Un golpe al “relato fundacional” de Sánchez: la crisis, vista desde la comunicación política
Cuatro especialistas coinciden en la gravedad extra del caso de Cerdán y Ábalos por cuestionar a quien se presentó como un líder llamado a hacer limpieza tras el PP

Serio, casi solemne, Pedro Sánchez endurece la voz y mira fijamente a su adversario. “El presidente del Gobierno, señor Rajoy, tiene que ser una persona decente, y usted no lo es”, le suelta mientras señala con el índice al jefe del Ejecutivo, que echa su cuerpo hacia atrás como si hubiera acusado físicamente el golpe. Hace cerca de diez años desde aquel cara a cara, unos días antes de las generales de diciembre de 2015, pero muchos recuerdan aún aquellas palabras de Sánchez, que le afeó a Mariano Rajoy su apoyo al tesorero corrupto Luis Bárcenas. Aún le quedaban tres años y medio para llegar a La Moncloa, pero Sánchez empezaba a hilvanar lo que la experta en comunicación y estrategia política Daniela S. Valencia llama “su relato fundacional”, es decir, aquella narración “que da sentido original y coherencia a la trayectoria de un líder”.
Tanto Valencia como otros tres expertos en campañas, comunicación y marketing político consultados por EL PAÍS coinciden en que el agravamiento del caso de corrupción que afecta dos ex secretarios de Organización del PSOE —José Luis Ábalos y Santos Cerdán— es especialmente lesivo para el secretario general del partido y presidente del Gobierno por sembrar dudas sobre un elemento nuclear de su mensaje desde hace una década: la firmeza contra la corrupción. “Es un episodio durísimo para Sánchez y su relato. Su llegada al poder fue porque, frente a la corrupción del PP, enarboló la bandera de la limpieza”, señala el sociólogo Carlos M. Abella, director de la consultora AV. La coincidencia de los cuatro consultados se extiende, con matices, a la valoración favorable sobre la reacción de Sánchez, en particular este lunes. Las discrepancias surgen al preguntar si Sánchez tiene margen para rehacerse.

“El relato fundacional de Sánchez es el del hombre que se enfrentó a todo y a todos, incluso al aparato de su partido, para derrotar a la corrupción, representada por el PP de Rajoy, y emprender un proyecto de regeneración”, desarrolla Daniela S. Valencia, directora de la consultora Vibrante. En ese “relato” entra una frase crucial en su trayectoria: “Yo soy un político limpio”. También se encuadra ahí su “no es no”, es decir, su negativa a abstenerse para hacer presidente a Rajoy en 2016. Aferrado a esa posición dimitió como secretario general del PSOE aquel año, tras una revuelta contra él dentro de su propio partido, y también enarbolando su firmeza contra un PP al que presentaba como un nido de corrupción ganó las primarias en 2017 a Susana Díaz. “Todo, incluso su resistencia, ha ido vinculado a este rasgo original”, afirma Valencia.
“No es que Sánchez sea alguien que se opone a la corrupción, es que la oposición a la corrupción es el elemento esencial de Sánchez”, explica Inmaculada Aguilar, directora de la consultora Amazonas, que cita la moción de censura que lo hizo presidente en 2018 tras la sentencia que condenó al PP por Gürtel como máxima expresión de la vinculación de toda su peripecia política con la defensa de la “honestidad”. El propio Sánchez, en Manual de resistencia (Península, 2019), escribía así sobre aquella moción: “Expulsar a Rajoy [...] no constituye un beneficio para el PSOE [...] sino un beneficio para el país. Necesitamos esa limpieza”.
Una “reinterpretación” de Sánchez
Esos antecedentes endurecen el castigo a Sánchez por esta crisis, que además invita a una “reinterpretación” desfavorable al líder socialista de diversos episodios clave de su pasado, prosigue Aguilar. No solo de la moción de censura, explica, sino de sus “victorias contra el aparato” del PSOE, la de 2017, pero también la de 2014, ahora que se ha desvelado que Cerdán le pidió a Koldo García que colase dos papeletas sin que nadie lo viera.
La “reinterpretación” de la que habla Aguilar se extiende al presente. “Sánchez tenía múltiples problemas que afrontaba manteniendo credibilidad ante los suyos: los casos de su hermano, de su esposa, del fiscal general... De repente, con Cerdán se cae la defensa, porque hemos visto a Sánchez dar la cara por él hasta el final. La contradicción al oír los audios es frontal y afecta a la legitimidad original de Sánchez. Salvando las distancias, es como el caso del chalé de Pablo Iglesias, que fue demoledor porque afectó al núcleo del personaje, el hombre fiel a sí mismo que no se iba a mudar de Vallecas”, analiza.
Aunque al igual que el resto de los consultados se muestra consciente de que no han aflorado pruebas de que Sánchez supiera de los manejos sucios, Aguilar ve “muy difícil la recuperación total de su credibilidad”, entre otros motivos porque “la izquierda perdona peor estos desmanes”. “Eso sí, cuenta con una ventaja: nadie imagina una moción de censura del PP para librarnos de la corrupción”, puntualiza Aguilar, que cree que la reacción del líder del PSOE, sobre todo este lunes, va por “buen camino” porque “marca la diferencia con respecto al PP ante la Gürtel”. “Ha anunciado medidas acertadas, que al menos encaminan a Sánchez hacia la recuperación de la coherencia de 2018”, concluye.
Ventajas: el verano y Feijóo
“Fíjate si está mal Sánchez, que lo único a su favor le viene de fuera. Lo primero, que está ahí el verano, cuando siempre baja la tensión. Lo segundo, que [Alberto Núñez] Feijóo también ha matado su relato fundacional, el del moderado que iba a hacer política para adultos", afirma Daniela S. Valencia, de Vibrante. No obstante, a su juicio son dos ventajas “mínimas” comparadas con las dimensiones de una crisis que “ataca el corazón de la narrativa épica de Sánchez”.
“Si tener una responsabilidad política en un posible caso de corrupción —y aquí la hay porque nombró a Ábalos y a Cerdán— es un hándicap para cualquier líder, más aún para Sánchez, que nace como contrafigura de Rajoy”, opina Valencia, que ve ingenuo creer que “con cambios de relato” volverá a “resurgir otra vez como el ave fénix”. “No, no. Esto es otra cosa. El manual de resistencia está rebasado”, sostiene.

