El PP endurece su estrategia para dar la batalla a Vox con la inmigración
Feijóo firma con sus presidentes autonómicos en Murcia un plan para “recuperar el orden y la ley” que discrimina positivamente a los hispanos


Alberto Núñez Feijóo y los barones autonómicos del PP llevan desde la tarde de este viernes encerrados en un palacete de Murcia trabajando en diversos asuntos para coordinar la estrategia común de los populares ante el nuevo curso político. La última en acudir a la cita, prevista desde hace semanas, fue la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que tomó el AVE de la 10 de la mañana y llego las 12.45 a la estación murciana. Tras haberse sumado tarde porque en la jornada anterior “tenía la ronda de portavoces parlamentarios de la Asamblea”, según su gabinete, la dirigente madrileña se plantó directa para intervenir con un discurso muy preparado en el debate que más le interesaba: el apartado sobre inmigración.
Los apuntes de Ayuso se sumarán a los de la sala de máquinas de Génova, donde la inmigración lleva meses sobrevolando como el gran tema al que aferrarse en su ofensiva desde la oposición. El endurecimiento de la posición del PP fue ya una pata esencial de la ponencia ideológica redactada y aprobada en el congreso nacional del partido de julio pasado. Y se ha instalado este mes de septiembre como el mensaje central de Feijóo, que encargó a su fichaje estrella del renovado comité ejecutivo, la vicesecretaria de Coordinación Sectorial, Alma Ezcurra, un “gran plan” en política migratoria.
El proyecto busca poner trabas a los llegados a España —para “restablecer el orden y la ley”— y priorizar en la acogida a través de “discriminación positiva” a los hispanos, por ser “culturalmente próximos” a los españoles. Todo bajo la “máxima de que contribuir tiene que ser condición para permanecer” en el país, con recortes en las prestaciones sociales que reciban los migrantes. La estrategia será presentada en público este domingo en el Teatro Circo de Murcia, junto a los barones autonómicos, a los que el líder del Partido Popular implica en adelante en la batalla para arrebatar a Vox su principal bandera.
“El PP va a ofrecer a los españoles el plan [de política migratoria] que merecen”, aseguró el secretario general de los populares, Miguel Tellado, este sábado en la capital murciana. “Para que se recupere el orden y la ley, para que se protejan nuestras fronteras y para luchar contra las mafias, para que se expulse a los que vienen a delinquir y para que se garantice la integración de quienes sí vienen a sumar. Nos guiará una máxima, contribuir tiene que ser condición para permanecer”, añadió el número dos de Feijóo en un vídeo distribuido a los medios.
En el tren que en el que viajaba Ayuso de Madrid a Murcia lo hacía también Rafael Núñez Huesca, portavoz adjunto del PP en la Asamblea madrileña y coordinador de Migración en Génova. El diputado autonómico es además, junto a Ezcurra, artífice del plan sobre inmigración. Huesca ejerció en el pasado de colaborador estrecho de Santiago Abascal e ideólogo de Vox. Hoy, la formación de extrema derecha —que enarboló desde sus inicios la lucha contra la inmigración—, está al alza en los sondeos públicos y privados. Según la última encuesta de 40dB. para EL PAÍS, la fuga de votos de la formación de Feijóo a la de Abascal alcanza el 16%.
Entre los votantes de Vox, el 14,9% afirma que la inmigración es el primer problema para el país, conforme al barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de septiembre. Entre los electores del PP, el dato es del 5,3%. Mientras que la inmigración se encuentra entre los tres principales problemas de España para el 46,9% de quienes se decantaron por Vox en los pasados comicios y del 26% que lo hizo por el Partido Popular. Con esos números, Génova es consciente de que si quiere arrebatar papeletas a Abascal, esta es en una guerra en la que tiene que entrar al cuerpo a cuerpo con la extrema derecha.
Eso sí, el combate entre partidos no es la única motivación para que el PP haya hecho de la inmigración el eje central de sus propuestas. Diversos estrategas del gabinete de Feijóo afirman en privado con vehemencia la necesidad de reducir la inmigración en España para preservar los valores culturales y la sostenibilidad del sistema público. Además, ponen el acento en que el islam es una religión que —aseguran— cercena derechos a las mujeres. Lo ven como una inquietud de primer orden.
Así, en el diseño de su plan, el PP pretende erigirse como el único partido que huye de populismos y enfrenta de cara el tema desde un punto de vista realista en contraposición tanto con Vox como con PSOE. A las pinceladas dadas estos días por Feijóo en Baleares se sumó este sábado otra propuesta avanzada por Tellado, deslizando que establecerán límites a la percepción del ingreso mínimo vital por parte de los migrantes. “El ingreso mínimo vital nació para proteger a quien lo necesita de verdad, no para convertirse en efecto llamada”, dijo el secretario general. “Eso es un agravio para la familia que cotiza, para el autónomo que madruga, para el parado que ha contribuido muchos de ellos, cientos de miles de inmigrantes que se esfuerzan cada día. España es un país abierto, sí, pero no injusto con los que siempre han tirado del carro”.
Dentro de la carpeta de “seguridad”, el PP abrirá también el debate sobre prohibir el niqab (el velo que solo deja los ojos descubiertos) y el burka en espacios públicos, mientras Vox presiona a sus Gobiernos autonómicos y locales para que vayan más lejos y veten el hiyab o velo islámico, una línea roja de momento para el PP. Junto a la inmigración y a la seguridad como materias clave, los barones populares expondrán este domingo otros acuerdos que incluirán y suscribirán bajo la Declaración de la Región de Murcia. La comunidad fue señalada este verano por los incidentes en Torre Pacheco, con agresiones de ultras a inmigrantes, y por la prohibición en Jumilla de la celebración de dos ritos islámicos en las instalaciones deportivas, una medida aprobada por el Ayuntamiento del PP tras una moción impulsada por Vox.
La firma de la Declaración de la Región de Murcia llegará tras dos jornadas de encierro de los barones y como colofón a una semana en la que Ayuso ha vuelto a ir por libre en su defensa a ultranza de Israel en la invasión sobre Gaza mientras otros presidentes autonómicos del PP como el andaluz, Juan Manuel Moreno, y el gallego, Alfonso Rueda, han marcado perfil propio frente a Feijóo al pronunciar la palabra genocidio. Una palabra que probablemente no habrá estado entre los folios de trabajo de los populares.
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