Bruselas amenaza con expedientar a los países que obstaculicen la integración de los mercados financieros
Albuquerque apunta que prepara una mayor centralización de la supervisión bursátil y de capitales para final de año


La Comisión Europea se ha hartado de que los Estados miembros se llenen la boca hablando de más mercado único pero pongan problemas cuando se llega a los detalles. Por eso, la comisaria de Servicios Financieros, Maria Luíz Albuquerque, ha lanzado una advertencia: “Haremos lo que sea necesario para garantizar que tengamos un mercado único de servicios financieros”. Con España, en el caso de la opa del BBVA sobre el Sabadell, ya lo ha hecho abriéndole un expediente en julio. Con Italia, no ha querido desmentir que vaya a hacerlo por su veto a la fusión entre Unicredit y BPM. “Si todos apoyan la unión de ahorros e inversiones, luego hay que ser coherente con el apoyo a las medidas que llegar a ella. Si se apoya el concepto, pero no las medidas, entonces no significa gran cosa, ¿verdad?“.
Albuquerque liga estas operaciones −la del BBVA-Sabadell y la de Unicredit-BPM− con la integración del mercado bancario y la del mercado de capitales, asignaturas pendientes que todos los análisis que se hacen para impulsar la competitividad de la UE señalan como capitales para lograrlo. La última ha sido esta semana la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva: “Basta ya de retórica altisonante sobre cómo aumentar la competitividad: ya sabe lo que hay que hacer. Es hora de actuar”, señaló la búlgara antes de pedir “un zar del mercado único con autoridad real para impulsar las reformas que hay que hacer”.
El movimiento de Albuquerque parece decir que no se trata tanto de crear un nuevo cargo como de voluntad política y que esta debe partir de las capitales, de los Estados miembros. Y si no hay voluntad política está dispuesta a abrir expedientes contra los países que pongan problemas, si se concluye que van contra las normativas europeas. “Las decisiones que impiden la creación del mercado único de servicios financieros son, naturalmente, motivo de preocupación. En realidad, van en contra de los objetivos de la unión de ahorro e inversión que todos los Estados miembros apoyaron con bastante entusiasmo, reconociendo el valor del proyecto. Por tanto, sea lo que sea lo que se interponga en nuestro camino, utilizaremos las herramientas de que disponemos para hacer frente a la situación”.
Esas herramientas son, principalmente, los procedimientos de infracción contra los países por aplicar mal directivas y reglamentos comunitarios. Estos expedientes, si el Estado afectado no convence con argumentos jurídicos a la Comisión o no rectifica, pueden acabar en la justicia europea con multas. Esto es lo que ha pasado con España por los obstáculos que ha puesto a la opa lanzada por BBVA sobre Sabadell. Abrió un expediente en julio por las normas utilizadas para endurecer las condiciones de la fusión si triunfara la operación.
Con Italia, se avecina algo similar por el intento de compra de BPM por Unicredit. Roma a utilizado una norma, conocida en el país como Golden Rule, que le permite vetar operaciones corporativas, según adelantaba el jueves Reuters. “No voy a comentar las decisiones que no se toman, pero nuestro enfoque es que haremos lo que sea necesario para garantizar que tengamos un mercado único de servicios financieros”, ha respondido cuando se le ha preguntado por este asunto.
Fuera de España e Italia, hay otro movimiento accionarial en marcha que también tienen a Unicredit como protagonista: la adquisición de Commerzbank, el segundo banco alemán. Este, en un estadio mucho menos avanzado, pondrá a prueba la voluntad de Berlín. Pero el Ejecutivo del conservador Friedrich Merz, como el anterior del socialdemócrata Olaf Scholz, ya han dejado claro que se oponen.
Y no será este el único campo en el que Albuquerque, antigua ministra de Finanzas portuguesa, se ha comprometido a actuar para impulsar la profundización de los mercados financieros y, para eso, planea proponer pronto una reforma de la supervisión bursátil en la UE. “A principios de diciembre, abordaremos la integración y la supervisión del mercado. Queremos asegurarnos de que contamos con una supervisión única en Europa, que no es lo mismo que un supervisor único”, ha adelantado.
El matiz de que no es igual una supervisión única y un único supervisor busca evitar problemas con los países más pequeños, que siempre ven con muchos recelos estos movimientos porque temen que al perder su controlador del mercado financiero y de capitales, se vayan también los negocios que lleva aparejado (gestores de fondos, banca de inversión, despachos de abogados...). Uno de esos casos es Luxemburgo, un país donde este sector tiene un gran eso en su economía y que suele rechazar una integración mayor por miedo a que la ESMA, la asociación que ahora agrupa a los supervisores bursátiles que está en París, gane más peso. “Una mayor centralización no desbloqueará fondos adicionales para la economía de la UE. Llevará tiempo y supondrá costes para las empresas implementar una nueva estructura institucional”, advertía este jueves el ministro de Finanzas de Luxemburgo, Gilles Roth.
La respuesta de Albuquerque un día después ha sido que “una única garantiza que se apliquen las mismas normas de manera coherente y armonizada en toda la UE”. “Estamos trabajando en cómo garantizarlo. Sí, propondremos que algunas de las competencias se centralicen. Otras medidas se refieren a hacer un mejor uso de las herramientas existentes en materia de convergencia. Eso todavía está en proceso. Pero estará listo antes de fin de año”, ha apuntado.
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