“Dentro de su reducido margen de acción”, Valencia cree que Sánchez está “mostrando aplomo, dando la cara y marcando distancias” con respecto a la forma en que reacciona el PP a la corrupción. A su juicio, hay aciertos en su respuesta: pedir perdón y anunciar medidas como una auditoría externa, una comisión de investigación, una comparecencia en el Congreso o cambios en el PSOE. Pero no tiene claro que mitigue el daño a su reputación. “Va a depender de si salen o no más audios”, añade la consultora, que cree que, sea como sea, su “imagen de hombre que vino a limpiar la política es irrecuperable”.
Elementos “fáciles de recordar”
Isaac Hernández, experto en comunicación y marketing político, se apunta al dictamen sombrío para Sánchez: “Quizás otro líder podría minimizar daños, porque no hay elementos que demuestren su implicación. Pero él es víctima de su pasado. Su trayectoria se vuelve contra él. Todo el mundo le podrá decir: ‘Le ganaste a Susana Díaz para regenerar el partido y gente que tú nombraste ha incurrido en las peores prácticas del viejo PSOE. Ibas a limpiar la corrupción y has tardado 15 meses en echar a Ábalos”.
La crisis, según Hernández, presenta una característica singularmente corrosiva: se apoya en elementos “fáciles de recordar”, como las fotos con Koldo, Ábalos y Cerdán o expresiones pegadizas como “los cuatro del Peugeot”, que usan los detractores de Sánchez.
Queda UNO para que caiga toda la banda. pic.twitter.com/KNGEeJdhxp
— Partido Popular (@ppopular) June 11, 2025
“Eso tiene fuerza a la hora de fijarse en la mente. Y aumenta el riesgo de alejar a Sánchez no ya de sus adversarios, que no lo iban a dejar de atacar, sino de sus más cercanos. Por eso está en riesgo de desconectarse de su base más leal, fuera y dentro del partido“, explica Hernández, que cree que el “debilitamiento” del líder socialista es “imposible de frenar”. “Sus medidas van en la buena línea para mantener el Gobierno, pero no mitigan la crisis”, añade el consultor, que afirma que, al seguir al frente, Sánchez “complica la recuperación de poder territorial y local del PSOE”.
Dos “líneas rojas”
Al mismo tiempo que señala que la crisis es un “episodio durísimo para Sánchez”, quien más opciones de recuperación le atribuye es Carlos M. Abella, de AV Consultora, que cree que el ritmo frenético de la política provoca que cunda una sensación de Gobierno asediado por los escándalos que no se corresponde con la realidad y es insostenible en el tiempo, sobre todo porque el partido que lidera la ofensiva, el PP, carece –a su juicio– de credibilidad en ese terreno.
“La política hoy se caracteriza por su obsolescencia y aceleración desbocadas. No paran de pasar cosas y a la vez se olvidan enseguida”, recalca el sociólogo, cuyo pronóstico es que algunos casos que el PP usa para presentar al presidente como un hombre “cercado con la corrupción”, como los de su hermano, su esposa y el fiscal general, quedarán en “nada”. En cuanto al que sí ve grave, el de Cerdán y Ábalos, no lo cree suficiente para laminar la “credibilidad e imagen de honestidad” de Sánchez “ante su electorado” siempre que no se traspase una de estas dos “líneas rojas”: una implicación “directa” del presidente o “financiación irregular” del PSOE.
Si eso no ocurre, el líder socialista “dispone de dos años para relegar este caso al olvido entre su electorado”, señala Abella, que cree que Sánchez ya está actuando con acierto para recuperar terreno. Superado el “shock inicial”, cuando parecía “acobardado y desubicado”, Abella vio este lunes a Sánchez “tomar la iniciativa” con un discurso que “engancha a los suyos”.

En cuanto al PSOE, el mensaje oficial es optimista. “La imagen de limpieza que en 2018 llevó a Pedro Sánchez a la presidencia estaría en riesgo si el PSOE actuase como el PP. Pero el PSOE toma medidas drásticas, aparta a los implicados de inmediato... ¿Alguien le ha abierto un expediente a María Dolores de Cospedal por sus audios? ¿Hizo alguna investigación el PP sobre la relación de su líder máximo con el narcotraficante Marcial Dorado?“, señala un portavoz del partido, que confía en que cale este mensaje: “Las personas pueden caer en la corrupción, pero no las organizaciones. El PP cayó como organización sistémica corrupta. El PSOE ha tomado medidas urgentes”.
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