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El Ayuntamiento de Barcelona tumba el plan de incluir una tienda textil en el proyecto del museo Thyssen

El centro en el antiguo Cine Comedia dispondrá de 2.750 metros para comercios vinculados al museo y un gran restaurante

Aspecto de la propuesta de reforma para alojar el Museo Carmen Thyssen de Barcelona.

Los promotores del proyecto del Museo Carmen Thyssen que debería ubicarse en el edificio del antiguo Cine Comedia han logrado que el Ayuntamiento de Barcelona valide un aumento del 45% del suelo edificable, que se aproximará a los 10.000 metros cuadrados (9.755 m²). Ese aumento de planta no solo beneficiará al espacio de exposición con el que contará el centro, sino que también amplía proporcionalmente la superficie que se podrá destinar a actividades complementarias a la propia del centro de exposición, entre ellas tiendas y un restaurante. Pero la sociedad encargada del plan, SW Culture BCN, hizo otro intento de rentabilizar todavía más su inversión: incluir en el proyecto, con la excusa que la exposición iba a incluir “elementos relacionados con el diseño textil”, una tienda con “usos comerciales vinculados con el textil” en la fachada del paseo de Gràcia con acceso desde dentro del museo. El Ayuntamiento no se lo ha permitido, según consta en el informe técnico-jurídico para la aprobación inicial del proyecto.

Enclavado en pleno centro de la ciudad, el edificio del Cine Comedia ocupa una de las parcelas más apetecibles de Barcelona desde el punto de vista comercial. La existencia actual de tres tiendas abiertas —un Massimo Dutti de tres plantas con fachada en la Gran Via y dos establecimientos más ocupados por Guess y Oysho con entrada en el paseo de Gràcia- era un obstáculo para que el proyecto saliera adelante, ya que esos comercios estaban en precario en un suelo previsto para equipamiento. La reforma para construir el museo obligaba a normalizar la parcela urbanísticamente y cerrar, por tanto, esos establecimientos. Los antiguos propietarios de la finca se resistían y querían mantenerlos —fuentes del mercado aventuran unos ingresos de unos dos millones de euros anuales en concepto de alquileres por esas tres tiendas— y ceder también en régimen de alquiler el resto del cine. Pero urbanísticamente era difícil conseguirlo y al final SW Culture optó por la compra de todo el solar y tener libertad para operar.

Esa tienda de moda que finalmente ha quedado abortada era una posibilidad de rentabilizar la inversión. Los dos establecimientos existentes en el paseo de Gràcia suman una superficie conjunta de alrededor de 1.000 metros cuadrados y su situación quedaría situada a la derecha del vestíbulo de acceso del futuro Museo Carmen Thyssen. “Se plantea la posibilidad de que el actual local comercial que actualmente tiene acceso desde el paseo de Gràcia, en el extremo norte de la parcela —dice el documento presentado—, pueda seguir funcionando como actividad complementaria al museo, siempre y cuando se establezca el acceso desde el interior del equipamiento y que se justifique su complementariedad con el uso principal”. El Ayuntamiento ha obligado a retirar ese texto de la propuesta, por lo que no podrá tener esa vinculación al textil que se reclamaba.

Pese a no conseguir su objetivo, la modificación del Plan General Metropolitano propuesta por el estudio OUA-Gamma para el proyecto del antiguo cine Comedia, bajo encargo del promotor del proyecto, plantea una reserva para actividades complementarias a las del museo de en torno a un 25% del techo total construido una vez rehabilitado el edificio. Como el aumento de superficie le dota de un techo total de 11.000 metros cuadrados, esa actividad podrá ocupar un total de 2.750 metros cuadrados que ocuparán básicamente la planta baja y la primera planta. ¿Y a qué se destinarán esas actividades? Un restaurante quedará integrado en el hall de entrada, al que se sumará “una librería especializada, una tienda del museo, una tienda más dedicada a productos culturales, de diseño y de moda y una concept store sobre el universo cultural de Carmen Thyssen”. Solo el restaurante, situado junto al hall de acceso, tendrá casi 1.000 metros cuadrados.

Los promotores argumentan que esa capacidad para dedicar el 25% a actividades culturales complementarias se explican porque “el nuevo equipamiento se implanta sobre un edificio catalogado que hará falta rehabilitar”. Según la información remitida al Consistorio, la inversión alcanzará los 22,7 millones de euros, cifra que se añade al de compra del inmueble. Fuentes especializadas en urbanismo señalan, sin embargo, que tanto la ampliación del suelo del edificio como el establecimiento de esa cuarta parte del total de la superficie a actividades complementarias son medidas discrecionales, no sujetas a ninguna normativa. Además, al tratarse de suelo considerado como equipamiento, no se ha realizado ningún análisis de plusvalías urbanísticas, pese al aumento del suelo.

Así es el aspecto que tendrá el futuro Museo Thyssen de aprobarse la modificación del MPGM.

“No todo vale”

Los futuros usos comerciales y la transformación del Palau Marcet para poder alojarlos han sido, precisamente, los reparos que han manifestado ERC y Barcelona en Comú, los dos únicos partidos que votaron en contra del primer trámite urbanístico de la reforma del edificio, que corre a cargo de los estudios arquitectónicos OUA Gamma y Casper Mueller. El proyecto tuvo luz verde gracias al “sí” de PSC, Junts, PP y Vox en la comisión de Urbanismo del Ayuntamiento del pasado 15 de julio, donde se dio el primer paso para poner en marcha el plan de reforma. Al presentar el proyecto en la comisión de Urbanismo, la teniente de alcalde Laia Bonet lo justificó asegurando que “dinamizará un eje significativo de la ciudad”.

Varias vistas del proyecto de reforma del antiguo Cine Comedia para alojar el Museo Carmen Thyssen.

No lo ven así desde la formación Barcelona en Comú, que mostró su rechazo a la propuesta: “Es un proyecto mercantilista, no todo vale y no sabemos si esto es un museo o es un espacio comercial con restaurante y área comercial”, expresó uno de sus portavoces en la votación. Desde ERC argumentaron su oposición al actual proyecto por su malestar con las obras de modificación del Palau Marcet. “No estamos en contra de la implantación del museo, pero de la misma forma que el arte es bienvenido, el patrimonio es importante”, alegaron. El partido considera que la propuesta “modifica el aspecto de manera contundente” y que “se pide a la ciudad que adapte normativas sin que haya garantía de que la colección vaya a permanecer en la ciudad”.

Con todo, la modificación del Plan General Metropolitano (MPGM) y la modificación del elemento 154 del Plan de Patrimonio Arquitectónico de la ciudad de Barcelona que plantea el documento actual para poder activar la reforma no está aprobado del todo. El plan de obras para alojar el futuro Museo Carmen Thyssen pasa ahora por una fase de alegaciones a la propuesta. Aunque en la comisión de Urbanismo, Junts voto sí, advirtió de que no descarta presentar alegatos o modificaciones. Donde debe aprobarse el proyecto de reforma es en el plenario del Ayuntamiento, tras un período abierto de consulta. Fuentes del Ayuntamiento calculan que esa votación podría celebrarse durante el otoño.

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