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Trump insta a evacuar Teherán, tras negarse a una declaración del G-7 para una desescalada en Oriente Próximo

La negativa es el primer indicio de desacuerdos sustanciales entre los líderes en su cumbre canadiense

Donald Trump pasa junto a un letrero del G-7 en Kananaskis (Canadá).Foto: Adrian Wyld (AP) | Vídeo: AP
Macarena Vidal Liy

Primer indicio de desacuerdos sustanciales entre los líderes del G-7. Mientras la mayoría de los mandatarios trataba de sacar adelante una declaración sobre la necesidad de una desescalada en el conflicto entre Irán e Israel, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se hacía eco de los llamamientos de Israel e instaba a evacuar Teherán de inmediato. El republicano ha rechazado sumarse a la declaración institucional, según han confirmado fuentes estadounidenses, lo que pone en entredicho que llegue a tener lugar.

Irán “tenía que haber firmado el ‘acuerdo’ que les dije que firmaran. Qué lástima, y qué desperdicio de vidas humanas”, ha escrito Trump en Truth, su red social. “Dicho simplemente, Irán no puede tener un arma nuclear. Lo he dicho una y otra vez. ¡Todo el mundo debería evacuar Irán de inmediato!”, ha agregado.

Las fuerzas israelíes han emitido una advertencia similar a la población en Teherán, al alertar a través de redes sociales de que planea lanzar un ataque contra “infraestructura militar” en la zona, con un lenguaje similar al que ha destinado a los palestinos en la franja de Gaza a lo largo de los veinte meses de guerra.

Los participantes en la cumbre de democracias desarrolladas que se celebra en Kananaskis, en las Montañas Rocosas en Canadá, esperaban poder convencer al republicano, aunque fuera en el último instante, de añadir su nombre al documento.

El borrador de la declaración, promovida por la Unión Europea, estipula que Israel —que inició la oleada de ataques tres días antes de que tuviera lugar una nueva ronda de negociaciones entre Washington y Teherán en Omán el pasado domingo— tiene el derecho a defenderse y que Irán no debe poder acceder a armamento nuclear. También insta a resolver el conflicto en torno al programa nuclear iraní mediante la negociación.

Los representantes europeos y sus delegaciones trataban de cerrar un consenso entre los líderes. Hasta el último momento se intentaba persuadir a Trump. Este lunes, el presidente estadounidense, que había comenzado la jornada con una reunión bilateral con su anfitrión —el primer ministro canadiense, Mark Carney— tenía previstas conversaciones informales con el canciller alemán, Friedrich Merz, y el primer ministro británico, Keir Starmer. Todos ellos apoyan la declaración. Los líderes continuarán sus intentos de persuadir a Trump en la sesión vespertina de la cumbre, que se dedicará a la seguridad global.

En declaraciones a la prensa en Kananaskis, el portavoz de la delegación alemana, Stefan Kornelius, afirmaba que la meta es que la declaración sea conjunta, para causar “impacto”. Pero matizaba que “al final, dependerá de la parte estadounidense decidir si vamos a tener una declaración del G-7 sobre Oriente Próximo o no”.

Hasta el momento, Trump se ha abstenido de reclamar una desescalada, ha elogiado los ataques israelíes y ha instado a Teherán a renunciar a sus actividades nucleares de inmediato para evitar ataques “mucho más brutales”, en lo que equivaldría a una rendición para Irán.

Pese a las presiones, Trump se mantenía escéptico. En declaraciones junto a Starmer, el republicano reiteraba su posición: “creo que se va a firmar un acuerdo, o algo va a pasar, pero se firmará un acuerdo e Irán sería insensato si no lo hace”.

La ausencia de la firma del presidente estadounidense en la declaración supondría un duro golpe para las esperanzas de los promotores de presentar un frente unido entre las principales economías desarrolladas del mundo.

“Bajo el firme liderazgo del presidente Trump, Estados Unidos vuelve a encabezar los esfuerzos para restablecer la paz en el mundo. El presidente Trump seguirá trabajando para asegurarse de que Irán no puede obtener un arma nuclear”, ha declarado un alto cargo de la Casa Blanca.

Trump reiteraba este lunes sus llamamientos a Irán a aceptar el fin de sus actividades de enriquecimiento de uranio “antes de que sea demasiado tarde”. En declaraciones durante su encuentro con Carney, ha asegurado que Teherán desea hablar sobre una desescalada en las oleadas de bombardeos que intercambia con Israel desde el primer ataque israelí contra objetivos iraníes el jueves por la noche.

“Tienen que llegar a un acuerdo y es doloroso para ambas partes, pero diría que Irán no está ganando la guerra”, ha asegurado el presidente estadounidense, que ha matizado que Teherán “tuvo 60 días” para llegar a un acuerdo en las negociaciones con Washington sobre su programa nuclear, sin que hubiera aceptado las propuestas que sus interlocutores le presentaban.

El presidente estadounidense había dado en abril un ultimátum de 60 días a Irán para negociar y llegar a un acuerdo para poner fin a sus actividades nucleares. El primer bombardeo israelí, contra objetivos nucleares de Teherán y sus líderes militares y paramilitares, llegó cuando se cumplía el día 61.

Ausencia de Rusia

Las desavenencias de los socios del G-7 en torno a Irán no son las únicas en la cumbre. En sus declaraciones, Trump también dejaba claras las profundas diferencias acerca de la guerra en Ucrania.

En sus declaraciones junto a Carney, Trump recordaba que durante unos años, hasta 2014, Rusia formó parte de este grupo de naciones, entonces el G-8. La ocupación de Crimea aquel año le valió la expulsión, pero el estadounidense declaraba aquel castigo “un error” y aseguraba que, si Moscú hubiera continuado como miembro, la invasión comenzada en 2022 no se hubiera producido.

“El G-7 solía ser el G-8… la expulsión fue un error”, ha asegurado. El presidente ruso, Vladímir Putin, “habla conmigo y no con nadie más porque se sintió muy insultado por la expulsión”, añadía Trump. El presidente no solo abogaba por el regreso de Moscú al grupo; también declaraba no oponerse a la admisión de China.

Las declaraciones del mandatario estadounidense sobre el papel de Rusia llegan en vísperas de que el G-7 dedique su sesión plenaria en la mañana del martes a tratar sobre la guerra en Ucrania. Trump tiene previsto celebrar una reunión también este martes con el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, que aspira a convencer a su homólogo de la necesidad de imponer nuevas sanciones contra Moscú.

El bloque europeo trata de persuadir a Trump de que apoye nuevas sanciones, incluida una nueva reducción a 45 dólares por barril del precio al que Rusia puede vender su petróleo, su principal fuente de divisas. La UE desea que el G-7 apoye la medida, pero hoy por hoy no está claro que el estadounidense, que en general se muestra del lado de Moscú en el conflicto, vaya a darle su respaldo.

En sus declaraciones junto a Starmer el presidente estadounidense alimentaba aún más esas dudas, al indicar que antes de tomar una decisión esperará a ver si las negociaciones se encaminan a alguna parte. “Las sanciones nos cuestan un montón de dinero. No son algo muy fácil, no son algo que vaya en una sola dirección”.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.
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