
¿Estamos abocados a una nueva era de austeridad?
Durante años, las economías europeas han navegado con el viento a favor gracias a los tipos de interés bajos o los fondos europeos. Pero en economía, como en la vida, los contextos cambian y cuando lo hacen, hay que reorganizar prioridades. España se enfrenta al fin de la era de la abundancia.
¿Esto qué significa? La situación actual obliga a repensar en qué se gasta el dinero público y cómo se reparte esa gran tarta nacional que es el PIB.
- El envejecimiento de la población, una deuda pública elevada y el aumento del gasto en defensa están creando una presión estructural que llevará a las finanzas públicas a una especie de dieta forzosa.
¿Qué está pasando exactamente? Según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) y el Banco Central Europeo (BCE), España necesitará realizar un ajuste fiscal de hasta cinco puntos del PIB de aquí a 2040 (esto equivale a unos 75.000 millones).
¿Es urgente este ajuste? No de forma inmediata, pero sí ineludible a medio plazo. De hecho, la buena noticia es que el ajuste no se haría de golpe, sino de manera progresiva a lo largo de 16 años.
¿Significa esto que vienen recortes? No necesariamente. El concepto clave aquí es “congelación gradual”.
- En lugar de recortar, se trataría de frenar el crecimiento del gasto público, haciendo que crezca al 3% en lugar del 4% actual.
- Si la economía y los ingresos crecen al mismo tiempo, eso puede ser suficiente para redistribuir las prioridades sin necesidad de tijera.
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