Georgieva propone a Europa nombrar un “zar del mercado único” para impulsar las reformas
La directora gerente del FMI urge medidas a la UE: “Basta ya de retórica altisonante sobre la competitividad. Es hora de actuar”


Analizar la economía hoy en día es como conducir en un día de espesa niebla. Apenas se ve más allá de dos metros. Para tratar de capear esta inclemencia en un mundo cambiante, la directora gerente del FMI, la búlgara Kristalina Georgieva, ha dejado este miércoles una ristra de pistas a los líderes mundiales. “Abróchense los cinturones, la incertidumbre es la nueva normalidad y está para quedarse”, ha advertido. Se ha reservado el mensaje más nítido para Europa, a la que ha urgido a actuar ya para emprender reformas y no quedarse definitivamente descolgada.
“Respecto a mi querida Europa natal, permítanme ser franca”, ha avanzado Georgieva. “Basta ya de retórica altisonante sobre cómo aumentar la competitividad: ya sabe lo que hay que hacer. Es hora de actuar”, ha asegurado. Sus palabras han sonado claras y con un destinatario evidente: la Unión Europea y los grandes países. Estos llevan meses paralizados por los cambios geopolíticos sobrevenidos: la guerra de Ucrania y el desafío de Rusia, los aranceles de Trump, el nuevo protagonismo de Pekín...
Por eso, Georgieva propone a Europa que designe a un “zar del mercado único, con autoridad real, autoridad para impulsar las reformas”. Muchos volverán la vista a Mario Draghi, el ex gobernador del BCE, que ya salvó el euro en una ocasión. La búlgara también pide que se eliminen “las fricciones fronterizas en el mercado laboral, el comercio de bienes y servicios, la energía y las finanzas”. E insiste: “Hay que crear un sistema financiero europeo único. Crear una unión energética. Completar el proyecto”.
Georgieva considera que Europa no tiene tiempo que perder para emprender reformas que le permitan poner a las empresas europeas al nivel del sector privado estadounidense. “Una imagen vale más que mil palabras: siete megacompañías estadounidenses —ninguna de las cuales existía hace 51 años— cuentan con una capitalización bursátil que eclipsa la de empresas de antigüedad similar en Europa". Más claro, imposible.
Europa tiene tantos frentes abiertos que parece que no se decide a actuar. Pese a que los líderes europeos se saben de carrerilla las recetas para salir adelante más reforzados, sus pasos tienen el mismo ritmo que una carrera de tortugas.
Las autoridades comunitarias encargaron sendos informes para analizar la pérdida de competitividad respecto a Estados Unidos y China. El exprimer ministro italiano Enrico Letta presentó un detallado documento con las claves para recuperar el terreno perdido en la industria europea. Y el legendario banquero italiano Mario Draghi elaboró otro documento, más prolijo, con un catálogo de propuestas para no perder comba. Pero más allá de recabar alabanzas, las instituciones europeas apenas les han hecho caso y los trabajos de Draghi y Letta acumulan polvo en los cajones de los primeros ministros.
Pero no todo han sido recados a la UE para hacer los deberes. La responsable del organismo multilateral, que ha llevado al Fondo una retórica menos liberal, ha puesto de ejemplo a Alemania. “Su reciente cambio estructural hacia una política fiscal más expansiva demuestra que, efectivamente, se pueden hacer correcciones”, señaló al tiempo que precisó que el aumento del gasto público en infraestructura, que ha emprendido el canciller Merz, “será especialmente beneficioso, ya que Alemania busca inyectar un nuevo dinamismo a su sector privado”.
El discurso de Georgieva, que llevaba el nombre de Oportunidades en tiempos de cambio, ha servido de prólogo de la Asamblea Anual del FMI que se celebrará la próxima semana en Washington. Su intervención en el centro Milken, un think tank estadounidense, ha repasado el impacto sobre la economía mundial de las fuerzas que están cambiando el tablero global. “En síntesis, podríamos decir que mejor de lo que se temía, pero peor de lo que necesitamos”, ha deslizado.
La responsable del organismo creado tras la Gran Depresión, en Bretton Woods, para prestar ayuda financiera a los países con desequilibrios, ha anticipado que el informe de Perspectivas de la economía mundial (WEO, en sus siglas en inglés), que el FMI presentará la próxima semana pronostica una leve desaceleración del crecimiento mundial este año y el próximo, pese a que muchos analistas auguraban un frenazo considerable. “¿Cómo se explica esta resiliencia?“, se ha preguntado la búlgara, al tiempo que ha enumerado cuatro motivos que explican que las cosas no hayan ido tan mal como preveían algunos: la mejora de los fundamentos de las políticas; la adaptación del sector privado; un impacto de los aranceles menos grave de lo que se temía inicialmente; y unas condiciones financieras favorables.
Entonces, ¿está la economía mundial sobre los raíles? “Antes de que alguien lance un gran suspiro de alivio, tengo que decirles que la resiliencia mundial aún no ha sido puesta a prueba del todo”, ha alertado. “Hay señales preocupantes de que esa prueba puede llegar. Basta con fijarse en la creciente demanda mundial del oro”. El metal precioso es el activo con mejor desempeño en lo que va de año, con una revalorización de más del 50%, lo que supone el mayor incremento desde la crisis petrolera de 1979.
Georgieva ha pedido no fiarse de las favorables condiciones financieras. “La historia nos advierte que esos ánimos pueden dar un vuelco abrupto”. Ha recordado que las valoraciones de los activos financieros van camino de igualar los niveles de la crisis de las puntocom hace 25 años. “De producirse una corrección brusca, unas condiciones financieras más restrictivas podrían lastrar el crecimiento mundial, dejar al descubierto vulnerabilidades y complicar especialmente la vida de los países en desarrollo”.
Por último, ha remarcado que aún está por ver el efecto definitivo de los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. “El estrechamiento de los márgenes empresariales en Estados Unidos podría exacerbar el traspaso a los precios, elevando la inflación, lo que tendría consecuencias para la política monetaria y el crecimiento”. Además, ha advertido de la reacción que podrían tener otros países ante una avalancha de bienes, en su mayoría chinos o del mercado asiático, que estaban destinados al mercado estadounidense. “Podría desencadenar una segunda ronda de aumentos de los aranceles”.
Así que, como pide la directora gerente del FMI, no quite los ojos de la carretera, porque la espesa niebla va a seguir un tiempo sobre la economía.
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