Sánchez prepara una sacudida en el PSOE para no tirar la toalla
El PSOE prevé endurecer su código ético y sus controles internos, pero Sumar ha exigido este miércoles más contundencia en la reunión de seguimiento de la coalición

Nadie discute que es el momento político más difícil de Pedro Sánchez en sus siete años de Gobierno, que han sido especialmente complejos, con una pandemia y unas elecciones que parecían perdidas en 2023. Toda la presión está sobre él. Su poder absoluto en el PSOE y el Gobierno, su forma personalísima de gestionar las crisis, escuchando a todos pero sin decirle a nadie lo que piensa, y el hecho de que la responsabilidad del nombramiento y confirmación de Santos Cerdán sea suya, hacen que todas las miradas del PSOE, del Gobierno y de los socios estén sobre sus primeros movimientos internos este sábado en el comité federal, a los que seguirán otros de reformas el 9 en el Congreso.
Solo él puede saber con certeza qué ofrecerá el sábado en el comité federal, pero las expectativas son muy altas y distintas fuentes coinciden en que Sánchez prepara una gran sacudida en el PSOE que trate de taponar el enorme agujero de credibilidad que ha provocado el caso Cerdán y su entrada en prisión. Aunque algunos dirigentes creen que sería una solución válida, no parece que el presidente esté pensando en un congreso extraordinario, según su entorno, pero sí en cambios muy relevantes no solo de personas, algo obligado con la salida de Cerdán, sino también de formas de actuar, de controles, de la gestión interna del partido.
Habrá previsiblemente cambios en el código ético —está encima de la mesa la expulsión directa por contratar prostitutas, un asunto que está haciendo un daño enorme a la imagen del PSOE por las conversaciones en las que José Luis Ábalos y Koldo García hablan de ellas como si fueran ganado—, pero también en el sistema de control, y se están buscando soluciones similares a las que utilizan las grandes empresas en el llamado compliance (cumplimiento normativo, políticas de control ético para garantizar que las actuaciones se ajustan a las normas).
El cuarteto que Sánchez designó tras la caída de Cerdán para que revisara las cuentas del PSOE y averiguara a fondo qué pudo pasar y quién más podía estar implicado no ha encontrado ningún rastro de financiación ilegal, aseguran distintas fuentes, y este es un asunto decisivo porque es una línea roja para los socios, pero siguen analizando todo hasta el comité federal para llevar una información lo más completa posible.
La reunión se prevé complicada, porque aunque Sánchez controla el partido y los críticos son una minoría pequeña, el PSOE está en shock al ver a su ex secretario de organización en la misma cárcel que Luis Bárcenas, ex tesorero del PP y epicentro del caso Gürtel. Es previsible que muchos dirigentes exigirán actuaciones más rápidas y contundentes, y es posible que alguno pida un congreso extraordinario. Varios dirigentes regionales consultados no lo ven oportuno ahora porque generaría más problemas que soluciones, aunque Sánchez probablemente no tendría rival con posibilidades de victoria. En cualquier caso, todo está abierto y la situación es tan crítica que puede cambiar en horas.
Lo que sí parece cada vez más claro es que el presidente no tiene ninguna intención de tirar la toalla, por los mensajes que dirige a su entorno más inmediato y a las personas que hablan con él estos días, en los que sigue concentrado y al teléfono para buscar una salida a esta crisis en los intervalos de la cumbre de la ONU sobre cooperación al desarrollo en Sevilla, donde estará casi toda la semana. Sánchez está decidido a seguir y todo lo que hace se mueve en esa dirección.
El ejemplo de Costa en Portugal
Muchos de los miembros de la cúpula de Sánchez plantean el ejemplo portugués: António Costa, que tenía mayoría absoluta y mucho mandato por delante, dimitió por la implicación de sus colaboradores más estrechos en un escándalo, pero luego este acabó en nada. Esa decisión le costó el poder a la izquierda portuguesa y una batalla de sucesión no resuelta en los socialistas de este país que ha consolidado a la derecha e incluso ha hecho que la ultraderecha empate con el PSP. Costa se ha rehabilitado como presidente del Consejo Europeo, pero la izquierda portuguesa ha quedado muy debilitada cuando tenía una mayoría absoluta hace solo tres años. Sánchez tampoco quiere dejar paso a otro candidato, explican, porque eso ya se probó con Zapatero y Rubalcaba y el resultado fue desastroso para el PSOE y derivado en una guerra interna durísima.
