Feijóo reabre el debate sobre el rumbo ideológico del PP
El ala moderada teme un giro conservador en un cónclave al que el PP acude dividido sobre Vox, el aborto o el modelo de primarias

La derecha rumiaba desde hacía algún tiempo que faltaba un revulsivo. Que el PP no terminaba de despegar en las encuestas, pese a liderarlas, con un PSOE más resistente de lo esperado. Que al equipo de dirección popular le faltaba potencia de fuego y que no bastaba con erosionar a Pedro Sánchez, sino que era necesario generar ilusión y, para eso, hacía falta proyectar una alternativa. Alberto Núñez Feijóo era consciente de todo ese “runrún” interno, como dijo a primera hora del lunes Isabel Díaz Ayuso, que no da nunca puntada sin hilo. Apremiado por esas voces, el líder popular ha decidido reabrir el debate sobre el rumbo ideológico del PP con un congreso nacional que se celebrará el próximo 5 y 6 de julio en territorio de Ayuso. El cónclave no augura una discusión sobre el liderazgo, pero sí sobre el equipo y sobre cuestiones clave como la relación con Vox, el aborto o la eutanasia y el modelo de primarias, en las que el partido está profundamente dividido.
Feijóo, un líder que juega a la indefinición como estrategia, estará obligado a salir de la ambigüedad. Y con él todo el PP, que desde hace ocho años no actualiza su ideario y sus estatutos. El congreso, además de obligar al líder popular a delimitar su proyecto político, pondrá a prueba su auctoritas. Se comprobará hasta qué punto Feijóo mantiene la hoja de ruta que presentó en Sevilla en abril de 2022, cuando marcó distancias con Vox y Pablo Casado en sus discursos. O si se imponen las posiciones del ala dura y son Ayuso y sus adláteres quienes ganan la partida. Está en cuestión si el partido se escora o no hacia la derecha en un contexto internacional de auge de los populismos de extrema derecha desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

“El congreso puede abrir una guerra total, no por la presidencia de Feijóo, pero sí por algunos temas muy relevantes”, advierte un dirigente popular, que remarca que las dos almas ―moderados y duros― tienen posiciones muy dispares en la relación con la extrema derecha, el funcionamiento interno del partido y los temas sociales, siempre muy delicados para el PP, donde el sector católico tiene mucho peso. Ahora han aparecido también nuevos desafíos, más allá de los clásicos sobre el aborto o la eutanasia, como la inmigración o el medio ambiente.
“Mejorar las normas internas”. En la reunión a puerta cerrada del Comité Ejecutivo, Feijóo defendió este lunes que el PP debe aprovechar el congreso para “mejorar las normas internas”, según fuentes presentes. El líder tiene en el punto de mira el modelo de primarias, que siempre ha querido cambiar para que no se repita lo que sucedió en 2018, cuando los compromisarios corrigieron el voto de las bases y dieron la presidencia a Pablo Casado, después de que Soraya Sáenz de Santamaría ganara entre la militancia.
Feijóo aboga por un modelo de primarias “a través de compromisarios”, es decir, en el que los militantes eligen a estos delegados, que son quienes tienen la responsabilidad de escoger entre los candidatos. De esa forma, el resultado es menos impredecible porque es más controlable por el aparato.
El congreso de julio se celebrará con el modelo de primarias vigente, pero la discusión es muy relevante para los siguientes cónclaves y puede tensionarse por el lado de Isabel Díaz Ayuso. La presidenta madrileña es una de las más interesadas en mantener las primarias con el voto directo de la militancia, porque su apoyo siempre ha sido mayor entre las bases que entre la dirigencia. También puede interesarle preservar este modelo a Francisco Camps, expresidente de la Generalitat valenciana, que ha irrumpido en escena postulándose a arrebatar el liderazgo del PP al cuestionado president Carlos Mazón.
Feijóo mantiene que “el sistema de primarias tiene margen de mejora“, apuntan en su entorno más directo, que no confirma todavía si el presidente defenderá en el congreso la propuesta de suprimir el voto de las bases a los candidatos.
Relación con Vox. El elefante en la habitación es, sin embargo, la relación con Vox. La discusión está abierta también entre los conservadores europeos, que acaban de soslayarla en el congreso del PPE celebrado en Valencia por la diferencia de estrategias. Mientras los conservadores de Alemania o Polonia preservan el cordón sanitario a los extremistas, otros, como el PP español, han pactado gobiernos autonómicos con los ultras. “Una parte del partido quiere romper con Vox y otra dejar esa puerta abierta”, analiza un dirigente del PP. “El debate de esas enmiendas puede ser muy complicado, mientras Feijóo prefiere cierta ambigüedad en este asunto”, apostilla.
El líder del PP nunca ha cerrado la puerta a gobernar con Vox, aunque sí ha manifestado su voluntad de partida de hacerlo en solitario si llega a La Moncloa. Pero con los ultras demostrando tener un suelo resistente en España, sin que ninguna encuesta apunte a una mayoría absoluta, el PP tiene que definir si está dispuesto a darles asiento o no en el Consejo de Ministros.
El aborto vuelve a ser un tema candente. Nada más ser nombrado líder nacional, Feijóo tuvo que pronunciarse y apostó por que el PP acepte la ley de plazos vigente aprobada en 2010 por los socialistas, a pesar de que el PP la recurrió ante el Tribunal Constitucional hace casi 13 años, que le denegó la razón. Esa posición del líder popular choca con la última ponencia ideológica ―la vigente― aprobada por el PP en el congreso de 2017, que dice textualmente: “El aborto no debe considerarse como un derecho, sino como un fracaso de la sociedad”. Tras la sentencia del Constitucional avalando la ley de plazos, Feijóo defendió que el aborto sí es un derecho, aunque apostilló después que no es un derecho fundamental. En el PP se da por hecho que el sector católico presentará una enmienda contra el aborto y la eutanasia.
Vientres de alquiler. El líder del PP ha defendido una posición que alteraría la ponencia ideológica vigente sobre los llamados vientres de alquiler, ya que está dispuesto a abrir un debate “sosegado y serio” para regularlos siempre que “no medie en ningún caso una contraprestación económica”. En el último congreso ordinario, el de 2017, los populares pasaron de puntillas sobre este asunto ante la división entre partidarios y detractores.
Cambio de equipos. El sector más moderado del PP teme un giro a la derecha del partido si ganan posiciones los perfiles más duros. En las quinielas internas aparece cuestionada la secretaria general, Cuca Gamarra, el vicesecretario de Coordinación territorial, Elías Bendodo, o el portavoz nacional, Borja Sémper, del sector más templado. Lo que ha hecho saltar las alarmas entre los moderados, que ven como el clan gallego y el mundo de Ayuso reforzarían sus posiciones. “Se ensalza a Esther Muñoz y a Miguel Tellado, lo que implicaría un giro del PP hacia los perfiles más duros”, lamentan en el alma más centrista.
La vicesecretaria de Sanidad del PP se destaca como valor al alza, mientras muchos apuntan a Tellado como próximo secretario general en sustitución de Gamarra. El equipo será uno de los asuntos más delicados para Feijóo, que tendrá que pactar con los barones de peso, como el andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, o la madrileña Ayuso. “Es la última oportunidad de Feijóo, no puede jugar al galleguismo”, reclama un dirigente que pide al líder mano firme para plasmar un rumbo. Otros no tienen tanta confianza en que el político gallego pretenda una definición ideológica y estratégica clara. “Feijóo va a tratar de contentar a todos. ¿Giro del PP? Quizá hacia ninguna parte".
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