Diez recetas de buenos bocadillos para una comida sin complicaciones
Recopilamos distintas fórmulas para preparar entre dos panes, con combinaciones de ingredientes y salsas que te harán salir de lo de siempre
Entre pan y pan está la solución: los bocadillos son una de las comidas más socorridas cuando nuestras ganas, tiempo o ideas para cocinar están en sus mínimos. Nada mejor que abrir un pan –dentro de lo posible, bueno– y combinar distintos ingredientes para disfrutar de una elaboración tan sencilla como rápida. Admiten vegetales, carnes, pescados, conservas, huevos, legumbres, quesos, embutidos y tantas salsas como puedas imaginar. Aquí te dejamos una recopilación de diez diferentes para que vayas más allá del jamón y el queso.
Bocadillo de mortadela, pesto de tomates secos y queso de tetilla
En defensa del bocadillo, de su sencillez y de nuestra economía, preparamos una versión casera del bocata de mortadela. Pan rico, eso siempre. Se puede utilizar una chapata, pero nos ponemos finos y optamos por una cañada de aceite. En Aragón es común encontrarla en panaderías artesanales y poco tiene que envidiarle a una focaccia. La mortadela la vamos a mantener, eso sí, vamos a intentar comprarla en charcutería, que nos la corten muy finita.
Sándwich de garbanzos, col lombarda, pepino, zanahoria y mostaza
¿El sándwich vegetal que has pedido en un bar lleva atún y los únicos vegetales a la vista son unos trozos delechuga iceberg, unas rodajas de tomate –en la mayoría de los casos, verde y soso– y con suerte –o no– un poco de zanahoria rallada de bolsa? ¿Te preguntas por qué lo llaman “vegetal” si es de todo menos un homenaje al mundo hortícola? A ti te ha pasado, a nosotros nos ha pasado. Sin embargo hay otros sándwiches vegetales posibles, como este, donde tengan cabida distintas hortalizas vistosas, sabrosas y mucho más apetecibles.
Crostoni, los bocadillos italianos de crujido perfecto
Este tipo de bocadillo nació en los años setenta en un bar de Ischia, una isla enfrente de Nápoles, bajo el nombre de zingara. Los dueños de OíMà, Emanuele Vasopollo y Christian Panico, decidieron cambiarle el nombre por el de crostone -algo así como “tosta grande”- para que se entendiera mejor su principal baza, el crujido. La zingara original llevaba jamón de Parma, Grana Padano, mozzarella, tomate y lechuga; Vasopollo y Panico sirven unas 10 variedades de crostoni con distintos rellenos, todos con nombres de mujeres de sus familias. Si quieres ver como preparan los de sus madres -Roberta, con mortadela, provola ahumada y crema de pistacho, y Assunta, con berenjena a la parmesana y jamón cocido-, mira el vídeo de abajo.
Rollito de desayuno con huevo y aguacate
Hace tiempo que sabemos queel desayuno no es la comida más importante del díacomo nos habían hecho creer, y queel que se suele tomar en España es bastante desastroso con su habitualcafé, zumo, galletas,cereales, bollería o tostadas con mermelada. Puede que ya hayas hecho por cambiar haciadesayunos más saludables–también más ricos y saciantes– o quizás aún te encuentres algunas mañanas sin saber qué preparar. Aquí traemos una alternativa sencilla y completa que puede servir también como almuerzo fácilmente transportable al trabajo.
Balik ekmek, el bocadillo de caballa al estilo de Estambul
Balık ekmek es la combinación de dos palabras turcas: balık, que significa pescado, y ekmek, que significa pan (se pronuncia [ba’lɯk ek’mek]). No se puede ser más descriptivo: una ración de pescado recién cocinado dentro de dos trozos de pan. La caballa es el pescado más utilizado debido a la sabrosura y grasa de su carne, que da un excelente resultado en la parrilla, pero también se pueden utilizar otros tipos de pescado como el bonito.
Arayes, el irresistible bocadillo plano y crujiente de Oriente Próximo
El arayes es una de las muchas maravillas de la comida callejera de Oriente Próximo. Consiste en un pan plano de tipo pita, cortado por la mitad y rellenado con carne picada condimentada con un festival de especias y hierbas frescas. Tras rellenar el pan, se tuesta en la sartén o en la parrilla, con lo que se consigue ese contraste entre exterior crujiente e interior jugoso que dispara todos los medidores del placer.
Tres sándwiches de atún, pollo o huevo con mayonesa y distintas formas de tunearlos
Algún tipo de encanto reside en poner una pastufla cargada de mayonesa entre dos rebanadas de pan de molde para que se gane la simpatía de tantos. Puede ser por pura nostalgia, por teletransportarnos a momentos vacacionales en aeropuertos y estaciones de tren, o, más probable y menos ñoño, por una simple cuestión de palatabilidad. Son blanditos, húmedos y, generalmente, con sabores aptos para todo momento y público. Sin embargo, la mayoría de las veces que los consumimos no destacan por su calidad ni su buena ejecución. Si aún así nos atrapan como lo hacen, ¿por qué no prepararlos bien y convertirlos en algo aún mejor?
Bocadillo de pollo asado con higos
No hay costumbre nacional más transversal y dominical que comprar un pollo asado para alimentarse cuando estás vaguete en estas fechas veraniegas. Pero, ¿qué hacemos con lo que sobra? ¿Croquetas con 40 grados a la sombra? Mejor que no. ¿Canelones? Seguramente todos lloramos ante la idea de encender el horno antes de que llegue el otoño. En este momento necesitamos nuevas ideas, rápidas, frescas, sencillas y muy apañadas.
Patty melt, el hijo aventajado del sándwich y la hamburguesa
¿Es un sándwich? ¿Es una hamburguesa? Ni una cosa ni la otra, sino todo a la vez: el patty melt es una especie de sándwich de hamburguesa o una hamburguesa en pan de centeno tostado, acompañada de queso y cebolla caramelizada. Su nombre no responde a que fuera invención de una cocinera llamada Patricia: patty es como se llama en Estados Unidos a los trozos de comida a los se les da forma circular antes de cocinarlos. El “melt” vendría por el queso fundido, ingrediente imprescindible de este bocado y uno de los motivos por los que se ha hecho tan popular en la era del food porn en Instagram.
Seis bocadillos y tostadas con huevos para triunfar en una cena rápida
Con un par de huevos –literales–, buen pan y poco más se puede cenar de maravilla sin dejarte ni el sueldo, ni el cerebro ni mucho tiempo. Como el socorridísimo bocata de tortilla francesa ya estaba inventado; aunque no hemos renunciado a incluirlo con ideas para darle una vuelta, hemos tenido que tirar de inventiva y añadir otras de nuestras preparaciones favoritas a esta lista.
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