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“Que paren de trabajar”: crece la indignación por la muerte de una limpiadora en plena ola de calor

Los sindicatos exigen revisar los protocolos y adecuarlos a temperaturas cada vez más extremas

Jornada de calor con altas temperaturas en la capital catalana.
En la imagen, un trabajador del servicio de limpieza del Ayuntamiento de Barcelona barre bajo el sol en el parque de Joan Miró.  [ALBERT GARCIA] EL PAIS

La muerte de Montse Aguilar tras completar su jornada laboral barriendo las calles de Barcelona ha despertado el malestar de los trabajadores de la limpieza. A la espera de que la autopsia aclare si el fallecimiento de la mujer, de 51 años, está vinculado a un golpe de calor, los operarios denuncian que sus condiciones de trabajo ante episodios de altas temperaturas son inaceptables. Existen protocolos, sí, pero es “urgente revisarlos”, exigen los sindicatos. El Ayuntamiento de Barcelona ha recogido el guante y ha anunciado, este martes, que reunirá a todas las empresas “para evaluar los protocolos de calor”, ha dicho la primera teniente de alcalde, Laia Bonet.

La familia de Montse, molesta por el trato recibido por parte de la empresa FCC y del Ayuntamiento, pide que, mientras tanto, se priorice la salud: “Que paren. La vida vale más que el trabajo”, expresa su cuñado, Manuel Ceacero, portavoz informal de la familia. Este mismo martes, en una nueva jornada de calor intenso, otra trabajadora ha sufrido un mareo en la calle de Marina y ha sido trasladada al ambulatorio.

El sábado, con temperaturas que superaron los 35 grados en el centro de Barcelona, Montse limpió las calles de Ciutat Vella durante siete horas, en franjas de máxima asfixia: de 14.30 a 21.30. El Ayuntamiento afirma que la trabajadora llevó a cabo su servicio “con toda normalidad”. La familia, en cambio, sostiene que, cuando regresó a casa, le contó a su madre que había hablado con la encargada porque se encontraba francamente mal. Pocos minutos antes de morir, Montse también escribió un mensaje de WhatsApp a un amigo, diciendo que esa tarde pensaba que se “moría” y que había sufrido calambres y dolores en brazos, pecho y cervicales. Sobre las 23.00, cuando empezaba a cenar, se desplomó. Murió en el acto.

Su hermana, Clara Aguilar, y su cuñado, Manuel, declararon esa noche ante los Mossos y mencionaron el golpe de calor como posible causa de la muerte. La autopsia provisional, según ha podido saber EL PAÍS, habla de “traumatismo” (la mujer se golpeó la cabeza contra el suelo al perder el conocimiento), pero será la autopsia definitiva, que estará lista en dos o tres semanas, la que podrá determinar las causas de ese desvanecimiento. “Las empresas no pueden maltratar a sus trabajadores, han de invertir en salud. Nos gustaría que pararan los servicios de limpieza en homenaje a mi cuñada”, cuenta Manuel, llorando, desde el tanatorio de Sancho de Ávila de Barcelona, donde este martes han despedido a Montse.

Al funeral han asistido decenas de trabajadores a despedirse de Montse. “Nos podría haber pasado a cualquiera. Los protocolos no sirven. Nos dicen que llamemos al encargado, pero si no estás fijo, es complicado hacer esas cosas”, lamentaba Emiliano. “Te informan de dónde están los refugios climáticos y poco más”, lamenta. Otros compañeros critican que el uniforme con el que trabajan “no transpira”. Manuel se ha dirigido a ellos en el tanatorio: “Tenemos que hacer todo lo posible para que esto no vuelva a repetirse, es inhumano. Además, no ha venido nadie ni de la empresa ni del Ayuntamiento a despedirse de la que fue una empleada del servicio de limpieza”.

Temor a represalias

Desde que se conoció la muerte de Montse, los trabajadores han trasladado su malestar a través de mensajes en redes sociales y a la familia de la víctima. “No se nos hace caso cuando nos quejamos por las condiciones laborales, sol, nieve, agua viento”. “Cuando hay golpes de calor nos dan una Coca-Cola”. “Los planos [el recorrido a cubrir en cada jornada] son kilométricos y a pleno sol”. Los protocolos contemplan que un trabajador que se encuentra mal, admiten los sindicatos, pueda parar e incluso dejar su puesto de trabajo. Pero no suele hacerse porque eso puede tener consecuencias negativas; por ejemplo, un informe desfavorable que luego puede desembocar en “sanciones, amenazas o no renovaciones”, lamenta una trabajadora.

A la espera de saber si la muerte tiene “una conexión directa con las condiciones laborales”, Comisiones Obreras ha instado a las empresas a “revisar de forma urgente los protocolos de actuación”. El Ayuntamiento de Barcelona tiene dividida la contrata de limpieza entre cuatro empresas, que se reparten distintas zonas de la ciudad. Para el sindicato, es necesario “revisar de forma urgente los protocolos de actuación” y acometer mejoras ante un aumento de temperaturas que parece ir a más año tras año. Hay que adaptar los horarios y turnos de trabajo, planificar las rutas “con puntos de hidratación” y zonas de sombra” y comprobar que los vehículos de trabajo están climatizados.

El actual protocolo firmado por FCC, al que ha accedido EL PAÍS, prevé, en el caso de la limpieza pública, cambios horarios: adelantar una hora el inicio de la jornada para evitar la franja central del día (de 13 a 18 horas) siempre y cuando la Agencia Estatal de Meteorología haya decretado riesgo medio (naranja) o alto (rojo). No fue el caso del sábado, cuando ni siquiera se activó la alerta amarilla para Barcelona.

A la plantilla le ha molestado, también, la reacción inicial del Ayuntamiento de Barcelona ante el suceso. La mañana del lunes, el responsable de servicios de limpieza y recogida de servicios, Carlos Vázquez, dijo que el consistorio ya había recabado todos los datos, que no había indicios de negligencia y que por lo tanto no había nada que investigar. Ante la presión y las evidencias de que la trabajadora había expresado su malestar durante la jornada, el Consistorio tuvo que rectificar por la noche y anunció la apertura de un expediente informativo a la empresa FCC, que mantenía como empleada a Montse desde hacía tres años.

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