La CUP deja atrás el no a todo en Cataluña tras la renuncia de su líder en el Parlament
El relevo de Laia Estrada valida una estrategia más pactista y pragmática impulsada por la nueva dirección


Hace poco más de un mes, tras presentar una iniciativa de la CUP a las puertas del Parlament de Catalunya, Laia Estrada respondía con ironía a un periodista sobre la estrategia política del partido. “Uy, esto no lo sabemos ni nosotros”, dijo, en tono cómplice y bromista. Aquella respuesta de la hasta ahora líder de la formación antisistema escondía una verdad a medias: Estrada conocía el rumbo de la cúpula. Pero no lo compartía.
La marcha de Estrada del parlamento catalán se anunció el miércoles por “discrepancias políticas”, pero se cocía desde hace meses. La nueva cúpula de la formación, surgida tras un proceso de refundación culminado en octubre de 2024, focaliza su estrategia en obtener un mayor presencia en las instituciones y en la política cotidiana. Y ello obliga a repensar las líneas rojas y romper muros. También pactar. “Queremos tener una mayor influencia para mejorar la calidad de vida de la gente, y a veces son necesarios los pactos”, explican fuentes del secretariado nacional, el órgano de dirección del partido.
Para Estrada, representante del eje más nacional de la CUP, el camino de su formación en el Parlament no es suficientemente “rupturista”, según confirman varias fuentes. Así lo trasladó hace meses a la cúpula. Uno de los desencuentros más visibles, no el único, se dio en abril, cuando la CUP formó parte de la negociación de varias formaciones con el Govern para aprobar en un paquete de medidas de vivienda. Fue la primera vez que los antisistema levantaban el veto al PSC tras el procés y un primer aviso a navegantes del cambio de rumbo.
En aquellas negociaciones participó Laure Vega, su rival en las primarias que el partido organizó por primera vez para conformar las listas en las pasadas elecciones catalanas al no conseguir un consenso. Tras erigirse como uno de las principales opositoras del Hard Rock y de la sanidad pública, Estrada consiguió el apoyo de la militancia y ambas han compartido escaño hasta ahora.
La celebración de los comicios autonómicos antes de que finalizara el Procés de Garbí (como se denominó al proceso de refundación) ha dificultado el encaje de la estrategia de la cúpula actual en la política parlamentaria. Estrada es disputada desde 2021 y creció políticamente como regidora en Tarragona, donde participó en la política municipal entre 2015 y 2021, la fase más convulsa del procés.
Con poco poder en Cataluña y con la alcaldía de Girona como principal éxito político, el Parlament es un escenario imprescindible para marcar el nuevo perfil de la cúpula e intentar condicionar el rumbo del Govern, aunque sus cuatro diputados no sean necesarios aritméticamente. Ahora, el relevo de Estrada se plantea como un proceso natural vistos los puntos de vista. “Siendo la líder en el Parlament, existía una contradicción en la situación actual”, plantean desde el Secretariado.
A pesar de buscar un encaje hasta el último momento, la marcha de Estrada se trasladó finalmente el martes a representantes de la militancia. Tras avanzar la noticia Vilaweb, todos los actores confirmaron un divorcio que pretende ser amable. Estrada no rompe el carnet, regresa a la base; y el secretariado nacional consolida una nueva estrategia que pretende dejar atrás el no a todo que ha transmitido en varios periodos un partido formado por varias sensibilidades. El encaje entre el eje social y el nacional; y el debate sobre entrar o no en las instituciones han marcado el pulso interno de la CUP, actor principal durante el procés y con gran presencia parlamentaria hasta esta legislatura por la aritmética independentista.
Con la independencia de Cataluña como objetivo irrenunciable, pero en un nuevo contexto político en Cataluña, la CUP pretende acotar sus apuestas políticas. Y el acceso a la vivienda, la defensa del catalán, el refuerzo de los servicios públicos y la lucha contra el cambio climático se presentan ahora como algunos de los pilares de su ideario.
El nuevo rumbo parlamentario aspira a poner fin a la caída electoral que apuntan los sondeos. Tras pasar de nueve a cuatro diputados en los últimos comicios catalanes, el último barómetro del Centre d’Estudis d’Opinió advertía de que sus aspiraciones pasan como máximo por repetir resultados. El Secretariado pretende presentar el relevo de Estrada en septiembre, y ha rechazado que este tenga que ser Xavier Pellicer, como respondería la lógica del orden de las listas electorales.
El último discurso
Estrada se ha despedido este jueves del Parlament con un discurso desde su escaño tras haber recibido, ha dicho, “más atención mediática en un día que en toda la legislatura”. La líder independentista ha defendido la normalidad de discrepar políticamente y de no aferrarse a los cargos. “En política debe ser natural que haya discrepancias y hacer un paso al lado”, ha señalado.
Tras agradecer a las entidades sociales y civiles su activismo, Estrada ha pedido al resto de la Cámara “no olvidar” la creciente distancia, ha dicho, que existe entre la política parlamentaria y la vida diaria. Tras pedir frenar a la extrema derecha, el presidente del Parlament, Josep Rull, le ha reclamado moderar su discurso. “Cumpliré con el decoro del hemiciclo”, ha respondido Estrada, en referencia a las denuncias que hicieron Vox y el PP tras romper la semana pasada una foto de Felipe VI desde su escaño. “Ha sido un privilegio representar a la CUP en el Parlament. La política, en mayúsculas, se impulsa en la calle e irrumpe en las instituciones”, ha concluido Estrada para cerrar una etapa de los antisistema en el Parlament.
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