El ascenso de Travis Kelce o cómo el prometido de Taylor Swift pasó de ídolo americano a una rentable marca internacional

La historia de amor de Travis Kelce y Taylor Swift comenzó como el típico tonteo adolescente, solo que protagonizado por dos treintañeros que ya eran unas estrellas en sus respectivos campos: ella en la música y él en el fútbol americano. Kelce fue a ver a Swift a un concierto de su gira The Eras Tour, le gustó y quiso darle una pulsera de la amistad con su número de teléfono, pero le resultó imposible llegar a verla, según contó resignado en el podcast que conduce junto a su hermano, Jason Kelce, en julio de 2023. El órdago estaba lanzado y funcionó. Se les empezó a ver juntos por la calle, ella comenzó a asistir a sus partidos y para finales de 2023 ya se besaban en público sin ningún reparo. Dos años después, la estrella de pop internacional y el jugador de los Kansas City Chiefs, ambos de 35 años, han anunciado su compromiso con las fotos de una pedida de mano idílica, con rodilla hincada, diamante en dedo y miles de flores alrededor. Pronto cambiará su estado civil, pero, en el caso de Travis Kelce, en estos dos años el mayor cambio ha sido su revalorización.

Probablemente, pocas personas fuera de Estados Unidos sabrían mentar más de tres nombres —apuntando alto— de jugadores de la NFL (la Liga Nacional de Fútbol Americano) sin buscar en internet. Sin embargo, el futuro marido de Taylor Swift ha traspasado, con creces, la barrera de la fama nacional y se ha convertido en la personificación de una potente marca de renombre mundial. Con una fortuna que los medios estadounidenses estiman en 90 millones de dólares, todavía le queda un largo camino para ingresar oficialmente en el selecto grupo de los multimillonarios al que pertenece su prometida desde finales de 2023 —ahora tiene unos 1.600 millones de dólares—. Pero es innegable que la riqueza del deportista ha crecido considerablemente desde que empezó su romance con la cantante de Shake It Off.

El grueso de los ingresos de Kelce provienen de su salario como ala cerrada —la posición híbrida en el fútbol americano entre un liniero ofensivo y un receptor— de los Kansas City Chiefs. El de Ohio firmó su primer contrato con la NFL en 2013, a los 24 años, por 3,12 millones de dólares en cuatro años. En la temporada que abarcó desde septiembre de 2023 hasta enero de 2024, su salario base ya era de 11,25 millones de dólares anuales. Pero fue en esa temporada cuando Taylor Swift empezó a aparecer en el palco como una animadora recurrente y los Kansas City Chiefs vieron la relación directa que este romántico gesto tenía en sus cuentas. Si de repente a la cantante le interesaba tanto el fútbol americano, a gran parte de su fiel legión de fans también.

Las ventas de las camisetas con el número 87 y el nombre de Travis Kelce se dispararon un 400% después de la primera visita de su novia al estadio —un fenómeno que se repitió el pasado martes, después del anuncio de su compromiso, cuando sus camisetas volvieron a dispararse un 200%—. También se triplicó la venta de entradas para los partidos locales de los de Kansas, y las retransmisiones televisivas, en las que las cámaras apuntaban constantemente a Swift, generan récords de audiencia. En total, el impacto económico de esta relación ha dejado al equipo ganancias superiores a los 331 millones de dólares, según calcula la consultora Apex Marketing Group. Así que los Chiefs (con quienes Kelce ha ganado tres Super Bowls) se han asegurado de que su nuevo jugador estrella no los abandone por otra oferta más jugosa: en abril de 2024 firmaron una extensión de dos años de su contrato con un salario medio anual de 17,2 millones de dólares, que lo convierte en el ala cerrada mejor pagado de la NFL —y el séptimo jugador de fútbol americano mejor pagado en 2024, según Forbes—, con un salario digno de un quarterback —el líder ofensivo del equipo—.

Si bien sus casi dos metros de altura, sus ojos verdes y su amplia sonrisa de chico pillo, pero dulce, ya lo posicionaban como el reclamo ideal para las marcas americanas, ha sido la exposición mediática internacional que arrastra desde que va del brazo de Swift la que ha multiplicado su atractivo para los patrocinios. A finales de 2023, firmó un acuerdo millonario con Pfizer para promocionar las vacunas de refuerzo contra la covid, algo que molestó enormemente a los negacionistas del virus de su país. En febrero de 2024, Forbes publicó que el atleta había recaudado aproximadamente cinco millones de dólares en patrocinios de empresas como Bud Light (una cerveza), Nike o State Farm (una aseguradora). También ha aparecido en anuncios de Pepsi o Loewe y, el miércoles 27 de agosto, horas después de conocerse su futura boda con Taylor Swift, se supo que American Eagle lo había fichado como nueva imagen —como parte de una colaboración con la marca de ropa de Kelce, Tru Kolors—, lo que hizo subir las acciones de la compañía de vaqueros hasta un 6,1%, según Bloomberg.

