Muere a los 97 años Tom Lehrer, el prodigio matemático que se convirtió en cantante satírico
En su época de esplendor, entre los años cincuenta y sesenta, produjo 96 canciones antes del volver a la docencia en la Universidad de Harvard

Tom Lehrer, el prodigio de las matemáticas que se convirtió en un influyente satírico musical con sus mordaces canciones sobre la vida social y política estadounidense en las décadas de 1950 y 1960, ha fallecido a los 97 años. Lehrer se había graduado en Matemáticas en la Universidad de Harvard, trabajó en el laboratorio nuclear de Los Álamos y dio clases en el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Sin embargo, su legado es melódico: sus canciones satíricas se convirtieron en materia de culto para los estudiantes de la época. Lehrer falleció el sábado en su casa de Cambridge, Massachusetts, según confirmó un amigo suyo de toda la vida, David Herder, a The New York Times. No se especificó la causa del fallecimiento.
La carrera de Lehrer como músico y respetado comentarista social fue un feliz accidente que había comenzado componiendo cancioncillas para divertir a sus compañeros en Harvard. Su época de esplendor duró unos siete años y, según su propio recuento, produjo 37 canciones antes de que el reacio intérprete regresara a la enseñanza en Harvard y otras universidades. Estaba entonces en su momento más exitoso, con un álbum entre los 20 más vendidos de EE UU.
“Nunca ha habido nadie como él”, dijo en 2014 a la publicación de entretenimiento BuzzFeed sir Cameron Mackintosh, célebre productor de Broadway que creó Tom Foolery, un espectáculo con canciones de Lehrer. “De todos los compositores famosos, probablemente sea el único que... es un aficionado, en el sentido de que nunca quiso ser profesional. Y, sin embargo, el trabajo que hizo tiene la máxima calidad de cualquier gran compositor”.
Mientras EE UU se acomodaba en la complacencia de la posguerra de los años cincuenta, Lehrer, de tendencia liberal, se dedicaba a pinchar la cultura dominante con sus canciones, siempre con un aire sofisticado y agudo.
Algunas de sus composiciones reflejaban su interés por las matemáticas —como New Math, sobre restar 173 de 342, o Lobachevsky, sobre este matemático ruso del siglo XIX—, pero sus canciones más sustanciosas fueron consideradas por algunos demasiado irreverentes y chocantes. En 1959, la revista Time lo agrupó con los cómicos transgresores Lenny Bruce y Mort Sahl, que mostraban “una hostilidad personal y profundamente perturbadora hacia el mundo entero”.
La canción I Wanna Go Back to Dixie abordaba el racismo en el sur (“la tierra del picudo del algodón, donde las leyes son medievales”), mientras National Brotherhood Week atacaba a los hipócritas (“es solo una semana, así que no temas / Sé amable con la gente inferior a ti”). Be Prepared revelaba un lado oscuro de la vida de los boy scouts, I Got It from Agnes hablaba de enfermedades venéreas y We Will All Go Together When We Go trataba el Armagedón nuclear.
“Si después de escuchar mis canciones, un ser humano se siente inspirado a decirle algo desagradable a un amigo, o quizá a golpear a un ser querido, todo habrá valido la pena”, escribió Lehrer en las notas que acompañaban uno de sus discos.
Oda a los elementos
Thomas Andrew Lehrer nació el 9 de abril de 1928 en Nueva York. Creció en la Gran Manzana escuchando teatro musical y una de sus primeras obras fue The Elements, una recitación de la tabla periódica con música de Gilbert y Sullivan. Se matriculó en Harvard a los 15 años y su canción Fight Fiercely, Harvard (“¿No sería maravilloso si ganamos el partido?”), se convirtió en una parodia popular del himno deportivo de la universidad.
También actuaba en eventos universitarios y, mientras cursaba estudios de posgrado, reunió suficiente material como para grabar un disco en un estudio de Boston. Vendía Songs by Tom Lehrer en el campus y poco a poco se convirtió en un fenómeno de culto por todo el país gracias al boca a boca.
Tras servir en el ejército de EE UU entre 1955 y 1957, Lehrer volvió a actuar y grabó más discos, aunque iba perdiendo el entusiasmo por la música. A comienzos de los sesenta, centrado en su doctorado —que nunca terminó— y en la docencia, dejó en segundo plano la música, aunque compuso canciones para el programa satírico de noticias That Was the Week That Was en 1963 y 1964.
Lehrer enseñó matemáticas en Harvard y en el MIT, así como teatro musical en la Universidad de California en Santa Cruz. Decía que veía similitudes entre las matemáticas y la composición de canciones: en ambos casos se trataba de encajar piezas en busca de un resultado satisfactorio. Cuando le preguntaban por qué había abandonado la sátira musical, decía que los cambios culturales habían traído temas como el aborto o el feminismo, demasiado complejos como para satirizarlos.
También comentó que “la sátira política se volvió obsoleta cuando a Henry Kissinger le dieron el Premio Nobel de la Paz”, después de que este controvertido secretario de Estado recibiera el galardón en 1973. Lehrer, que nunca se casó, igualmente decía que las cosas que antes le hacían gracia ahora le daban miedo. “A menudo me siento como un habitante de Pompeya al que le piden comentarios graciosos sobre la lava”, dijo a la revista People, en 1982.
El impacto de Lehrer ha perdurado décadas, incluso después de dejar de actuar. Así sus canciones obra aparecían con frecuencia en el programa de radio Dr. Demento, y el actor de Harry Potter Daniel Radcliffe dejó boquiabierto al público de un programa de entrevistas interpretando The Elements, en 2010. El rapero 2 Chainz usó un fragmento de The Old Dope Peddler en una canción suya. El pianista, cuyas entrevistas y apariciones públicas han sido contadas en las últimas décadas, había puesto su catálogo de 96 canciones en el dominio público para usar, modificar y traducir de manera libre por cualquier persona hasta el 31 de diciembre 2024.
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