Ir al contenido
_
_
_
_

La situación de los incendios mejora pero “muy lentamente” con 15 fuegos graves en activo

Nuevas poblaciones en Castilla y León han tenido que ser desalojadas por la cercanía de las llamas

Incendio de Carballeda de Valdeorras (Ourense)
Antonio Jiménez Barca

La evolución de los grandes incendios que arrasan el noroeste de España es positiva y cada día que pasa la situación, en general, mejora. Pero muy poco a poco. Muy lentamente. Así lo manifestó este domingo la directora de Protección Civil y Emergencias, Virginia Barcones, que confirmó que aún hay activos 15 incendios graves en el país. En la rueda de prensa celebrada después de la reunión del Comité Estatal de Coordinación y Dirección del Sistema nacional de Porotección Civil (CEDOD), Barcones recordó que la previsión meteorológica de que sople el viento sur incrementa el riesgo de que las llamas se reaviven. Pero matizó que el descenso paulatino aunque constante de las temperaturas en las zonas afectadas, sobre todo de noche, podría permitir una mejora de la crisis. En cualquier caso, ha pedido no bajar la guardia, pues en algunas zonas el riesgo sigue siendo alto o extremo.

Es lo que sucedió el sábado por la noche en el incendio de Porto, que saltó desde Zamora a León, poniendo en riesgo a los más de 300 habitantes de la localidad de La Baña, que tuvieron que ser desalojados. O lo que ocurrió el domingo por la tarde en el de Garaño, también en León, que pasó a amenazar a nueve poblaciones, cuyos habitantes tuvieron que ser evacuados. Se trata de localidades pequeñas. Viñayo, la mayor, tiene 80 habitantes.

En Castilla y León aún se cuentan diez incendios graves. En Asturias continúan activos tres: en Degaña, Cangas del Narcea y Somiedo, que ya han consumido más de 6.000 hectáreas. El presidente del Principado, Adrián Barbón, reconoció este domingo: “No están siendo días fáciles” y advirtió que aún hay que perimetrar bien las zonas quemadas. “Estamos conteniendo la situación a la espera de que cambie la situación ambiental ―una bajada de temperaturas y mayor humedad con viento norte o lluvia― para poder atacar estos frentes”, añadió.

El panorama mejora en Galicia, en la provincia de Ourense, de lejos, la más castigada por el fuego. El diario ourensano La Región calculaba que después de dos semanas de incendios imparables ya se han quemado aproximadamente 90.000 hectáreas, más o menos el 15% del monte de la provincia. Este domingo permanecían descontrolados dos grandes fuegos allí: el de Carbelleda de Valdeorras, que ha calcinado ya 4.000 hectáreas, y el de Chandrexa de Queixa, que ha arrasado más de 30.000. Las imágenes del de Carballeda del sábado por la noche eran sobrecogedoras, con todo el monte orlado de una corona de llamas.

Con todo, Ourense comienza a respirar. El mastodóntico incendio de Larouco, con 44.000 hectáreas calcinadas, el más devastador de la historia de Galicia, está estabilizado. También lo está otro de los grandes fuegos que ha martirizado esta zona: el de Oímbra, con más de 28.000 hectáreas.

Es difícil recorrer el extremo sureste de esta provincia sin toparse con vastas extensiones de terreno calcinadas. A veces los viñedos o las huertas han servido de cortafuegos. Otras veces no. Y también es difícil no encontrarse con alguien a quien el fuego, de una manera u otra, no le haya perjudicado.

En algunas tiendas de Verín (13.000 habitantes) se han colocado botes para ayudar a vecinos que lo han perdido todo. En los pueblos se duerme con un ojo abierto y otro cerrado porque pueden existir lo que los técnicos denominan reactivaciones, esto es, una segunda vida para un incendio que se consideraba apagado. En muchos casos, las raíces de los árboles siguen ardiendo y eso puede hacer que el fuego, aparentemente dormido, se despierte. Hay quien ha perdido sus colmenas o su ganado. En las plazas de los pueblos, muchas personas mayores siguen mirando de reojo al monte. El pasado viernes, dos señoras mayores de la localidad de Matamá se echaban a llorar al recordar la noche en la que pensaron que tenían que salir corriendo con lo puesto porque las llamas iban a prender la casa.

Las previsiones apuntan que el miércoles o el jueves entrará en la región un frente lluvioso. Como apuntaba el presidente asturiano Barbón, será entonces cuando todo cambie de una vez.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_