Un informe interno del ejército israelí considera un fracaso la última ofensiva militar sobre Gaza
El documento destaca que Israel no ha logrado derrocar a Hamás ni liberar a los rehenes. La mayor institución global dedicada al estudio del genocidio acusa Israel de ese crimen en la Franja

Un informe clasificado elaborado por el ejército israelí considera un fracaso la ofensiva Carros de Gedeón, que Israel inició en mayo con el objetivo de liberar a los rehenes que aún quedan en Gaza y de derrocar a Hamás. El plan pretendía lograr esos propósitos mediante la toma del 75% del territorio gazatí, algo que las tropas han conseguido mientras impulsaban la destrucción general del enclave. A pesar de ello, el documento militar, cuyo contenido ha sido parcialmente publicado por algunos medios israelíes, indica que los objetivos del plan no se han materializado y lamenta la “incompetencia” de las autoridades israelíes a la hora de planificar la distribución de ayuda humanitaria.
Según el informe, esas dificultades logísticas han permitido a Hamás orquestar una supuesta campaña de difamación alrededor de la crisis del hambre. La observación encaja con el argumento planteado por las autoridades israelíes, que sostienen que no existe una hambruna en el enclave y que Naciones Unidas, que en agosto declaró la hambruna de manera oficial en partes de la Franja, ha caído, junto con el grueso de la comunidad internacional, en los argumentos fabricados artificialmente por parte de la milicia palestina.
El parte militar concluye que la operación Carros de Gedeón ha llevado a Israel a cometer “todos los errores posibles” en una ofensiva que ha aplicado métodos de combate ineficaces ante la guerrilla urbana de los palestinos y que ha llevado a los soldados israelíes a territorios en los que ya se habían desplegado con anterioridad. Todo mientras Hamás mantenía las condiciones para sobrevivir en otros puntos de la Franja y el apoyo global hacia Israel perdía fuelle.
Desde el 18 de mayo, cuando el ejército israelí lanzó la ofensiva Carros de Gedeón, las tropas israelíes han matado de manera directa a cerca de 10.000 palestinos, según las publicaciones emitidas por el Ministerio de Sanidad de Gaza. Durante este período, el bloqueo israelí a la comida y a la ayuda humanitaria ha persistido de manera casi total, provocando la aparición de enfermedades contagiosas potencialmente mortales y la mayoría de las 348 muertes por inanición —nueve más, en las últimas 24 horas— que el ministerio cuenta en el enclave desde el inicio del conflicto, en octubre de 2023.
El documento fue parcialmente publicado el domingo por la Cadena 12, un canal de televisión estatal israelí, y ha sido replicado por distintos medios de ese país después de haber sido distribuido internamente, la semana pasada, por parte del Centro de Información Operacional de las fuerzas terrestres del ejército de Israel. Según la cadena de televisión, varias brigadas del ejército ya habían revisado el contenido del informe, incrementando el temor entre los representantes israelíes de que la investigación anticipe el resultado de la extensión de esas operaciones hacia Ciudad de Gaza, que las autoridades israelíes han bautizado como Carros de Gedeón 2.
La madrugada del lunes, el gabinete de seguridad israelí ha concluido una nueva reunión en la que impulsa la expansión de la toma de Ciudad de Gaza mientras ignora la propuesta de alto el fuego planteada por los mediadores —EE UU, Qatar y Egipto— y aceptada por parte de Hamás hace semanas. Según reflejan distintos medios de comunicación israelíes, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha verbalizado durante el encuentro que esa propuesta de tregua parcial no está encima de la mesa ni es relevante, ante la nueva preferencia israelí por un acuerdo integral que termine con la guerra de golpe.
El cambio de posición israelí supone un dolor de cabeza para los mediadores, que en julio, antes de la aprobación de Hamás, habían conseguido que Israel diera luz verde a la misma propuesta que ahora rechaza. El Foro de las Familias de los Rehenes y los Desaparecidos ha acusado este lunes el primer ministro de sabotear los esfuerzos diplomáticos: “Netanyahu, que antes promovía [una tregua] con liberaciones [de cautivos] graduales en lugar de un acuerdo integral, ahora se opone al acuerdo que apoyó. La verdad es clara: no es una táctica de negociación, sino una obstrucción deliberada”.
