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La clarisa que abandonó Belorado asegura que un pequeño grupo urdió el cisma en secreto

El arzobispo de Burgos declara como investigado por delitos de coacciones, administración desleal y revelación de secretos

Las exmonjas del convento de las Clarisas de Belorado, a las puertas del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Briviesca, este miércoles.

La única clarisa de Belorado (Burgos), más allá de las cinco mayores que no firmaron el manifiesto de salida de la Iglesia, sor Amparo, ha afirmado que fue un pequeño grupo de las religiosas las que urdieron el cisma en secreto a la entrada del juicio contra el arzobispo, Mario Iceta, que declara como investigado por delitos de coacciones, administración y revelación de secretos. Le ha acusado la monja excomulgada que lidera el cisma que se produjo hace un año, Laura García de Viedma, un año después de que se produjese.

Sor Amparo, que ahora está en Vitoria en un convento alavés donde está “muy bien acogida por las hermanas de esa comunidad”, ha asegurado que fue una sorpresa lo ocurrido en Belorado, “como lo llevaron entre ellas en un grupo, que nadie pudo saber hasta que se dio la sorpresa”.

En ese momento fue cuando se levantó de la reunión y le dijo a Pablo Rojas, el supuesto obispo, “que eso no era así”. No sabe “lo que buscan” sus excompañeras, afirma que no lo entiende y que ella es “la primera” que abandonó esa idea. Además, ha lamentado la situación y ha reconocido que es difícil saber “lo que buscan” porque “es un poco raro todo”.

La religiosa ha señalado que no le ha gustado “ver la televisión y las noticias” porque le da “pena que hayan llegado a lo que han llegado” y ha agregado darle lástima después de que hayan estado “viendo una vida de comunión, al menos exteriormente, de fraternidad, y de repente, que salga todo esto“.

El arzobispo de Burgos, Mario Izeta, junto a sor Carmen, secretaria de la federación de Clarisas, a su llegada al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Briviesca, este miércoles.

Sor Amparo ha acompañado al arzobispo de Burgos, Mario Izeta, que acode en calidad de comisario pontificio de los monasterios de Belorado, Orduña y Derio. También a sor Carmen, la representante legal de las clarisas de la Federación Nuestra Señora de Aránzazu. Ninguna de las dos clarisas reconocidas como tales ha sido llamada a declarar, no obstante, han acompañado a Iceta.

La religiosa también se ha referido a las actas de Derio, uno los puntos fundamentales del conflicto, ya que la comunidad está compartida por este monasterio y el de Belorado. Era el que querían vender las entonces clarisas para adquirir el de Orduña y de las “inexistentes” actas del capítulo que debe decidir la venta, lo que han ratificado las clarisas ‘oficiales’.

Por su parte, las exmonjas cismáticas han asegurado este miércoles ante la jueza de Briviesca, en calidad de denunciantes por coacciones, revelación de secretos y administración desleal por parte de Mario Iceta, haber sufrido un perjuicio “fuerte y prolongado”. La exabadesa que las lidera, Laura García de Viedma, ha asegurado al llegar al juzgado que para ellas es “un día importantísimo” porque tienen la ocasión de ratificar la denuncia. Con esa denuncia, las monjas excomulgadas buscan recuperar autonomía y seguir haciendo las cosas como las estaban haciendo y creen que lo que ha ocurrido es una “intromisión” en su vida, según ha expresado García de Viedma.

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