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Las capacidades que España ha comprometido con la OTAN: de defensa antimisil a sistemas contra drones

Sánchez y Rutte coinciden en que se cumplirán las objetivos acordados, pero discrepan de su coste

Militares españoles con la batería de misiles Patriot desplegada por el Ejército de Tierra en Adana (Turquía).Foto: Javier Lizón (EFE) | Vídeo: EPV
Miguel González

Reforzar la defensa antiaérea y antimisil, mejorar los sistemas antidrón, adquirir equipos de guerra electrónica, completar los llamados capacitadores del Ejército de Tierra o suministrar servicios satelitales. Estas son algunas de las capacidades militares que España se ha comprometido a facilitar a la OTAN y que, según el secretario general de la Alianza Altlántica, Mark Rutte, requerirán de una inversión equivalente al 3,5% del PIB anual; mientras que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, considera que podrán obtenerse con solo el 2,1%.

La disputa en torno al objetivo de dedicar el 5% del PIB al gasto militar se saldó el pasado domingo con un arreglo diplomático que pasaba por retocar ligeramente el borrador del comunicado final de la cumbre que se inicia hoy en La Haya (Países Bajos) e interpretarlo mediante un intercambio de cartas entre Rutte y Sánchez. Mientras el primero reconocía que España tendrá “flexibilidad” para determinar su “senda soberana” de incremento del gasto militar y qué porcentaje del PIB necesita para cumplir los Objetivos de Capacidad de la Alianza; el segundo reiteraba que España gastará en defensa el porcentaje del PIB necesario para cumplir “a tiempo y en su totalidad” dichos objetivos.

En lo que Sánchez y Rutte estaban de acuerdo es en que, cualquiera que sea su coste, España debe cumplir con el Objetivo de Capacidades militares de la OTAN. Este documento fue aprobado el pasado 5 de junio por los ministros de Defensa de los países aliados y se revisará dentro de cuatro años, en 2029, a la luz de la situación geoestratégica de ese momento; aunque el intercambio de información entre las 32 capitales y los cuarteles generales de la organización es continuo y los gobiernos presentan cada año sus planes de ejecución del mismo.

El Objetivo de Capacidades, según fuentes de la Alianza, incluye un catálogo de los medios de los que debe dotarse la OTAN para hacer frente a las amenazas previsibles, según los planes de contingencia. Recoge tanto objetivos en materia de personal como de equipos e infraestructuras. Este listado de necesidades a cubrir se distribuye entre los distintos países para que cada uno contribuya a la seguridad común con aquellas capacidades que se le asignan; aunque lo habitual es que sean varios países los que deban atender cada una de las carencias detectadas.

Aunque el Objetivo de Capacidades está clasificado y su contenido es secreto, los deberes que la OTAN ha puesto a España se engloban en grandes capítulos tan sensibles como defensa antiaérea, antimisil y contra drones; capacitadores para el Ejército de Tierra; guerra electrónica y servicios de comunicación y observación por satélite, entre otros, según fuentes aliadas.

Las guerras de Ucrania y Oriente Próximo –incluida la actual escalada entre Israel e Irán— han evidenciado de manera dramática los agujeros de la defensa aérea de Europa. Los gobiernos europeos han tenido que atender con cuentagotas los reiterados llamamientos del presidente ucraniano Volodimir Zelenski para proporcionarle sistemas con los que defenderse de los drones y misiles rusos, ante el riesgo de quedarse ellos mismos sin existencias para atender su propia seguridad.

El Ministerio de Defensa ha puesto en marcha una serie de programas para reforzar esta capacidad, como la modernización de las cuatro baterías antiaéreas Nasams del Ejército de Tierra y la adquisición de al menos una para el Ejército del Aire, con un presupuesto superior a los 400 millones; o la modernización del sistema Patriot por 2.382 millones. Este último dotará a España de una capacidad de defensa antimisil que se completará con la modernización de las fragatas F-100 y la botadura de las nuevas F-110, equipadas con el sistema Aegis. A largo plazo, se ha incorporado al programa europeo HYDEF, aún en fase embrionaria, cuyo objetivo es contar con un interceptor frente a misiles hipersónicos como los usados por Rusia.

España también está desarrollando sistemas anti drones (C-UAS) y tiene previsto adquirir aviones y barcos para misiones de inteligencia y guerra electrónica, nuevos satélites como el Paz II y los llamados capacitadores (sistemas de artillería, ingenieros, transmisiones o apoyo logístico) que doten a las grandes unidades del Ejército de Tierra de capacidad de combate.

El principal problema para adquirir todos estos sistemas no estriba ya en el presupuesto (el cálculo del 2,1% del PIB esgrimido por Sánchez se basa en las estimaciones de los expertos de Defensa), sino en la capacidad de producción. Estados Unidos ha comunicado que no podrá entregar las cuatro baterías de misiles Patriot encargadas por España hasta los años 2029-30, debido a la acumulación de pedidos. Más larga e incierta es la demora en el caso de los sistemas que están aún en desarrollo y utilizan tecnologías no maduras.

Uno de los argumentos esgrimidos por Sánchez para rechazar el incremento acelerado del gasto militar hasta el 5% del PIB en el plazo de una década es que la industria europea no está preparada para atender un crecimiento tan rápido de la demanda y su dependencia exterior, ya muy elevada, aumentaría en unos 100.000 millones de euros anuales. Además, se prolongaría durante las décadas de vida de estos sistemas de armas. Aunque Sánchez no lo menciona, el gran beneficiado sería Estados Unidos cuyo presidente, Donald Trump, presiona a los europeos para que adquieran el compromiso del 5% aunque él mismo se niega a asumirlo para su país.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.
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