Sobre el terreno, múltiples voces en la Franja, incluyendo Tareq Abo Azzoum, periodista de la cadena catarí Al Jazeera, denuncian el lunes una noche con fuego de alta intensidad sobre Ciudad de Gaza, donde las tropas israelíes habrían provocado explosiones en “docenas” de casas en poco tiempo, causando víctimas mortales entre adultos y niños.
Desde que Israel inició la fase preparatoria de su ofensiva en ese municipio a primeros de agosto, Defensa Civil indica el uso israelí de robots o vehículos teledirigidos cargados con explosivos que detonan contra edificios, provocando una destrucción del paisaje urbano que los soldados israelíes vinculan con una reducción de riesgos ante su avance terrestre.
El Ministerio de Sanidad gazatí ha informado el lunes de que las hostilidades israelíes han provocado 98 víctimas mortales durante las últimas 24 horas, además de causar 404 heridos. Desde el inicio de la guerra, la ofensiva israelí ha matado a 63.557 personas en la Franja y ha dejado heridas a otras 160.600, miles de las cuales han requerido una o varias amputaciones.
Genocidio
La Asociación Internacional de Académicos del Genocidio (IAGS, por sus siglas en inglés), la mayor institución global dedicada al estudio de ese crimen, aprobó el domingo una resolución interna en la que dictamina como genocidio las acciones que Israel comete en la Franja de Gaza desde 2023.
El 86% de los 500 miembros de la Asociación han dado su apoyo a la resolución, que sostiene que “las políticas y las acciones” israelíes en Gaza encajan con la definición legal “[contemplada] en el artículo 2 de la convención de la ONU para la prevención y el castigo del crimen de genocidio”.
La resolución lista varios aspectos de la operación israelí. Por un lado, los académicos señalan la destrucción que las acciones militares han causado de manera directa contra los cuerpos de los palestinos, con la muerte de 59.000 personas en el momento en el que se planteó la resolución (31 de julio), con más de 140.000 heridos y con “muchos” miles de personas enterradas bajo los escombros.
El texto pone énfasis en el modo en el que los ataques de Israel —que cuenta con armas de precisión— afectan a los niños. Según un dato de la ONU de finales de mayo mencionado en la resolución, los soldados israelíes han matado o herido a más de 50.000 menores. El texto se hace eco de ese hecho como un elemento que permite demostrar la intencionalidad de destruir un grupo humano de manera parcial o total, puesto que ese colectivo resulta esencial para la regeneración del colectivo.
Los expertos también señalan el desplazamiento forzoso que Israel ha infligido ”múltiples veces” sobre “casi todos los 2,3 millones de palestinos de la Franja”, al mismo tiempo que ha demolido más de tres cuartas partes de la infraestructura de vivienda en el territorio. Según la IAGS, el apoyo de Netanyahu al plan del presidente de EE UU, Donald Trump, que en febrero expresó su voluntad de expulsar los gazatíes para construir una ciudad de vacaciones, implica el apoyo a un crimen de limpieza étnica, tal y como ha advertido antes la ONU.
La Asociación inicia la resolución reconociendo en su primera línea que los ataques que Hamás lanzó contra Israel el 7 de octubre de 2023 constituyen “actos horribles” y crímenes del derecho internacional. Después de eso, según la institución, Israel ha destruido universidades, librerías, museos, centros de documentación, y todo lo relativo a la continuidad de la identidad de los palestinos como comunidad.
Por último, la resolución supone un espaldarazo a los actores y grupos que forman parte del sistema de derechos internacional que varios gobiernos en el mundo, incluyendo EE UU e Israel, tratan de desmantelar. El texto menciona la postura del Tribunal Internacional de Justicia (institución de la ONU), que en 2024 vio como plausible que Israel esté cometiendo un genocidio y le ordenó tomar medidas para evitarlo.
Además, los expertos de la IAGS reconocen la labor que ha llevado antes a otros grupos de derechos humanos a emitir investigaciones que concluyen que Israel está cometiendo un genocidio en Gaza. Entre ellas, nombra a Amnistía Internacional y a Human Rights Watch, además de los grupos israelíes B’Tselem o Médicos por los Derechos Humanos.
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