes tomadores de decisiones y la importancia de alzar la voz no solamente en las redes sociales, porque si bien son necesarias, no son suficientes, tenemos que salir a las calles, tenemos que protestar y tenemos que seguir buscando espacios de disidencia y de audiencias”, complementa.

Tanto Ramírez como Medrano coinciden que a pesar de la coyuntura política, con la presión arancelaria de Estados Unidos para imponer su agenda e intereses, el Gobierno de la presidenta, Claudia Sheinbaum, ha sabido navegar las turbulentas situaciones que le ha puesto delante la Administración Trump.

La Embajada de Estados Unidos en México, a través de un comunicado en X, ha buscado aclarar algunos puntos importantes sobre la cancelación de visas. Ha hecho énfasis que la visa “es un privilegio” y no un derecho. En la misma publicación indican que este permiso puede ser cancelado en cualquier momento cuando las circunstancias lo justifiquen. Explican que el Departamento de Estado puede cancelar una visa al considerar que su titular no cumple con las condiciones, tales como quedarse más tiempo del permitido en ese país, participar en actividades delictivas, representar un riesgo para la seguridad pública, involucrarse en actividades relacionadas con el terrorismo o apoyar grupos terroristas. “Por consideraciones de privacidad estas decisiones no se hacen públicas. Se informa directamente a la persona afectada”, afirma David Arizmendi, vocero de la Embajada de EE UU.

A pesar del escarnio en redes sociales que ambos han recibido, tanto por algunos sectores de la población, así como por personajes de la oposición a Morena, Ramírez considera que lo que le pasó a él o a Medrano, le puede pasar a cualquiera. Mientras, cada tanto surgen filtraciones sobre la cancelación de visas a funcionarios que agitan el avispero de la política mexicana. El Gobierno ha intentado echarle paños fríos a estas supuestas listas que circulan. Sin embargo, Landau no quita el ojo de la luz de su señal quitavisas, que todo lo ve para proteger los intereses de EE UU.

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Sobre la firma

Andrés Rodríguez
Es periodista en la edición de EL PAÍS América. Su trabajo está especializado en cine. Trabaja en Ciudad de México
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