El Gabinete de Seguridad israelí aprueba los planes de Netanyahu para ocupar Ciudad de Gaza
La oficina del primer ministro confirma la decisión, que podría comportar la expulsión de un millón de civiles, y anuncia un plan para controlar la totalidad de la Franja
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha conseguido la aprobación del Gabinete de Seguridad para lanzar la ocupación militar de Ciudad de Gaza. Así lo ha confirmado un comunicado de la oficina del mandatario en la madrugada del viernes, más de 10 horas después del inicio de la reunión. El primer ministro israelí logra así superar el rechazo de la cúpula militar y de las calles, donde las concentraciones han vivido un repunte ante la oposición social a esta ofensiva, que se percibe como potencialmente letal para los cautivos que siguen con vida.
El comunicado que confirma la nueva ocupación deja algunas cuestiones en la ambigüedad. La nota anuncia que las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) “se preparan para tomar el control de Ciudad de Gaza”. Y añade que el Gabinete ha votado por mayoría a favor de un escueto plan de cinco puntos “para derrotar a Hamás”, que incluye el objetivo del “control de seguridad israelí” del conjunto del enclave para “establecer una administración civil alternativa que no sea ni Hamás ni la Autoridad Palestina”.
The Security Cabinet has approved the Prime Minister's proposal for defeating Hamas.
— Prime Minister of Israel (@IsraeliPM) August 8, 2025
The IDF will prepare for taking control of Gaza City while distributing humanitarian assistance to the civilian population outside the combat zones.
El visto bueno del Gabinete de Seguridad podría hacer inminente la expulsión de alrededor de un millón de civiles gazatíes hacinados en Ciudad de Gaza, según los planes que medios de comunicación israelíes como Canal 12 aseguraban el jueves que Netanyahu tiene para ese territorio. De concretarse, se trataría de un nuevo desalojo masivo en una Franja en la que el 90% de la población ha tenido que desplazarse entre bombas y escombros, la mayoría en múltiples ocasiones. El sector humanitario prevé consecuencias catastróficas, incluyendo un auge en las muertes civiles, si el ejército se desplaza hacia los pocos territorios donde la población se amontona.
El ejército israelí controla actualmente el 75% del enclave palestino y considera zona militar el 88% de la Franja. Ahora, la expansión aprobada el viernes llevará las tropas a parte del 12% del territorio restante, donde se amontonan la mayoría de los dos millones de gazatíes en una situación de debilidad y desamparo extrema.
La escalada pretende vaciar territorios donde Israel cree que Hamás esconde a los cautivos para trasladar allí la ofensiva. El entorno del primer ministro defiende la expansión y justifica que es necesaria para rescatar a los 20 rehenes que se cree que permanecen con vida en el enclave. Pero tanto el líder del ejército, Eyal Zamir, como las familias de los secuestrados rechazan esa idea e insisten en su preferencia por un acuerdo que libere los rehenes.

Tensión con el ejército y con las familias de los rehenes
Esa fricción es la que ha llevado a miles de israelíes preocupados por los cautivos a protestar durante la madrugada del viernes. Las concentraciones han dejado el corte de algunas de las principales avenidas de Tel Aviv, el uso de cañones de agua por parte de la policía y detenciones. Muchos se han concentrado ante la oficina del primer ministro en Jerusalén.
La distancia entre el primer ministro y el líder del ejército era conocida. Antes de la reunión, Netanyahu confirmó ante la prensa su voluntad de ocupar el conjunto de la Franja palestina. “Esa es nuestra intención”, dijo. “[Ocuparemos toda la Franja] para garantizar nuestra seguridad, para apartar a Hamás de allí, y para permitir a la población ser libre de Hamás”, declaró ante los micrófonos de la cadena estadounidense Fox.
“Entonces”, añadió el primer ministro, “pasaremos [la Franja] a una administración civil que no sea Hamás ni nadie que defienda la destrucción de Israel”. Netanyahu no entró al detalle de quién podría estar dispuesto a coger el relevo a la ocupación israelí en el futuro, pero mencionó la posibilidad de que “fuerzas árabes” gobiernen el territorio “de manera adecuada”.
Poco después, un funcionario jordano en condición de anonimato declaró a Reuters que los países árabes “no aceptarán las políticas de Netanyahu ni limpiarán su desastre”, añadiendo que solo apoyarán “las instituciones legítimas” que “los palestinos decidan”.
El líder del ejército expresó asimismo su desacuerdo con las intenciones de Netanyahu. “Ahora tenemos la capacidad de mantener una nueva frontera de seguridad mientras mantenemos presión sobre el enemigo”, dijo el jueves en una reunión previa al encuentro del Gabinete de Seguridad en un intento de evitar la escalada. Y se mostró desafiante: “El ejército seguirá expresando su posición sin miedo; estamos tratando asuntos de vida o muerte”.
Las palabras de Zamir llegaban días después de que el entorno de Netanyahu filtrara que el militar debía dimitir si discrepaba de los planes del primer ministro para ocupar toda la Franja.
La noche del jueves, antes de que transcendiera la aprobación de la expansión hacia Ciudad de Gaza, las tropas israelíes ya habían lanzado múltiples órdenes de desalojo contra distintas zonas de esa ciudad para que la población se moviera hacia el sur “por su propia seguridad”.
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