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Galicia afronta la avalancha de alijos de cocaína bajo la alerta de la UE por el aumento de corrupción en los puertos

Fiscales e inspectores de Aduanas buscan cómo afinar en Vigo la detección de contenedores con droga, una estrategia que involucra a empresas portuarias privadas

Aunque las tácticas de tráfico de cocaína son versátiles y esta droga llega al consumidor por diversas rutas, su alta disponibilidad tiene mucho que ver con la gran cantidad de alijos que entran por los puertos, principalmente en contenedores de transporte comercial. Su número está actualmente disparado, con cargamentos insólitos por su volumen. Esta avalancha, que afecta a grandes puertos europeos y otros de menor tamaño como el de Vigo, ha puesto en alerta a la Comisión Europea. Bruselas exige desde el pasado año acciones conjuntas para contenerla y cuenta con un informe marco, Alianza Europea de Puertos, cuyo desarrollo costará al menos 200 millones de euros.

Galicia ya ha acogido la primera reunión para poner en marcha esta estrategia. El encuentro, organizado por la Fiscalía Especial Antidroga, se celebró hace unas semanas en el Consorcio Zona Franca de Vigo y a él asistieron la responsable de la Fiscalía Antidroga de la Audiencia Nacional, Rosa Morán, y al fiscal jefe de Pontevedra, Pablo Varela. Vigo ha despuntado en apenas dos años como el cuarto puerto de referencia para las mafias internacionales de la cocaína y la UE lo cataloga como uno de los “más vulnerables a las actividades de narcotráfico”.

Vigilancia Aduanera, a través de su directora adjunta, Eva Pedruelo, expuso los medios y la operativa de su departamento para la contención de alijos, mientras el delegado del Estado en el consorcio, David Regades, y representantes del sector privado pusieron el foco en la gestión portuaria y del tráfico de mercancías. Bajo las directrices de Bruselas, el encuentro de tres días a principios de diciembre sirvió para que el ministerio fiscal analizase los sistemas de la seguridad portuaria con representantes de Aduanas, dependiente de la Agencia Tributaria (AEAT).

La persecución penal del narcotráfico portuario o las investigaciones financieras vinculadas a recintos portuarios por parte de Hacienda en Galicia marcan la prioridad de la Fiscalía Antidroga. Morán defiende una revisión de la legislación para mejorar la respuesta y que la Audiencia Nacional asuma las investigaciones de las organizaciones internacionales que operan en los recintos portuarios.

La preocupación de Bruselas queda patente en su último informe sobre narcotráfico, que ahonda en que en los países de destino de estos cargamentos, que han multiplicado su volumen en los tres últimos años, “se han documentado altos niveles de delincuencia y corrupción del personal a lo largo de las cadenas de suministro”.

En 2024 España comunicó la mayor incautación de cocaína de su historia (13 toneladas) en un solo envío, oculta en plátanos procedentes del puerto de Guayaquil (Ecuador). De 37 toneladas apresadas en 2020 pasó a 124 el pasado año. Otros países del entorno también parecen haber cobrado importancia como puntos de entrada de cocaína en Europa. Entre ellos se incluye Portugal, que ha incautado cantidades cada vez mayores desde 2021 y que notificó casi 22 toneladas de cocaína en 2023, año de otro récord reportado por Alemania con la incautación de 43 toneladas de cocaína el doble que el año anterior.

La competencia en el mercado de la cocaína, a nivel tanto mayorista como minorista, es, incide la UE, “un importante motor de la delincuencia vinculada a las drogas, y en particular de la violencia y los homicidios vinculados a las bandas en algunos países”. Además, el incremento de la disponibilidad y el consumo de cocaína en Europa está incrementando los costes para la sociedad, tanto en términos de impacto en la salud pública como por la violencia asociada al mercado de esta droga.

En 2023, por séptimo año consecutivo, los Estados miembros de la UE notificaron una cantidad récord de cocaína incautada, que ascendió a 419 toneladas. Bélgica, España y los Países Bajos siguen siendo los países con mayores volúmenes de aprehensiones, lo que refleja su importancia como puntos de entrada de la cocaína que se trafica con destino a Europa y que sigue un gráfico ascendente.

El tráfico de drogas ilegales es muy dinámico y se adapta rápidamente a la evolución geopolítica, a los conflictos regionales y a los cambios en las rutas comerciales. En 2023 el cultivo y la producción de cocaína ha seguido aumentando en Colombia, impulsados por diversos problemas económicos y de seguridad. Además del uso de contenedores comerciales, en la actualidad se utilizan otros métodos combinados, como los narcosubmarinos que han llegado a Galicia desde 2019 para eludir la detección policial.

Tecnología contra el narco

Vigilancia Aduanera cuenta en cada recinto portuario con una sala Cescan, integrada en el Área de Control Radiológico en Frontera de la Subdirección General de Logística. Tiene como misión principal garantizar la seguridad y la vigilancia en los recintos aduaneros, tanto portuarios como aeroportuarios, mediante el uso de tecnologías de inspección no intrusiva y el control radiológico en frontera, aportando coordinación y conocimiento al personal de inspección.

Los agentes de la Cescan están especializados en el análisis de imágenes radioscópicas generadas por escáneres de rayos X, (alta, media y baja potencia), y en la detección, análisis y control de flujos de mercancías para que cumplan con los protocolos de seguridad radiológica, lo cual facilita la detección del tráfico ilícito. Su labor diaria combina la interpretación técnica de imágenes para captar anomalías con el control exhaustivo de entradas y salidas en el recinto portuario. Actúan como filtro de seguridad crítico para identificar, drogas o animales protegidos, incluso tráfico de personas. Esta vigilancia fronteriza se apoya en los equipos de inspección no intrusiva, imágenes que los agentes analizan con software específicos que permiten controlar las mercancías que entran y salen por las terminales.

España incautó el año pasado 124 toneladas de cocaína, la cifra más alta de los últimos cinco años, de las cuales más de la mitad (77.664 kilos) llegaron en contenedores, el principal medio de introducción de esta sustancia en la Península. El Ministerio de Interior informa de 105 contenedores marítimos (103 con cocaína, uno con hachís y uno con marihuana) y cuatro aéreos, siendo el principal origen Ecuador, seguido de Colombia y Surinam. Los puertos con mayores aprehensiones fueron Valencia, Algeciras, Barcelona y Vigo.

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