Sánchez afronta sin el apoyo de sus socios ni de la oposición la hoja de ruta que la OTAN exige a España
La decisión de que no ir el Congreso libra a Feijóo de tener que posicionarse sobre un asunto de Estado que comparte en el fondo con el PSOE y evita que la coalición vote dividida
Pedro Sánchez ha ejecutado una de las decisiones más sensibles de la legislatura, el incremento del gasto en Defensa en 10.471 millones más de euros en 2025 para que, según las previsiones del Gobierno, España pueda cumplir este mismo año con el gasto del 2% del PIB comprometido con la OTAN sin lograr, por el momento, el consenso sobre esta operación. El Consejo de Ministros aprobó este martes el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa —este miércoles será remitido a Bruselas para que lo evalúen la UE y la OTAN— con el rechazo a la subida por parte de Sumar y de los partidos a la izquierda del PSOE (el socio minoritario de la coalición tildó en público de “exorbitado” e “incoherente”) y las críticas del PP por la intención del Ejecutivo de no someter el aumento a votación en el Congreso con el argumento de que solo se están reasignando partidas. La falta de unos nuevos Presupuestos complica la consolidación de algunas partidas destinadas a defensa, admiten fuentes del Ejecutivo, que no descartan la posibilidad de tener que acudir al Congreso a pedir un crédito nuevo.
Pese a las observaciones de Sumar al plan y las críticas internas, los socialistas minimizan el impacto de esta discrepancia y niegan que provoque grandes turbulencias en la coalición. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, declinó intervenir en el Consejo de Ministros y delegó esa responsabilidad a Ernest Urtasun, ministro de Cultura y portavoz de Sumar. Según fuentes gubernamentales, el Ejecutivo ya se planteó la posibilidad de llevar al Consejo de Ministros del pasado martes el paquete en defensa en cuyo diseño han estado implicados los ministerios de Presidencia, Hacienda, Industria, Defensa y Transformación Digital. La operación se ha gestionado con cautela, sin llevar el plan la Comisión General de Secretarios y Subsecretarios de Estado, el órgano en el que previamente se analizan los asuntos del Consejo de Ministros, ni a la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos. En el Gobierno subrayan que Díaz fue informada con la “suficiente antelación”. “Este plan industrial no es fruto de la improvisación y va a ser un programa muy bueno para nuestras Fuerzas Armadas, para la seguridad de España y para nuestra industria con la creación de puestos de trabajo. Va a demostrar que España es un país serio, comprometido y fiable”, reivindicó la ministra de Defensa, Margarita Robles, tras la sesión de control en el Senado.

La ministra Robles hizo una exposición inicial en la reunión del Consejo de Ministros antes de la intervención central del presidente. “Hemos hecho observaciones, no es la primera vez, tenemos nuestras discrepancias sanas y muy transparentes, estamos en el único gobierno progresista de coalición que hay en toda Europa y vamos a seguir empujando porque las medidas vayan más allá de lo que se ha dicho de un rearme militar”, discrepó en los pasillos de la Cámara alta la ministra de Sanidad, Mónica García, dirigente de Más Madrid, una de las fuerzas de que engloba Movimiento Sumar. “Tenemos coincidencia en el 99% de las actuaciones y de las iniciativas, pero en algunas políticas, en esta en concreto, hay algunos matices que ellos han expresado sin más preocupación”, terció la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero
En el PSOE atribuyen los reproches de Sumar a la necesidad de no ceder espacio a Podemos, que desplegó a todos sus portavoces a cargar contra la iniciativa del Gobierno. Su secretaria general, Ione Belarra, afirmó que “cualquier Gobierno de la guerra” los “tendrá enfrente”. Sumar, en cambio, sacó pecho de haber conseguido que no haya “ningún recorte social, que el 80% esté destinado a mejoras salariales para los profesionales, ciberseguridad y mejoras en la gestión de emergencias naturales”. Una visión que contrasta con la postura crítica sin matices manifestada por Antonio Maíllo, coordinador federal de Izquierda Unida, una organización históricamente contraria a la OTAN y muy beligerante con el incremento de la inversión militar. “Desde IU mostramos nuestro más absoluto rechazo a la toma de decisión del Consejo de Ministros. Nos oponemos no solo porque es una decisión unilateral del PSOE y del presidente Pedro Sánchez, sino porque no se ha deliberado previamente, ni debatido, ni está en el acuerdo de investidura, ni responde al espíritu con el que el Gobierno se constituyó en 2023″, fue mucho más crítico.
