Von der Leyen propone la suspensión parcial del acuerdo de asociación con Israel en sus aspectos comerciales por el asedio a Gaza
La presidenta la Comisión Europea anuncia que planteará sanciones de la UE para los ministros extremistas y los colonos violentos


La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado este miércoles ante el Parlamento Europeo que va a plantear la suspensión parcial del acuerdo de asociación entre la UE e Israel “en sus aspectos comerciales” por el drama humanitario en Gaza. Lo ha hecho ante medio hemiciclo vestido de rojo —los componentes de la bancada progresista— a modo de denuncia por el asedio israelí sobre la Franja, que ha matado ya a 64.000 personas y provocado un desplazamiento masivo de la población palestina. El paso, demandado desde hace tiempo por Estados miembros como España o las fuerzas políticas progresistas de la Eurocámara, no solo es muy simbólico, también afecta a una relación comercial que en 2024 ascendió a 42.600 millones de euros, la más importante del Estado israelí.
Von der Leyen, en su discurso sobre el Estado de la Unión Europea, ha añadido que hará todo lo que esté en su mano para suspender todos los pagos a Israel sin perjudicar el trabajo con la sociedad civil del país. También propondrá sanciones contra “los ministros extremistas y los colonos violentos”. El anuncio representa un gran giro respecto a la postura mantenida hasta ahora por la Comisión Europea —particularmente por la propia Von der Leyen—, reacia a enviar esa señal tan rotunda hacia Israel. El paso que no ha dado la alemana es llamar genocido a lo que está sucediendo en la Franja, algo que la semana pasada sí hizo su número dos, vicepresidenta Teresa Ribera. La española también iba vestida este miércoles con una chaqueta roja.
El día había amanecido con la noticia de que varios drones rusos habían sobrevolado el espacio aéreo polaco y Varsovia los había derribado. Esto hacía presagiar un discurso sobre el estado de la Unión Europea en la Eurocámara absorbido por la guerra en el este de Europa, De hecho, casi un tercio de las palabras de Von der Leyen al comienzo de un discurso de hora y media han estado dedicadas a Ucrania y a la seguridad europea, en definitiva, a la necesidad de rearmarse para enfrentar a la amenaza rusa. También hubo un hueco para mostrar su “total apoyo” a Polonia por la “violación imprudente y sin precedentes” de su espacio aéreo por parte de “más de 10 drones Shahed rusos”.

“Europa está en lucha”, advirtió Von der Leyen. “Europa debe luchar”, añadió. Y preguntó: “¿Tiene Europa estómago para esta lucha?“. Frases que pretenden cohesionar a un continente que no tiene la misma sensación de urgencia por la guerra en Ucrania. La prisa se va diluyendo conforme aumentan los kilómetros de distancia hacia el país invadido. Todas estas apelaciones, más la emotiva historia de un niño ucranio secuestrado por el ejército ruso y rescatado por su abuela tras un largo viaje por Polonia, Lituania, Letonia, Rusia y finalmente la Ucrania ocupada, presentes en el Parlamento, han ocupado el comienzo del discurso.
Pero el paso hacia delante para denunciar la situación sobre Oriente Próximo llegaba después. Aunque no ha ocupado tanto tiempo ni espacio en las palabras de la alemana, tiene mucho de simbólico. El día anterior se vio que la dramática situación en la Franja gana mucho sitio en la actividad del Europarlamento, donde el jueves se vota una resolución. También parecía evidente que la postura de la presidenta, siempre contenida con Israel, empezaba a ser insostenible, especialmente para los grupos progresistas.
Y justo tras el bloque ucranio —o tras la parte del “momento de la independencia de Europa”, como ha señalado Von der Leyen— ha llegado el turno de Gaza. “Lo que está sucediendo en Gaza ha conmocionado a la conciencia del mundo. Personas asesinadas mientras pedían comida. Madres sosteniendo a sus bebés sin vida […]. Esto debe parar”, ha exigido. Aunque no es la primera vez que lo dice y nunca pasa nada, ni se reacciona desde Bruselas. Por esto último, ha crecido la presión sobre la Comisión, especialmente sobre su presidenta, por la falta de iniciativas y propuestas de sanciones. Solo en junio propuso la suspensión de la colaboración con Israel en un programa científico, algo que no ha sido posible aplicar todavía porque los Estados miembros no lo han aprobado.
“Soy consciente de que será difícil conseguir mayorías. Y sé que cualquier medida será excesiva para algunos. E insuficiente para otros”, ha proclamado en un reconocimiento de lo divisivo que es este tema entre los Estados miembros. Pero esta propuesta trata de mostrar liderazgo ante la catástrofe y no dar la imagen de un Ejecutivo europeo paralizado ante las vulneraciones del derecho internacional por parte de Israel y sus gravísimas consecuencias.
El examen parlamentario anual ha llegado este año en un momento en el que crece el cuestionamiento de Von der Leyen. En las últimas semanas, han vuelto a tomar fuerza las críticas a su silencio sobre la catástrofe humanitaria en Gaza provocada por la invasión de la Franja por Israel. La alemana apenas ha pasado de las palabras a los hechos (sanciones, embargos) en este campo mientras sigue manteniendo la dureza con Rusia en el tema ucranio, algo que es criticado dentro y fuera de la UE como un signo de doble rasero.
Pero antes de que la situación en Oriente Próximo se deteriorara más, las críticas a Von der Leyen llegaban por el resultado de la negociación con Estados Unidos para poner fin, al menos de momento, a la guerra comercial. El saldo de esas conversaciones, sellado en Escocia en un club de golf privado, propiedad del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido visto como cesiones de la UE sin que la otra parte dé nada a cambio. Y, aunque la posición de la Comisión fue débil por la falta de cohesión interna, hay voces en las instituciones europeas que hablan de falta de liderazgo del Ejecutivo comunitario.
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