El ‘caso Adán Augusto’ amenaza con manchar la bandera de renovación política de Morena
Claudia Sheinbaum se perfila como la única capaz de gestionar el escándalo de vínculos con el narcotráfico que afecta al líder del partido en el Senado


Adán Augusto López es uno de los líderes con más peso en el partido que gobierna México, Morena, y su jefe en el Senado. Ha sido aspirante a la presidencia y antes de eso secretario de Gobernación y, antes aún, gobernador de Tabasco. Desde ese territorio sureño ha saltado el escándalo que en estos días de julio echa brasas a la política en el país: a quien fue su secretario de Seguridad, Hernán Bermúdez, le persigue la justicia por vínculos con el narcotráfico. Le llaman Comandante H y se le acusa de ser el líder en Tabasco de la Barredora, una escisión del Cartel Jalisco Nueva Generación, con quien se viene peleando y dejando un rastro de violencia desconocido en el Estado. Al Comandante H le busca la Interpol y a quien fue su jefe, el senador López, los periodistas. Pero no hay forma de dar con ellos. Del policía se especula que podría estar muerto, el segundo aprovecha las vacaciones del Congreso para alimentar un silencio que ya pesa en el partido y que la presidenta Claudia Sheinbaum sugirió este viernes que rompiera cuanto antes. Y obedeció, con un escueto mensaje en redes en el que defiende su gestión en Tabasco y se pone a disposición de “cualquier autoridad” que solicite su presencia.
El mutismo del senador ha atizado las especulaciones en el ámbito policial y jurídico sobre sus responsabilidades en este asunto, a la par que se abren algunas certezas en el plano político: Morena está acusando uno de los mayores golpes en su corta vida como partido, con irradiaciones aún imprevisibles. Mayor incertidumbre existe sobre el papel que pueda desempeñar Sheinbaum ante un caso que cerca a uno de los hombres de mayor confianza de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador (se dicen hermanos), y quien ha jugado algunas malas pasadas a la presidenta en menos de un año que lleva de gobierno por sus manejos en el Senado en contra de políticas propias.
Completan el cuadro las exigencias que parten cada día de Estados Unidos para combatir el narcotráfico y sus colusiones con la política mexicana, que el presidente Donald Trump recuerda tan seguido, el pasado miércoles por última vez, cuando mencionó el “fuerte control” de los carteles sobre México y lo “petrificadas” que están las autoridades con ello, dijo. La reciente autoinculpación ante la justicia estadounidense de Ovidio Guzmán, hijo del Chapo, para rebajar su condena por crimen organizado y tráfico de drogas se ha interpretado en México como una colaboración que pondrá en aprietos a varios políticos en cuanto abra la boca. Todo son futuribles, pero la política mexicana está que arde este verano.

Con una oposición perfectamente anquilosada, el caso ha salido a la luz desde las filas del propio partido afectado. Javier May, actual gobernador de Tabasco, también morenista, lleva desde el año pasado insistiendo sobre el Comandante H y ha pedido a la población que digan lo que sepan de forma confidencial. Este asunto “ya tiene rato”, repite. “Ya está saliendo toda la pudrición”, añade su segundo en el cargo. A todo esto se han sumado las palabras del jefe militar en ese Estado, Miguel Ángel López, quien desveló una orden de detención contra el secretario de Seguridad cursada en febrero.
Viene del partido: “Es lógico que los golpes contra Morena vengan de su propio seno, ya lo advirtió la militancia, cuando reprochaba que metían gente de cualquier partido con tal de ganar el poder. La ausencia de oposición para capitalizar este escándalo quizá impida que caiga la popularidad de la presidenta, aunque Adán Augusto no es un morenista cualquiera” dice la analista política Paula Sofía Vásquez, quien opina que casos como este complican mucho tratar de convencer a Estados Unidos de que no hay narcoestados. “Sheinbaum tiene que elegir entre asumir responsabilidades y consecuencias que vienen del sexenio anterior para resguardar el legado de López Obrador o desmarcarse e investigar hasta donde sea necesario”, afirma. Vásquez ve en este caso el germen de peleas intestinas que podrían ir diciendo adiós al obradorismo para forjar, quizá, el claudismo.
Analistas de una y otra tendencia afirman que este golpe va directo al corazón del movimiento de la Cuarta Transformación, como se hacen llamar, que se fundó bajo unos preceptos de ética, honestidad y renovación del panorama político que vivía México. “Ahora es difícil que no les comparen con el enemigo contra el que lucharon, el presidente Felipe Calderón y su secretario de Seguridad, Genaro García Luna, el zar contra el narcotráfico, ahora encarcelado en Estados Unidos por ese mismo motivo: narcotráfico”, menciona el historiador del Colegio de México Humberto Beck. Y la analogía se repite por todas partes.
Coinciden todos, también, en que una exoneración jurídica de Adán Augusto, llegado el caso, tampoco le libraría de la responsabilidad del desgaste para su partido. “Demostrar que no sabía nada es muy difícil para él, y para todos, porque hay muchos indicios para pensar lo contrario, sin embargo, acusarle es muy sencillo”, explica la abogada y analista Vanessa Romero Rocha. “Es demasiado costoso para el partido que permanezca en su puesto, es imposible que se recupere de este golpe, que a buen seguro afectará también, como mínimo, a su círculo”, añade. Y Beck apostilla: “No hay manera de que salga bien parado”
En este punto, solo una figura, la de la presidenta, emerge como posible garante de las esencias del movimiento, la que puede sostener la confianza de las bases en los principios de la Cuarta Transformación. “Creo que es el fin de una etapa de Morena, dadas las implicaciones de Adán Augusto con el líder moral, López Obrador”, dice Beck. El senador tiene fijado en sus redes sociales al expresidente con el siguiente mensaje: “No hay mayor compromiso que el de trabajar para y con mi hermano”. “Sobre Sheinbaum recae la enorme responsabilidad de renovar la percepción pública del partido, no hay nadie más, porque es probable que otros gobernadores estén en situación parecida a la del senador. Sheinbaum tiene visibilidad y prestigio y aun así creo que les puede afectar en las elecciones de 2027”, afirma el historiador.

Romero Rocha no está tan segura de que López Obrador salga maltrecho de este lance, porque su popularidad sigue intacta y se ganó un aura cuasireligiosa entre la ciudadanía. Cree más bien que Sheinbaum, en defensa de la ética, “estaría obligada a prescindir de Adán Augusto, algo que quizá le vendría incluso bien”, pero es probable que el senador no quiera apartarse de su cargo, que le garantiza el fuero, en principio, si la justicia le estrecha el cerco. “Sheinbaum tiene que elegir si quiere cargar con la responsabilidad del sexenio anterior o se desmarca y pasa a la historia como la persona que sí resolvió el problema por encima de las lealtades”, reflexiona Vásquez.
El último mensaje de Adán Augusto tras cuatro días de silencio y un reclamo inequívoco de la presidenta para que diera la cara, se produjo este viernes en las redes sociales. En él se ponía a disposición de cuántas autoridades solicitaran explicaciones y defendía su trabajo como gobernador de Tabasco. Pruebas de su debilidad, afirma Romero Rocha: “En ese mensaje tan superficial y carente de sustancia se aprecia el camino sin retorno para él. Es un hombre derrotado”.
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