“Puede que Travis Kelce no sea el mejor jugador de cara a la Super Bowl, pero, sin duda, es el que más comentarios genera. El ala cerrada de los Kansas City Chiefs ha superado incluso a los quarterbacks en contratos de patrocinio y tiempo en pantalla comercial esta temporada. Esto demuestra que su estrellato va mucho más allá de su rol en el campo”, advertía Forbes en 2024. La edad media para retirarse en la NFL es de 28 años —aunque existen excepciones como la de Tom Brady, que aguantó hasta los 45—, y ahora Kelce también está aprovechando para desplegar su carisma en otras direcciones, desde el entretenimiento televisivo hasta la restauración.

Sus pinitos en el mundo del entretenimiento

En 2016, varios años antes de conocer a su futura mujer, protagonizó un reality show de la cadena E! para buscar pareja. Catching Kelce consistía en que Kelce tuviera distintas citas con 50 mujeres venidas de cada uno de los Estados de Estados Unidos hasta encontrar el amor. El romance resultante no le duró ni un año. “Es lo peor que he hecho nunca”, confesó en julio de este año sobre su participación en el programa. También fue anfitrión de Saturday Night Live justo antes de acudir a ese concierto de The Eras Tour que le cambiaría la vida, un acercamiento a la pequeña pantalla que ahora ansía su presencia: en 2024, Prime Video lo anunció como el presentador de la primera temporada de su concurso Are You Smarter Than a Celebrity?. También se ha estrenado como actor en la película de Adam Sandler Terminagolf 2, donde comparte elenco con Bad Bunny o Eminem —disponible en Netflix—.

Aun así, su proyecto más rentable ha resultado ser New Heights, el podcast que conduce desde 2022 junto a su hermano mayor, el exjugador de fútbol americano Jason Kelce. Lo que empezó como una simple charla distendida entre hermanos sobre deporte se ha transformado en uno de los podcasts más escuchados de EE UU —el octavo en 2024—, con miles de oyentes pendientes de alguna posible revelación sobre su relación con Taylor Swift. De hecho, la aparición de la cantante en el episodio emitido el 13 de agosto en el que anunciaba su próximo disco logró un Récord Guinness, al alcanzar 1,3 millones de vistas simultáneas en YouTube, convirtiéndose en el podcast con mayor cantidad de espectadores concurrentes en la historia de la plataforma. No es de extrañar, por tanto, que Wondery (el estudio de podcasts de Amazon) ofreciera en 2024 un suculento contrato de 100 millones de dólares a los hermanos Kelce para tener los derechos exclusivos de New Heights durante tres años.

Todo tipo de negocios fuera del campo

Aparte de todo esto, Kelce ha ido poniendo huevos en otras cestas que complementan esa personalidad gamberra, pero amable, que lleva años forjando, y con la que ha conquistado a la artista musical femenina más rica del mundo. En 2023, Kelce y su compañero de equipo Patrick Mahomes —el quarterback— se unieron a otros cinco deportistas para invertir 211,5 millones de dólares en acciones del equipo Alpine de Fórmula 1, al que han apoyado activa y públicamente en diversos eventos. Además, el mismo dúo formado por Kelce y Mahomes hará su debut culinario con la apertura del restaurante 1587 Prime el próximo 17 de septiembre en Kansas City. Se trata de un asador especializado en carnes que ofrecerá “opciones gastronómicas multisensoriales”, según se anuncia. Una de ellas es un cóctel de pepino, cáscara de naranja y rosas bautizado como The Alchemy (la alquimia), en honor a la canción homónima de Taylor Swift en la que canta una y otra vez: “¿Quiénes somos nosotros para luchar contra la alquimia?”.

Los hermanos Kelce también son los principales accionistas de la marca de cerveza Garage Beer, y Travis es copropietario de la cadena de lavado de coches Club Car Wash. En 2023, creó el festival de música Kelce Jam, que volvió a repetir en 2024 y planea recuperar en 2026. “Aunque echaremos de menos estar contigo este año, estamos dedicando tiempo a prepararnos para una experiencia más grande, mejor y más inolvidable el próximo verano”, anuncia Kelce en la página web del festival, donde el cursor toma la forma de su rostro.

De repente, su cara está hasta en la sopa. En los dos años de relación con Taylor Swift ha pasado de tener 2,7 millones de seguidores en Instagram a tener 7,8 —una nimiedad si se compara con los 281 millones de la artista―. Según una encuesta de Morning Consult Pro, antes de la fiebre de Trav & Tay, solo el 38% de los estadounidenses decía conocer a Kelce. Tras la primera aparición de Swift en el campo, esa cifra aumentó hasta el 60% y, ya a nivel internacional, fue la quinta persona más buscada en Google en 2023.

Uno de los principales motivos de la ruptura de la cantante con su anterior novio, el actor Joe Alwyn —con quien estuvo saliendo seis años—, fue que se sentía terriblemente incómodo con tanta exposición, que no soportaba que cada uno de sus movimientos fuese observado con lupa y juzgado por millones de swifties, según él mismo ha dejado caer en entrevistas posteriores. En ese sentido, Taylor Swift ha encontrado en Travis Kelce al compañero ideal, alguien que entra en el juego y disfruta de la fama —como otra muestra, su aparición estelar sobre el escenario en uno de sus conciertos en Londres— o, al menos, la maneja, la aprovecha y la rentabiliza. Si una de las consecuencias por enamorarse de una megaestrella del pop es multiplicar sus ingresos, no va a ser Kelce el que se niegue.