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La gestión de los incendios provoca un bronco inicio del curso político

El ‘número dos’ del PP llama ‘hooligan’ a la directora de Emergencias y el Gobierno acusa a los populares de pretender “utilizar” la tragedia

Fernando Grande-Marlaska y Pilar Alegría, en el primer Consejo de Ministros del curso político.

El curso político ha comenzado como terminó el anterior: con bronca entre el PP y el PSOE, pese a que la jornada de este martes inició con llamamientos por parte de ambos para evitar la crispación y el enfrentamiento. No funcionó. La gestión de los incendios que han arrasado buena parte del territorio español provocó un duro debate dentro y fuera de las Cortes. Los rescoldos de las más de 400.000 hectáreas calcinadas en agosto en tan solo dos semanas, una devastación que no se veía desde mediados de los años noventa, se han convertido en el último acelerante del enfrentamiento total entre populares y socialistas. Esta vez, a cuenta de la responsabilidad por la dimensión de unos incendios, cuya prevención y extinción es una competencia autonómica, que han teñido de cenizas algunos de los principales feudos de la derecha.

La Diputación Permanente del Congreso rechazó las comparecencias urgentes del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de ocho ministros, solicitadas por el PP en una sesión en la que el partido de Alberto Núñez Feijóo recibió las críticas de la mayoría parlamentaria por la gestión de unos fuegos cuyo descontrol atribuye a La Moncloa. La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, comparecerán a petición propia la próxima semana en el Parlamento. El Ejecutivo aprobó la concesión de ayudas en el primer Consejo de Ministros tras el parón estival, mientras la refriega se recrudecía en el Parlamento y en el Senado. La comparecencia de Margarita Robles en el Senado no fue como el PP esperaba. La ministra de Defensa acusó a las comunidades del PP de pedir medios “en abstracto” y a “horas sorprendentes” y relató cómo parte del material que suministraron no fue utilizado. Este miércoles será el turno de Aagesen, el jueves será el turno de Marlaska y el viernes cerrará Luis Planas, el ministro de Agricultura. Ese día lo hará también Alfonso Fernández Mañueco en las Cortes de Castilla y León, forzado por la oposición incluido Vox.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, durante su comparecencia en el Senado, el martes.

El PP mantuvo su política de ataques con el Gobierno. Su secretario general, Miguel Tellado, espoleó las críticas contra la directora general de Protección Civil y Emergencias, Virginia Barcones, a la que Elías Bendodo llamó “pirómana” la semana pasada. “No puede ser que al frente de Protección Civil haya un hooligan a favor del PSOE”, aseguró el número dos de Feijóo. Los populares redoblaron así, en la persona de Barcones, las acusaciones de inacción al Gobierno en su estrategia de desviar la atención de la gestión de sus barones. Sobre todo en Castilla y León, donde los populares gobiernan de forma ininterrumpida desde 1987 y, salvo sorpresa, se celebrará la próxima cita electoral como tarde en primavera. Los mentideros políticos barajaban que Mañueco pudiese adelantar los comicios al último trimestre de este año, pero es un escenario que fuentes populares y socialistas descartan de plano tras la gravedad de los fuegos que han asolado a su comunidad. Galicia es otro bastión del PP desde 1990, con la excepción de la legislatura en la que PSOE y BNG cohabitaron en la Xunta (2005-2009).

La ofensiva parlamentaria contra el Gobierno no le funcionó al PP, que contó con el apoyo de Vox en las nueve comparecencias y en tres obtuvo el respaldo insuficiente de Junts. “No hay emergencia en este país en la que la izquierda no intente sacar rédito político. No se espera ni siquiera a que la misma emergencia haya finalizado”, criticó la portavoz popular, Ester Muñoz. La propuesta estrella de Feijóo para combatir los incendios, la creación de un registro nacional de pirómanos, ahondó la soledad del PP y su dificultad para trenzar alianzas con la ultraderecha de por medio. “No son la causa principal”, zanjó sobre el papel de los pirómanos Mikel Legarda, diputado del PNV, que criticó la “toxicidad” y “ruido” político en torno al fuego. “No es esa la realidad. Tampoco podemos identificar al pirómano con el incendiario, hay que ser más serio al hablar de este tema”, reprochó Marlaska desde La Moncloa. “El desconocimiento creo que lleva a Feijóo a usarlo de forma ajena a la realidad. En el pirómano subyace una patología de carácter psiquiátrico y un incendiario lo hace por unos intereses de distinta índole. Y no podemos olvidar los incendios por negligencias, por imprudencias graves como hacer una barbacoa. Sin olvidar las causas naturales. Hay que ser más serio”, apostilló. Según los últimos datos de Interior, de 2023, la Guardia Civil tuvo conocimiento ese año de 2.944 incendios. De ellos, 225 fueron “intencionados” (7,6%) y los provocados por “pirómanos” fueron 15 (0,5%).

Pese a que los puentes entre PP y PSOE están cada vez más lejos, el Gobierno insistió en la necesidad de un pacto de Estado que facilite la reacción de las distintas administraciones, legislatura tras legislatura con independencia del partido que gobierne. “La utilización de este tipo de tragedias forma parte de la política prioritaria del PP. Que se preocupen de mejorar la gestión de sus gobiernos autonómicos. Si el PP deja de utilizar estas tragedias sin ningún tipo de contenido político, podría atenerse a un pacto de Estado”, observó Marlaska. El PP desdeña la medida, que achaca a “una cortina de humo” de Sánchez. En el Gobierno preocupa que el PP asuma como propio el discurso de Vox. “Ese negacionismo [del cambio climático] ha ido adquiriendo más protagonismo en responsables del PP, eso es una desgraciada realidad”, lamentó su portavoz, Pilar Alegría.

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