La súbita marcha de Trump del G-7 frustra el primer cara a cara con Sheinbaum

La crisis en Oriente Próximo ha perjudicado la agenda bilateral de México con Estados Unidos. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, tenía agendada una reunión con el mandatario estadounidense, Donald Trump, en el marco de la cumbre del G-7, en Canadá. Sería el primer cara a cara entre los dos mandatarios desde que ambos asumieron la presidencia de sus respectivos países, ella en octubre del año pasado, él en enero. Sheinbaum había adelantado que la reunión versaría sobre migración, seguridad en la frontera, remesas y comercio, los temas que han copado la relación bilateral. El encuentro llegaba además en pleno pico de tensión diplomática por las redadas a inmigrantes, además de la agresiva política comercial proteccionista del magnate republicano. Sin embargo, la marcha precipitada de Trump de la cumbre debido al conflicto entre Irán e Israel ha impedido que se lleve a cabo su encuentro con Sheinbaum y otros líderes mundiales.

El Gobierno mexicano, cuya delegación incluye a la plana mayor del Gabinete de Sheinbaum, ha confirmado oficialmente que la reunión entre la mandataria y Trump se ha cancelado. El político republicano voló de regreso a Washington tan pronto como concluyó una cena protocolaria entre los jefes de Estado este lunes. No hay certeza sobre si la agenda de reuniones entre la delegación de funcionarios mexicanos y estadounidenses seguirá en pie como estaba previsto, pues Trump convocó a su Gabinete a una reunión de su Consejo de Seguridad Nacional en la Sala de Crisis de la Casa Blanca a su llegada a Washington, según ha informado Fox News.

Sheinbaum aterrizaba en Canadá casi al mismo tiempo que la Casa Blanca anunciaba la intempestiva decisión de Trump de marcharse del G-7. La presidenta de México había adelantado que expresaría a Trump personalmente su desacuerdo con las agresivas redadas implementadas contra los migrantes mexicanos, especialmente aquellos que entregan su fuerza de trabajo en EE UU, pagan impuestos y han formado familias. “No estamos de acuerdo con este esquema de criminalizar a personas trabajadoras”, indicó Sheinbaum durante una conferencia de prensa. “Nosotros lo que queremos es el reconocimiento de la comunidad mexicana, del trabajo honesto, noble que hacen”, dijo.

Las protestas en Los Ángeles, California, añadieron tensión a las relaciones con EE UU luego de que la secretaria de Estado, Kristi Noem, acusó falsamente a Sheinbaum de instigar la violencia en las manifestaciones. La presidenta salió al paso del señalamiento y aclaró que, al contrario, desde el inicio de las protestas ha rechazado las expresiones de violencia. Sheinbaum pasó la página y no quiso sumirse más en el diferendo, procurando mantener en armonía la relación con Estados Unidos, el principal socio comercial de México.

Otro asunto sobre la mesa, según los planes de Sheinbaum, sería el del impuesto que la Administración Trump pretende cobrar al envío de remesas de los migrantes mexicanos a sus familias, recursos que significan un importante ingreso para la economía mexicana. La presidenta y representantes de Morena, el partido oficialista, han expresado su rechazo a esa medida, al considerarla injusta y dañina para los trabajadores. Fue justamente a propósito de esa intención de gravar las remesas que Sheinbaum hizo un llamado a los mexicanos en EE UU a “movilizarse” pacíficamente, el mensaje que estuvo en el centro del malentendido con Noem.

El ordenamiento de los flujos migratorios, el combate a los carteles de la droga y el comercio —específicamente las negociaciones para reducir el impacto de los aranceles de Trump sobre México— eran los otros temas que Sheinbaum llevaba bajo el brazo. Se trata de los asuntos que han marcado la relación bilateral desde que Trump tomó posesión como mandatario, y que el republicano ha usado como moneda de cambio para presionar a México a cambio de alivios comerciales. Sheinbaum ha destacado que su Gobierno ha tenido avances significativos en todas esas materias. Los flujos migratorios del sur a EE UU han disminuido drásticamente, y las agencias de seguridad han hecho decomisos históricos de drogas y precursores, mientras un buen número de criminales han sido capturados e incluso extraditados. A cambio, la política arancelaria de Trump ha sido menos drástica contra México.

La delegación de funcionarios que acompañó a Sheinbaum al G-7 es una buena muestra de los objetivos de México en la cumbre de líderes. Viajaron con ella el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente; el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch; el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, y el secretario de Hacienda, Édgar Amador, entre otros. La Cancillería ha informado de que, al margen de la reunión cancelada con Trump, la agenda de Sheinbaum para el martes se mantiene sin cambios. La presidenta tendrá un encuentro con el primer ministro de Canadá, Mark Carney, y con los líderes de Alemania, India y la Unión Europea. El esperado cara a cara con Trump tendrá que esperar.