Ir al contenido
_
_
_
_

‘Zero Day Attack’, la serie taiwanesa que explora una hipotética invasión de China

La producción indaga desde cómo la República Popular desplegaría su ataque, al bloqueo a la infiltración china, y la reacción de la población de la isla

La presidenta taiwanesa sufre un atentado en la serie 'Zero Day Attack' en una imagen cedida por la productora.Foto: LHC
Guillermo Abril

Da miedo pensar en ello, verlo resulta aterrador: unos aviones de combate sobrevuelan Taiwán; vehículos de guerra circulan por las calles de Taipéi; decenas de soldados del Ejército Popular de Liberación (EPL, el ejército chino) aguardan como sombras camufladas entre las hierbas altas de una colina de la isla; la presentadora del informativo taiwanés cuenta las últimas noticias de una crisis en el Estrecho que ha despertado la alarma internacional. Cuando corta, pregunta asustada a sus editores en la redacción: “¿Entonces va a haber una guerra de verdad?”.

Así arranca la versión extendida del tráiler de Zero Day Attack, una serie taiwanesa que explora qué ocurriría en caso de una hipotética invasión china de Taiwán, la isla democrática y autogobernada que Pekín considera una parte irrenunciable de su territorio. Se estrena el 2 de agosto en Taiwán y el 15 de agosto en Amazon Prime Video en Japón, mientras sus creadores negocian para llevarla a Estados Unidos y otras plataformas internacionales.

Rodada desde el punto de vista de Taiwán, la ficción toca fibras muy sensibles. “Supongo que generará controversia”, despeja con una sonrisa Cheng Hsin-Mei, la creadora de la serie, durante una entrevista en línea. “Me estoy preparando para ello”. Hsin-Mei, taiwanesa de 49 años, explica que Zero Day Attack indaga sobre cómo la China comunista desplegaría su ataque, y cómo reaccionaría la población taiwanesa. A lo largo de diez episodios sigue a varios personajes, desde la presidenta de Taiwán a elementos prochinos infiltrados entre los ciudadanos.

La serie llega en un momento convulso en las siempre revueltas aguas de la región. Las relaciones entre ambas orillas se ha ido deteriorando desde que el Partido Progresista Democrático (PPD) alcanzó el poder en la isla hace casi una década. El mandato de Tsai Ing-wen (2016-2024) estuvo marcado por la ausencia de comunicación con la República Popular, las crecientes tensiones en el Estrecho y el acercamiento a Washington. Su sucesor, el actual presidente, Lai Ching-te, del mismo partido, es calificado por Pekín como un secesionista que “perjudica” a la población de Taiwán y pone “en peligro” la paz en el Estrecho.

China, que considera a la isla una provincia rebelde a la que pretende reunificar de forma pacífica, pero sin renunciar al uso de la fuerza si fuera necesario, ha intensificado su presencia en torno a la isla. Las incursiones de aviones chinos más allá de la llamada zona de defensa aérea (ADIZ, por sus siglas en inglés) no son ya nada fuera de lo común. A esto se suman los numerosos ejercicios militares que el gigante asiático ha desplegado en los últimos años, simulando en varias ocasiones un bloqueo de facto, y el elevado nivel de retórica nacionalista con los que Pekín suele acompañarlos. Mandos militares de Estados Unidos han alertado de que, dada la frecuencia y el tamaño de los ejercicios de China, se corre el riesgo de que las maniobras se vuelvan indistinguibles de una potencial invasión.

La creadora de la serie explica que la idea surgió de la frustración que sentía como guionista en Taiwán. A menudo, las producciones locales le exigían por contrato que evitara asuntos políticos delicados en sus redes sociales, para no comprometer el acceso al mercado de la China continental. Así que decidió arrancar un proyecto sobre uno de los temas más peliagudos, con la intención de que quizá así abriría la puerta a que, en el futuro, ningún creador sienta un freno ante ningún tema. “Deberíamos abrazar la libertad de expresión y escribir lo que queremos sin autocensura”, dice Hsin-Mei.

