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La estrategia de Feijóo con Vox abre el debate en el PP: “Al votante socialista no lo vamos a atraer nunca”

Tras gobernar en coalición en comunidades y ayuntamientos, Génova promete ahora que hará lo contrario en el Gobierno. En privado, un barón admite que “todo dependerá de los escaños”

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, preside la reunión plenaria de los grupos parlamentarios del Partido Popular del Congreso y del Senado, este martes en Madrid.
Elsa García de Blas

Con algunos titubeos iniciales, el PP ha elevado a compromiso el deseo expresado por Alberto Núñez Feijóo en su discurso de clausura del congreso del PP de formar un Gobierno en solitario si consigue una mayoría para llegar a La Moncloa. Es decir, que Feijóo, según ha afirmado su secretario general, Miguel Tellado, se compromete a que Vox no forme parte de un eventual Consejo de Ministros presidido por él, aunque sí llegaría a acuerdos de investidura o de legislatura con la extrema derecha. El líder del PP ha lanzado una estrategia novedosa, ya que no quiso confirmar que no gobernaría con los ultras en la pasada campaña de las elecciones generales de 2023, ni tampoco impidió que el PP formara cinco gobiernos autonómicos y en decenas de Ayuntamientos con la extrema derecha. El mensaje, que ha sorprendido al partido, que lo ignoraba, trata de evitar que la izquierda se movilice por miedo a un Gobierno de Feijóo con los ultras, pero también tiene riesgos por las tensiones con Vox, y genera debate interno en el PP.

En su discurso de clausura ante el congreso del PP, el recién reelegido líder del PP proclamó: “Yo quiero un Gobierno en solitario. El único Gobierno de coalición no ha funcionado”. Feijóo lo expresó como una aspiración o un deseo, pero no llegó a formularlo como un compromiso explícito de que no meterá a Vox en un eventual Gobierno. Sí lo han hecho después los principales escuderos de Feijóo elegidos en el congreso, el secretario general, Miguel Tellado, y la portavoz parlamentaria, Ester Muñoz, que han elevado ese propósito a una promesa del PP. “El compromiso del PP es un Gobierno en solitario”, dijo este martes Tellado en una entrevista en Onda Cero, en la que defendió al mismo tiempo que “respeta mucho más a Vox que a Sumar” y que “Vox tiene más sentido de Estado que Podemos”. Muñoz remachó en una rueda de prensa en el Congreso: “Nos comprometemos a que no habrá un Gobierno del PP con ministros del PSOE; ni a un Gobierno del PP con ministros de Vox”.

El PP cree que ahora puede atraer a votantes socialistas descontentos con el caso Cerdán. “Apelamos a un electorado de izquierdas que dice ‘ya está bien”, indican en el gabinete del líder popular. “Hay mucha gente del PSOE que no entiende la amnistía, el cupo catalán o que se llame a La Moncloa a Bildu”, defienden en la cúpula del PP.

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, preside la reunión plenaria de los grupos parlamentarios del Partido Popular del Congreso y del Senado, celebrada este martes en el Congreso de los Diputados.

El reciente compromiso del PP tiene el problema de que resulte creíble para el electorado progresista, que ya ha visto cómo dejó entrar a Vox en cinco gobiernos autonómicos y decenas de Ayuntamientos, a pesar de que los candidatos del PP también dijeron en campaña que querían gobernar en solitario. Los ultras rompieron estos ejecutivos de forma unilateral en julio de 2024, y desde entonces han aprobado al PP sus Presupuestos en unas autonomías sí y en otras no, a cambio de exigencias.

Eso, y que sea suficiente para esos votantes de izquierdas con la línea roja de no incluir a la extrema derecha en el Ejecutivo, porque abriéndose a pactar con ellos desde fuera pueden tener mucha influencia con sus políticas, como también ha ocurrido en las autonomías.

El último ejemplo de cómo presionan los ultras al PP es muy reciente. Vox ha defendido por vez primera abiertamente deportar a siete u ocho millones de personas de origen extranjero, incluidos inmigrantes de segunda generación: es decir, nacidos ya en España. Y fuentes de la dirección parlamentaria de Vox han advertido de que la inmigración será clave para que el PP consiguiera su apoyo, y que si el PP insiste en regularizar inmigrantes, Feijóo no logrará gobernar en solitario si requiere sus votos. El PP se desmarcó ayer de las deportaciones masivas de inmigrantes y también de las regularizaciones masivas.