Entregar el poder en este momento a la derecha sería una irresponsabilidad, insisten, cuando Sánchez tiene mandato constitucional para dos años, y aún tiene una mayoría parlamentaria que no quiere elecciones ni apoyar una moción de censura del PP, y ni siquiera está pidiendo una cuestión de confianza, explican. De hecho en La Moncloa se ha visto con regocijo el portazo que socios como el PNV o Junts le han dado al PP en su intento de contactar con ellos para intentar una moción de censura.
Así que de momento el Gobierno gana tiempo hasta el sábado, cuando se tomarán las decisiones, y muestra su desolación por el escándalo. “Ver entrar en la cárcel al señor Santos Cerdán es una imagen tan profundamente desgarradora como decepcionante y dolorosa por unos hechos bochornosos y terribles. Y confirma nuestra determinación para seguir combatiendo la corrupción como venimos haciendo estos años y seguir colaborando con la justicia con la máxima transparencia”, dijo la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, tras el Consejo de Ministros.
La situación, en cualquier caso, es muy compleja. Sumar, el socio más importante, con el que gobierna en coalición el PSOE, está cada vez más molesto y ha forzado una reunión del gabinete de crisis entre los dos partidos este miércoles, a las 10.00 en el Congreso. “Hay que actuar ya, la situación es muy grave”, dijo Yolanda Díaz este martes, para gran enfado del sector socialista.
Tras la reunión, Sumar ha escenificado su malestar con el PSOE: “No son conscientes de la gravedad de la situación”, ha señalado el portavoz de la coalición, Ernest Urtasun. Sumar advierte tras reunirse con la parte socialista del Gobierno que esta “se la juega” y reclama a Sánchez que recoja medidas como ley integral anticorrupción que prohíba a las empresas condenadas en la última década por corrupción que puedan concurrir durante 20 años a concursos públicos. Además, plantean extender a 30 la inhabilitación para políticos penados por este tipo de delitos, expropiar bienes adquiridos por fondos ilícitos, una agencia independiente contra la corrupción y endurecer las penas por cohecho, soborno impropio y delito fiscal.
Sumar ha elevado el tono, consciente también de lo complicado de su papel: ser crítico pero justificar, de momento, la permanencia en el Ejecutivo. Para la formación de Díaz, quien pidió muy seria la reunión el mismo día que estalló el escándalo, era importante que el encuentro se produjera antes de la comparecencia de Sánchez el 9 de julio en el Congreso. El socio minoritario del Gobierno llega a la cita con dos exigencias claras: medidas de regeneración democrática que garanticen también la depuración de responsabilidades en el PSOE y el giro social de la legislatura, desempolvando iniciativas incluidas en el pacto de Gobierno que hasta ahora habían sido relegadas al olvido, como los permisos de conciliación retribuidos o la prestación universal por crianza.
La propia Díaz, que no acude a la reunión igual que no lo hizo en la que se convocó en mayo del año pasado, volvió a mostrarse durísima este martes desde la cumbre de la ONU en Sevilla al tildar de “vergüenza” la imagen de Santos Cerdán entrando en prisión un día antes. “Es muy grave, no quiero poner paños calientes”, dijo. “Estamos muy enfadados, igual que ustedes y el conjunto del país. Es una indecencia”, ahondó antes de urgir al PSOE a actuar: “No hay más dilaciones, hay que tomar medidas claras, rendir cuentas de manera clara. Hay que explicar esto. Nos tienen que contar al país qué ha pasado, hasta dónde llega. No es un problema del Comité Federal del sábado, es del país”, apostilló en referencia a la importante reunión de la dirección del PSOE este fin de semana. El líder de IU, Antonio Maíllo, también subrayó la relevancia del encuentro para garantizar “una actuación del Gobierno implacable con la corrupción” y que tiene que ser traducido en medidas” que se pongan en marcha en unos plazos concretos. Como la vez anterior, encabezará la delegación de Sumar el ministro de Cultura y portavoz de la formación, Ernest Urtasun, pero esta vez habrá representantes de otros partidos para dar voz a todas las sensibilidades dentro del grupo.
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