Ese fue el punto de partida. A esto se sumó el cerco de Pekín al movimiento prodemocrático en Hong Kong, tras la imposición en 2020 de una durísima ley de Seguridad Nacional. Y la invasión rusa de Ucrania en 2022, que muchos en Taiwán tomaron como advertencia. “Me asustó. Y pensé que igual si no hablo sobre este tema ahora quizá no tenga oportunidad de hacerlo en el futuro”.

La serie le ha supuesto una concienzuda labor de investigación sobre cómo sería una hipotética invasión. El trailer largo, de 17 minutos y publicado como adelanto hace un año, parece seguir los pasos de el manual de estudio bélico de muchos académicos. Empieza con un rótulo que explica qué es el Zero Day: “El día del ataque”. Se ha producido un vacío de poder en Taiwán, tras unas elecciones presidenciales, y las corrientes del Estrecho son propicias para que Pekín dé el paso. “EL EPL ha desembarcado en Taiwán”, se lee.

Luego, el metraje de la promoción retrocede en el tiempo para sondear las áreas grises de una guerra híbrida previas a una invasión que muchos analistas consideran como un posible desarrollo de los acontecimientos. El día Z-7 (siete días antes del ataque) las fuerzas marítimas y aéreas chinas bloquean Taiwán, y difunden la idea de que conviene firmar un tratado de paz de inmediato. En el Z-6 cae el sistema financiero taiwanés y comienzan los saqueos en las calles. El Z-5 los extranjeros son evacuados, alertados por el ataque inminente. El Z-4 se producen ataques de hackers y sabotajes de espías a infraestructuras críticas de agua energía e internet. El Z-3 comienzan los disturbios sociales alentados por infiltrados prochinos. El Z-2 se organizan grupos de asalto populares que cantan lemas comunistas. El Z-1 reina el caos ante la escasez que provoca el bloqueo. El día cero, finalmente, los soldados chinos emergen de entre las sombras de una colina en la isla.

Dice Hsin-Mei que le interesaba especialmente sondear zonas brumosas, como el efecto de las noticias falsas en un momento de polarización política en el que los ciudadanos tienen que elegir qué información creer y cuál no. O la infiltración de China en todos los ámbitos sociales, incluidos los grandes medios de comunicación, con células durmientes que están aguardando el momento de recibir órdenes desde Pekín.

Esa capacidad de penetración china se ha convertido en uno de los grandes quebraderos de cabeza para Taipéi. En marzo, cuatro soldados taiwaneses, incluyendo tres que trabajaban en el equipo de seguridad del presidente, fueron condenados por espiar para China. Ese mismo mes, Taiwán revocó el permiso de residencia y deportó de forma forzada a Liu Zhenya, una influencer china residente en la isla y casada con un taiwanés, alegando que representaba una amenaza para la seguridad nacional, después de abogar por la “reunificación militar” con China. Los medios oficiales chinos lo calificaron de “persecución política”, exacerbando aún más la tensión ya existente entre ambos lados del estrecho.

En el trailer también se juega con los efectos que tendrían las redes sociales sobre la población. Una joven influencer taiwanesa emite un vídeo en directo cuando el conflicto está a las puertas. “¿Creéis que podemos ganar?“, pregunta a sus seguidores. ”Sabemos que no. Que dejen un comentario los que piensen que debemos firmar el tratado de paz”. Acto seguido se va la conexión de Internet.

“Es una ficción”, concluye Hsin-Mei. “Espero que la guerra nunca llegue a Taiwán porque da miedo”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Guillermo Abril
Es corresponsal en Pekín. Previamente ha estado destinado en Bruselas, donde ha seguido la actualidad europea, y ha escrito durante más de una década reportajes de gran formato en ‘El País Semanal’, lo que le ha llevado a viajar por numerosos países y zonas de conflicto, como Siria y Libia. Es autor, entre otros, del ensayo ‘Los irrelevantes’.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_