El Congreso, por ahora, no se pronunciará sobre el gasto en Defensa pero Sánchez volverá a comparecer en mayo para explicar el plan. Por lo pronto este martes Gabriel Rufián, portavoz de ERC en la Cámara baja, criticó al presidente por ser “capaz de instaurar tres días de luto en un Estado aconfesional por la muerte de un Papa pacifista y durante esos tres días anunciar 10.000 millones de euros más en armas”. Néstor Rego, del BNG, reprochó al presidente que dé “una versión dulcificada de lo que verdaderamente se está haciendo, insistiendo mucho en el aspecto de la seguridad y en las tecnologías de doble uso”.
La decisión de Sánchez de no llevar a votación el plan de defensa da oxígeno al PP, porque lo libra de la incómoda tesitura de pronunciarse sobre un asunto de Estado que comparte en el fondo con el PSOE. Los populares españoles se han comprometido con sus socios del PP europeo a un incremento del gasto en defensa mayor todavía del anunciado por Sánchez, del 3% del PIB. Aun así, Feijóo tiene mucha presión de los sectores más duros de la derecha, que le instan a evitar cualquier acercamiento a Sánchez, de forma especialmente significativa en Defensa.

Tras las explicaciones del presidente, el PP llegó a denunciar este martes los “tics autoritarios” de Sánchez por no someter a votación del Congreso el plan de defensa. La número dos de Alberto Núñez Feijóo instó a Sánchez a que lleve a votación en el Parlamento cada medida de un plan “que hace agua por todas partes”, y a que elabore y presente de manera inmediata los Presupuestos generales, incluyendo ahí el incremento en defensa. “No es serio ni democrático”, se quejó la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, en un vídeo grabado por el partido y remitido a los medios de comunicación. “El Gobierno, con la Constitución en la mano, ejerce sus competencias como Ejecutivo. No es que el Congreso no vaya a disponer de esa información, lo que no es necesario es que se vote en el Congreso. Si hubiera que votar algo sería generación de créditos, que no es el caso”, contestó Montero.
Feijóo, que se reunió por la mañana en Génova a puerta cerrada con embajadores y diplomáticos de países aliados y de la OTAN, se expresó sobre el anuncio del presidente a través de un tuit: “Sin el acuerdo de su Consejo de Ministros. Sin Presupuestos. Sin autorización del Congreso. Sin dar detalles de dónde va a sacar miles de millones de euros. España necesita un verdadero Plan de Defensa y Sánchez ha presentado uno de autodefensa”, escribió. Pese a sus importantes reservas sobre la forma en la que va a aprobarse el plan, Feijóo manifestó ante los embajadores y diplomáticos con los que se vio en la sede del PP que invertir el 2% en defensa “es una condición necesaria” y “una obligación como aliado”, según un comunicado remitido por el partido.
El Consejo de Ministros aprobó este martes el plan que Sánchez anunció en marzo en el Congreso. Lo aprobó después de que, en la reunión de la Ejecutiva federal del PSOE, Sánchez hiciera pedagogía ante la cúpula del partido. Según fuentes presentes en la reunión, señaló que Italia, gobernada por la ultraderechista Giorgia Meloni y entre los rezagados de la OTAN como España, iba a alcanzar este año el 2% de gasto militar. El líder del PSOE no habló de plazos concretos ni adelantó sus planes a la cúpula socialista pero deslizó que su intención era la de seguir la estela del resto de países comunitarios con un mayor presupuesto en Defensa.
La decisión de Italia, unida a la de Bélgica, dejaba en una posición aún más difícil a Sánchez, que ahora afrontará en una posición “fortalecida” la cumbre de la OTAN de junio en La Haya, según coinciden varios ministros. El Gobierno lanza el plan una semana después de la reunión en la que el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, le reclamó al ministro de Economía, Carlos Cuerpo, que España aumentase el gasto militar, que en 2024 representó el 1,4% del PIB. Los más de 10.000 millones necesarios para llegar al 2% saldrán de la reorientación de parte de los fondos europeos, de remanentes y de partidas de los presupuestos prorrogados de 2023. Otro de los interrogantes es si el Gobierno será capaz de ejecutar el gasto aprobado antes del 31 de diciembre. “Confío plenamente en que la maquinaria, que está muy engrasada, de la Administración General y la de Defensa en particular va a permitir la ejecución de hasta el último euro”, observó Montero.
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