Eduardo Blasco, buzo de rescate: “A veces te tienen que detener para poder dormir con la conciencia tranquila”
Campeón de España de salvamento y habitual en rescates en el Mediterráneo, el nadador vasco también estuvo en Valencia: “No puede ser que un bombero de Zaragoza y un buzo de Andalucía no tengan un mínimo de protocolo general para entenderse”

Acaba de proclamarse campeón de España absoluto de salvamento y socorrismo en 50 metros en Torrevieja (Alicante). Pero lo noticioso de Eduardo Blasco (San Sebastián, 31 años) suele estar en otra parte: en mares abiertos, en misiones de salvamento. Nadador y buzo, Blasco estuvo hace seis meses ayudando en la dana de Valencia.
Pregunta. ¿Usted rescata para alguien?
Respuesta. Para los rescatados. Voy de buzo voluntario, ya sea para gobiernos o para oenegés. No me caso con nadie, porque muchas veces no podemos controlar lo que hacen los demás o quién financia a los demás. Yo voy voluntario sin cobrar, y voy siempre a misiones que considero que controlo un poco. Por eso no suelo dar nombres ni de oenegés ni de países.
P. Y con los gobiernos tienen problemas.
R. Con algunos. Una vez hicimos un rescate sobre una lancha centroafricana que tenía unas 40 personas [se refiere a un rescate de Open Arms que terminó saliendo en los medios debido a las consecuencias y debate que generó]. Ya se estaba inundando. Les recogimos. Y como no teníamos cubierto el aforo del barco, continuamos rescatando en el Mediterráneo central. Hicimos un segundo rescate sobre una embarcación de madera con una estructura más robusta que la anterior, que tenía más de 100 personas originarias de Bangladés. Cuando hacemos ese rescate, pedimos puerto a Italia. Salvini [Matteo] lo que hacía era tardar mucho en darnos puerto para desgastarnos. Si tú pides auxilio no pueden tardar diez días en responderte, es ilegal, por eso está encausado [Salvini ha sido procesado por impedir el desembarco de personas migrantes, no por el retraso en su respuesta]. Meloni [Giorgia] tiene una manera de luchar contra este tipo de rescates bastante más creativa: te da puerto enseguida, pero muy lejos. Nosotros estábamos por debajo de Lampedusa. Y nos dio puerto en Marina di Carrara, que colinda con Francia en el norte de Italia.
P. ¿Qué hicieron?
R. Dirigirnos allí, qué remedio. Y en el trayecto, aparece una embarcación de sirios desviada de su ruta. Venían huyendo de los combates en su país. Más de 40, bien pertrechados, pero a la deriva. Omitir el socorro de una embarcación a la deriva es ilegal. Entonces, independientemente de que nosotros tuviésemos ya puerto, no había nadie más en la zona para poder recuperarlos. Y no podíamos garantizar su seguridad si pasaban 48, 72 o más horas. Cuando hay dudas, como pasa muchas veces entre España y Marruecos, al final acaba muriendo gente. Italia entiende que nosotros ese rescate no lo deberíamos haber hecho [algunos países argumentan que, una vez asignado un puerto, no deberían hacerse nuevas operaciones por razones logísticas]. Nosotros entendemos que sí lo deberíamos haber hecho y no fue fácil tomar la decisión. Lo pensamos. Sabíamos que nos podíamos meter en un problema. Pero si no les rescatamos también. Y ninguno hubiésemos dormido bien nunca más en nuestra vida si los hubiésemos dejado en alta mar.
P. Les detuvieron.
R. A veces te tienen que detener para poder dormir con la conciencia tranquila.
P. ¿Usted por rescatar no cobra?
R. Ni un duro.
P. Y es abogado, pero no ejerce.
R. Por suerte tengo buenos resultados deportivos. Me permite vivir bien. Y no soy una persona ostentosa que necesite mucho. No quiero decir cifras, pero se gana bien. El día en que mis resultados sean inferiores y no me dé, dejaré las piscinas por un despacho, que es a lo que estoy destinado. Pero seguiré sin cobrar ni un duro por ir a salvar a alguien, porque eso va en contra de mis valores. Y no es poco lo que te ofrecen.
P. Usted está en su casa en Canarias, y ve en las noticias que se inunda Valencia. ¿Qué hace?
R. Era mi primer día de entrenamiento. Me llama Edu, un amigo mío de Aldaia, también nadador, y me pone al tanto. “Se ha ido todo a la mierda”, me dice. Me había dicho el psicólogo que llevaba muchas misiones, que descansase. Pero una llamada así te cambia el chip.
P. ¿Fue por libre?
R. Tiré de agenda y, de los que llamé, nadie estaba movilizado. Compañeros, fuerzas de rescate. Te respondían “estamos esperando al superior”. Me fui para allí con mi equipo. Si algo faltaron las primeras 48 horas fueron equipos y motobombas. Las que nos suministraron eran eléctrica, pero no había electricidad.
P. Boca a boca y echar una mano en los grupos que ya conoces.
R. Fue una situación que, como nos superó totalmente, requería de una solución… improvisada. Es feo decirlo, pero es que no hay otra manera. O sea, se improvisó mucho.
P. Fue duro.
R. No se veía nada. Es todo barro. Todo. Estaba todo muy oscuro. Cuando tú te formas en esto, hay varios cursos de búsqueda en espacios confinados que tienes que hacer. Y muchas veces va de sensaciones más que realmente una búsqueda, porque tú no ves nada. No ves absolutamente nada. Ni con linterna: en el fango, es imposible.
P. Dice que la situación superó a todo el mundo.
R. A muchos niveles, también respecto al material. Muchas de las víctimas estaban en garajes particulares, por lo tanto, las grandes búsquedas no eran muy eficientes, porque hay una gran diferencia. Es muy difícil ajustar el protocolo a una búsqueda en propiedades privadas. No puede ser que un bombero de Zaragoza y un buzo de Andalucía no tengan un mínimo de protocolo general para entenderse cuando se están haciendo actuaciones en que una cruz azul y un círculo rojo no significan lo mismo, que uno y el otro no sepan a qué nos estamos refiriendo. Tiene que haber un protocolo de actuación homogéneo.
P. …
R. Un mosso tiene que trabajar igual que un policía y un buzo tiene que trabajar igual que un bombero: si no se pierde tanto tiempo que puede costarle la vida a alguien. Si tenemos un tornado, si tenemos un incendio, si hay un volcán, si hay una inundación, tenemos que estar listos.
P. Es crítico con los recortes.
R. Los servicios de emergencia no son un gasto superfluo. No pueden estar supeditados a un recorte. Los servicios de emergencia son eso: servicios de emergencia. Si son deficitarios porque hay un año en que no te hacen falta, no te preocupes: su objetivo es estar para cuando se les necesita, y por desgracia va a ocurrir. No se puede recortar en bomberos, en servicios de salvamento. Porque cuando los necesites, te van a salir más caros. Nada vale más que una persona siga respirando. Tenemos que prepararnos mejor, tenemos que preparar a los chicos mejor y además les tenemos que dotar de un material adecuado, porque ya son muchos los casos en los que la embarcación no era suficiente, en los que el material no era suficiente, en los que los efectivos no eran suficientes. Y eso no puede ocurrir.
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