El Real Madrid se activa en el Tirol al ritmo de Güler y Mbappé
El equipo blanco se presenta dinámico en su única cita del verano ante un flojo WSG Tirol, al que gana del tirón con goles de Militão, un doblete del francés, un tanto del necesitado Rodrygo y la fertilidad del turco


El cartel anunciaba un WSG Tirol-Real Madrid, pero la previsible poca chicha del equipo austriaco convirtió la cita en un Madrid contra el Madrid, un partido para medir más las intenciones de los blancos que su auténtica realidad. De eso habrá noticias a partir del estreno liguero, dentro de una semana contra Osasuna.
Pero las intenciones mostraron un equipo que se arrancó con energía y dinámico para manejar el balón y robar. Se pudo ver, incluso, a Vinicius pegarse algún sprint para presionar la pobre salida de pelota del sparring que tenía enfrente. No había mucho que rascar y el Madrid se cobró pronto el 0-2, con tantos de Militão y Mbappé, asistido el francés por un Güler fértil en ataque. Los dos aguantaron casi hasta el final pese al carrusel de cambios.
Sin nadie al otro lado, fue una tarde de detalles, de trazos. Por ejemplo, para Militão, que a la espera de medir su rendimiento real en defensa, se anima con goles. La semana pasada, marcó uno desde su propio campo en el duelo clandestino contra el Leganés y este martes cazó por arriba un centro algo forzado y, quizá por eso, le salió un remate bombeado y bien dirigido.
Para entonces, el meta local, Stejskal, ya se había apuntado una doble parada ante Tchouameni y Güler. El turco volvió a probarse en la medular, aunque su influencia de verdad, y ante el WSG Tirol fue mucha, sigue siendo en tres cuartos. Antes del 0-1, envió un gran zurdazo al larguero y suyo fue el pase del 0-2 de Mbappé. A la vuelta de la pausa, estampó otra en el travesaño en una falta y le puso en bandeja al galo el cuarto, que erró. Hasta nueva orden, parece un fijo para Xabi Alonso en la zona ancha. Si no hay más fichajes ni inventos de pizarra, las piezas ahí están contadas.
El viaje a Austria supuso el primer encuentro para Álvaro Carreras, que se presentó muy activo, mucho más que el tímido Trent Alexander-Arnold por la derecha. El lateral izquierdo, ex del Benfica, participó mucho en la salida de balón y no perdió la ocasión de irse al ataque.
Reducida la pretemporada a la excursión a Innsbruck, lejos de la estufa española, la alineación de Alonso tuvo toda la pinta de parecerse bastante a la que pueda elegir ante Osasuna. La mantuvo una hora en el césped. No salió de inicio Rüdiger, que todavía arrastra un partido de sanción de la temporada pasada por los incidentes de la final de Copa, y fue Militão quien hizo pareja atrás con Huijsen. Los laterales, los nuevos: Arnold, aún por delante del recuperado Carvajal, y Carreras. En el medio, las habas estaban contadas con las lesiones de Valverde (debería llegar contra los navarros), Camavinga y Bellingham (más la desaparición de Modric). Fue Ceballos, muy a la sombra todo el Mundial de Clubes, quien sustituyó al uruguayo. Brahim hizo del operado Jude, como ocurría a menudo con Carlo Ancelotti, y arriba Vinicius y Mbappé, ya sin Gonzalo García de salida. Hasta nueva orden, Rodrygo sigue a la cola y Asencio no asomó hasta muy el final. Otro mensaje para el canterano.
El Tirol, cuya media de edad de toda la plantilla no llega ni a los 23,5 años, renovó el once casi completo en el descanso, pero el paisaje no se alteró. Resultaba absoluto el monólogo del Madrid, cuyo único objetivo era mantener la tensión. Los locales tuvieron una clara en toda la tarde y Anselm se hizo pequeño ante el recién salido Lunin.
En el Madrid B que se vio a partir de la hora, Alaba sustituyó a Tchouameni en ese papel híbrido entre pivote y central, una decisión con la que Xabi puede tratar de parchear la escasez de medios con buen pie. Mbappé engordó su cuenta con el 0-3 y el cuarto lo anotó Rodrygo, al que no le sobra ninguna miguita positiva, por más que el oponente fuera transparente. Dentro de una semana, la realidad del Madrid.
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