El PP, de la euforia al mal sabor de boca: “Nos han empatado en el último minuto”
Los populares trabajan con el escenario de que haya pronto elecciones. Algunos barones adelantarán sus comicios si hay generales

La política española cambia en un instante. En apenas 20 días, el PP ha transitado de la euforia al mal sabor de boca. “Es como si nos hubieran empatado en el último minuto del partido”, lo describe un presidente autonómico del PP. Los populares vivieron exultantes el congreso del partido de principios de julio, marcado por el caso Cerdán y la renuncia del dirigente socialista Paco Salazar por acusaciones de acoso a mujeres, pero solo unas semanas después los conservadores ya no se sienten tan pletóricos. “Nos hemos quedado todos un poco fríos con el caso Montoro y la dimisión de Noelia Núñez”, admite un barón popular sobre los dos escándalos que han impactado a finales de mes en el PP rompiendo su estrategia.
La imputación de un plumazo de las cúpulas del Ministerio de Hacienda en las dos etapas en las que Cristóbal Montoro lo dirigió (2000-2004 y 2011-2018) pilló con el pie cambiado al PP. Alberto Núñez Feijóo, con viento de cola desde el boquete que dejó en el PSOE el informe de la UCO sobre el exsecretario de Organización Santos Cerdán, se topó de golpe con el pasado reciente de su partido.
La cúpula popular no era ajena a que Equipo Económico, el despacho que fundó Montoro, estaba siendo investigado por prácticas sospechosas, pero sí se sorprendió al conocer el sumario, que llevaba bajo estricto secreto siete años. De haberlo sabido, Feijóo no habría reivindicado solo dos semanas antes el legado de los dos expresidentes del Gobierno del PP, José María Aznar y Mariano Rajoy, a los que se dio un papel protagonista en el congreso del PP. En su discurso, Rajoy se permitió sacar pecho de cómo actuó contra la corrupción. La noticia no pudo ser más inoportuna para el líder popular, que había centrado toda su estrategia en atacar por sus corruptelas al PSOE.
“Nos ha roto el relato”, se escucha en algunos sectores del PP. Los populares admiten también el problema reputacional, aunque creen que el caso está “encapsulado” en torno a Montoro y que no tiene el mismo impacto que el caso Cerdán en el PSOE, porque no afecta a colaboradores actuales de Feijóo. Sí hay inquietud por si termina salpicando al recién nombrado como vicesecretario de Economía, Alberto Nadal, que fue mano derecha de Montoro como secretario de Estado de Presupuestos. El nombre de Nadal, que se incorpora en septiembre a Génova, aparece citado en el sumario, aunque no como uno de los imputados. “Un lumbreras el que decidió recuperarlo”, ironiza un dirigente territorial del PP.
Feijóo ha llamado a que se investigue hasta el final, y quiere reivindicar que su actitud es otra a la del PSOE, aunque desde el estallido del caso todavía no se ha sometido a una rueda de prensa.
El líder del PP lleva a cuestas la mochila del PP. Algunas piedras, como la de Montoro, aparecen de forma sorpresiva detrás de cualquier esquina. Otras ya están programadas: la Audiencia Nacional celebrará en mayo y junio de 2026 el juicio del caso Kitchen, en el que Jorge Fernández Díaz, exministro del Interior de Rajoy, y Francisco Martínez, exsecretario de Estado de Seguridad, se sentarán en el banquillo.
Un personaje del pasado de Feijóo también ha regresado estos días de entre la sombras. El narcotraficante Marcial Dorado, con quien el líder del PP veraneaba en los noventa, concedió una entrevista en El Confidencial en la que afirmaba que el PSOE le ofreció supuestamente dinero para obtener información comprometida del jefe de la oposición.
La principal preocupación en el PP es cuánto engordará Vox con los últimos escándalos, que actúan como combustible para los ultras. Tras su congreso, Feijóo proclamó que se veía en condiciones de conseguir una mayoría absoluta, pero el crecimiento sostenido de la extrema derecha torpedea esa hipótesis. “Cuanta más bronca haya, más crece Vox”, analiza un barón popular, que cree que al PP le beneficiaría “un punto de tranquilidad”.
Esa tendencia al alza de los ultras ha provocado un efecto arrastre en el discurso del PP sobre la inmigración, principal campo de batalla de la extrema derecha en toda Europa, y también en el tono general de oposición de Feijóo, que se ha endurecido.
Tras los incidentes racistas en Torre Pacheco (Murcia), el líder del PP ha propuesto facilitar la expulsión de los inmigrantes con residencia legal que delincan. Y en el final de temporada ha disparado con el calibre más grueso contra Pedro Sánchez, sacando a relucir las saunas gays de su suegro, ya fallecido, y acusándole de haberse beneficiado “del abominable negocio de la prostitución por los negocios de su familia política”. Feijóo se ha justificado por usar esa munición contra el líder del PSOE como una reacción sobrevenida a sus ataques. “Si escucha todo lo que ha dicho [Sánchez] de Fraga, de Aznar, de Rajoy, del presidente de Andalucía, de la presidenta de Madrid, de mí... ¡Ya está bien!"
La temperatura en aumento de la oposición del PP se explica también porque los populares esperan elecciones pronto. El recién nombrado secretario general, Miguel Tellado, se ha lanzado a recorrer todos los territorios activando al partido para unos posibles comicios, aunque todavía no tengan fecha. Este viernes, en Alicante, donde volvió a dar apoyo al president Carlos Mazón, Tellado alertó a los suyos: “Tenemos que estar preparados para unas elecciones generales”.
“El partido está muy activado pensando que puede haber elecciones pronto, porque si Sánchez tampoco logra sacar los Presupuestos en otoño de este año, lo lógico sería que se celebraran en el primer semestre de 2026”, analiza un dirigente veterano, que advierte: “¿Pero y si no las hay?“. ”El día de cierre del congreso del PP parecía que había elecciones el día siguiente", recuerda. “El riesgo”, razona, “es que si no las hay, nuestras bases caigan en la frustración”.
Los barones del PP también están muy pendientes de la fecha de las generales. Algunas comunidades gobernadas por los populares, como Castilla y León (que es la primera a la que le corresponde ir a las urnas en 2026), adelantarán sus comicios para hacerlos coincidir con las generales si Sánchez las convoca antes, según fuentes conocedoras de los planes de Alfonso Fernández Mañueco. También lo estudia Andalucía y otras autonomías del PP a las que Vox no ha permitido aprobar los Presupuestos, como Aragón o Extremadura.
La dimisión de la vicesecretaria Noelia Núñez por falsear su currículo ha dado la puntilla a un fin de temporada que el PP esperaba mejor. Feijóo sigue, en todo caso, afrontando la pelea desde una posición cómoda, liderando las encuestas, y mientras el Gobierno sufre con sus propios escándalos y una mayoría parlamentaria precaria.
Por muchas piedras que aparezcan en su camino, el líder del PP cree que el caso Cerdán es una espada de damocles para Sánchez, y espera que en septiembre se reactive con nuevas revelaciones e informes de la Guardia Civil. “Lo importante no es cómo acaba el curso, sino cómo empieza”, defiende un estrecho colaborador de Feijóo, que concluye: “Y hay cuestiones que son inexorables”.
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