La nueva estrategia del PP tiene también el inconveniente de que agita las tensiones con Vox. Santiago Abascal ha cargado contra Feijóo alertando de que no quiere ministros de Vox “porque quiere que su Gobierno sea una coalición con el PSOE”, ha escrito en la red X. “Me parece legítimo que aspire a eso, pero debe decirlo claramente. Lo que no puede es seguir estafando. Que los españoles decidan: el PSOE de Sánchez, el PSOE de Feijóo... o la verdadera alternativa de Vox”, concluye. Esa tensión puede impedir el trasvase de votantes de la extrema derecha hacia el PP. Feijóo tiene una ambición atrapalotodo, pero el riesgo es el de la manta corta: si tira de un lado, se destapa por el otro.

Algunos sectores del PP recelan por eso de ese mensaje y, además, creen que es un error hablar de los pactos poselectorales con tanta antelación a las elecciones y hacerlo sin la “ambición” de ir a por una mayoría más amplia que permita no depender de ellos, según fuentes territoriales.

“Yo no lo veo, creo que lo que tenemos que hacer es normalizar a Vox, igual que el PSOE ha conseguido hacer con Bildu”, opina un diputado popular que resume una teoría que se escucha en muchos foros populares. “Al votante socialista no lo vamos a atraer nunca, como mucho se irá a la abstención. Y, en cambio, el electorado de la derecha no tiene problemas a que pactemos con Vox”.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, durante el pleno extraordinario en el Congreso de los diputados este martes.

Feijóo no había informado a sus barones previamente de que lanzaría esa nueva estrategia en el congreso del partido, como aseguran algunos de ellos, que también recibieron con “sorpresa” el mensaje del líder popular. “A los votantes de Vox no les gusta que se les trate de tontos. Feijóo ha marcado bien la estrategia porque les ha dicho que no les deja entrar en el Gobierno pero que no les hará un cordón sanitario”, analiza un barón del PP, que duda de que sea posible llevar hasta el final ese objetivo dependiendo si los ultras lograran un gran resultado. “Vamos a ver lo que ocurre, todo dependerá del número de escaños. No es lo mismo que saquemos 130 que 160″.

Los presidentes autonómicos todavía no han decidido si replicarán la misma estrategia en sus elecciones regionales, y algunos de ellos aseguran que quieren ver primero cómo le funciona al PP a escala nacional. En todo caso, Feijóo se ha emancipado de sus barones y fija su propia estrategia sin encomendarse a nadie, como reconocen algunos de sus líderes autonómicos: “El Feijóo de hace tres años, cuando llegó a la presidencia del PP, intentaba no pisar callos. El de hoy, explica sus decisiones, pero no pide permiso”.

El mensaje que Feijóo quiso lanzar en el congreso del PP, y que repetirá hasta las elecciones, según fuentes de su equipo directo, estaba muy pensado y muy medido. A la vez que quiso dejar claro que no haría a Santiago Abascal vicepresidente, Feijóo también lanzó un guiño a los votantes de la extrema derecha. “¿Vamos a establecer un cordón sanitario a Vox como nos pide la izquierda?“, se preguntó el líder del PP a sí mismo en su discurso ante el plenario. ”No”, se respondió. “Es la tercera fuerza política, sus votantes merecen un respeto y yo no estoy dispuesto a arrinconarles”. La idea se resume en sí a pactar con Vox, no a meterlo en el Gobierno.

El líder del PP había preparado con su equipo de colaboradores más estrechos esa intervención desde hacía varios meses. El núcleo duro decidió lanzarlo en el congreso porque era una forma de hacerlo más solemne y también por el contexto de fragilidad del PSOE tras el estallido del caso Cerdán, porque Génova cree que es el momento perfecto para apelar a los socialistas descontentos. “Con este movimiento, le quitamos al PSOE la portada y cinco páginas de su argumentario”, explican en la sala de máquinas del PP. En la pasada campaña del 23-J, Pedro Sánchez logró remontar en la recta final por el temor de parte del electorado progresista a que los ultras entraran en el Gobierno.

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Sobre la firma

Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.
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