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Puigdemont da aire a la negociación de la oficialidad del catalán en Europa: “Hay recorrido y lo lucharemos hasta el final”

El ‘expresident’ carga contra el PP y el Gobierno alemán por bloquear el debate

El 'expresident' Carles Puigdemont y al rector de la Universitat Catalana d'Estiu (UCE) Jordi Casassas (i), en la ofrenda floral a Pompeu Fabra, en Prada de Conflent (Francia).
Camilo S. Baquero

El líder de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, ha aterrizado este martes en la Universitat d’Estiu de Prada de Conflent (Francia) pidiendo paciencia para concretar la oficialidad del catalán en Europa. “Hay recorrido y lo lucharemos hasta el final”, ha asegurado, sin descartar también conseguir ese objetivo, contenido en los acuerdos de investidura de Pedro Sánchez, mediante los tribunales si el camino diplomático no diera sus frutos. El también expresident del Govern ha pronunciado una conferencia sobre la lengua y Europa, en la que ha criticado que el Estado español no haya reparado el daño ocasionado por el franquismo a los hablantes de catalán, gallego y euskera y ha culpado al PP y al Gobierno alemán de ser los responsables del bloqueo de la iniciativa en la reunión del Consejo de Asuntos Generales de la UE, donde se sientan los titulares de exteriores de los Veintisiete.

“Tenemos que tener paciencia, es un proceso de maduración intenso”, ha pedido Puigdemont, que pese a criticar la lentitud para conseguir la unanimidad necesaria en el Consejo ha llegado casi a loar los buenos oficios realizados por el Gobierno de Sánchez para lograr ese objetivo. El actual Ejecutivo, ha dicho con respecto al reconocimiento de la diversidad lingüística, “explica y dice cosas que jamás pensé que leería o escucharía” por parte de un Gobierno español y ha defendido la robustez del dossier con que se explica la iniciativa a los ministros.

Puigdemont ha evitado poner límites temporales a la consecución de la oficialidad y ha sacado pecho del camino recorrido, además de lograr que se puedan hablar las lenguas cooficiales en las Cortes españolas. El expresident no ha querido entrar en las consecuencias que podría tener que esa petición se dilate en el tiempo y en cómo afectaría la duración de la legislatura de Sánchez, ante la que siempre ha amenazado con romper si no hay avance en los compromisos adquiridos por los socialistas. “En cada reunión del Consejo hay la oportunidad de conseguirla [la oficialidad], y hay un camino de litigio que no está descartado”, ha recordado.

El jefe de filas de Junts también ha aprovechado para cargar contra el argumento de que una lengua para ser oficial tiene que ser lengua de tratados y ha asegurado que hay informes jurídicos anteriores que corroboran esa tesis. A su parecer, el no a la oficialidad solo se entiende por razones políticas, no de carácter económico o jurídicas y ha considerado que todas esas dudas colaterales ya han sido resultas por parte del Gobierno a sus socios europeos.

“Impedir que el catalán recupere la normalidad de la que tendría derecho es perpetuar la victoria de Franco sobre nuestra lengua”, ha asegurado Puigdemont. Para el expresident, lo más revelador es que considera que quien más contribuye al bloqueo de la oficialidad en el Consejo “son los herederos de ese régimen con la ayuda de un país que prestó un apoyo decisivo para la victoria del fascismo español contra la República Española y Cataluña”. Señalaba así tanto al PP como a Alemania, aunque sin citarla. En la última reunión, en julio pasado, el ministro alemán para Asuntos Europeos, Gunther Krichbaum, planteó la necesidad de una reforma de los Tratados para justificar legalmente la oficialidad del vasco, el gallego y el catalán.

Para Puigdemont, aún a la espera de que la justicia decida si le aplica o no la Ley de Amnistía aprobada para los encausados por el procés independentista, el Gobierno central se ha movido muy tarde. “Hemos perdido trenes que pasaban”, ha asegurado el expresident, en referencia a la salida del Gobierno de Alemania del socialista Olaf Scholz y la llegada del conservador Friedrich Merz. Y en ese punto ha vuelto a ahondar en las críticas a la formación que lidera Alberto Núñez Feijóo: “No me parece muy leal que un partido que está en la oposición a un Gobierno tenga que llamar a otros países, aprovechando que manda su partido, para decir: ‘Haced el favor de tocar los huevos a mi Gobierno, al reino de España, porque esto que viene no me gusta”, ha dicho.

Ante el declive del uso social del catalán que muestran diferentes encuestas y estudios, Puigdemont ha asegurado que la primera responsabilidad de garantizar la supervivencia de la lengua es de sus hablantes y ha invitado al auditorio a no renunciar a utilizarlo en sus aparatos tecnológicos y en su consumo mediático. Si bien ha defendido que la oficialidad en Europa le daría una “capa de protección colosal” a la lengua propia de Cataluña, también ha puesto el traspaso de las competencias en inmigración a la Generalitat —otro punto del pacto de investidura— como una de las herramientas clave para el fomento de la lengua.

“Si la lengua falla, todo falla”, ha asegurado Puigdemont, citando al lingüista Pompeu Fabra. Para el exjefe del Govern no se puede ignorar que es gracias a la inmigración que Cataluña no pierde aún más población y por ello ve un “error” excluir a los inmigrantes del “relevo generacional que toda lengua necesita para sobrevivir”. De ahí que crea que es necesario que el Parlament pueda legislar sobre ello. “Si una persona no entiende qué es un café amb llet [café con leche en catalán] o un mal de panxa [dolor de estómago], ningún funcionario le debería dar el informe para la renovación [de la residencia]”, ha espetado.

Puigdemont ha dicho que ese planteamiento no es suyo ni es nuevo, sino que ya figura dentro del nuevo reglamento de inmigración, vigente desde mayo pasado. Ahí se establece que, para que informes de arraigo o para poder pedir la reagrupación sean favorables es indispensable certificar “el conocimiento y respeto de los valores constitucionales de España”, “los valores estatutarios de la Comunidad Autónoma en que se resida” y “el aprendizaje de las lenguas oficiales del lugar de residencia”.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.
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