Nissan cerrará en 2028 su planta insignia de automóviles en Japón con 2.400 trabajadores
La fábrica de Oppama, que está en funcionamiento desde 1961, cesará su producción en marzo dentro de tres años

Nissan Motor planea poner fin a la producción de vehículos en su principal planta en Japón y trasladar las operaciones a una fábrica en Kyushu, al suroeste, en un intento por reducir costes y capacidad de producción como parte de una reestructuración más amplia en la que se encuentra inmersa la multinacional nipona. La planta de Oppama, que está en funcionamiento desde 1961 y emplea a unas 2.400 personas, cesará su producción en marzo de 2028, tal y como ha informado el fabricante japonés en un comunicado este martes.
La decisión no es una sorpresa, ya que la instalación ya figuraba en una lista de plantas que enfrentaban el cierre. Pero es una medida importante y tendrá grandes implicaciones para la economía local, ya que Nissan busca recaudar fondos y reducir gastos para revertir su rápidamente deteriorada situación financiera y operativa.
“El anuncio de hoy marca una reestructuración que conlleva un dolor significativo”, dijo el director ejecutivo Ivan Espinosa en la sede de Nissan en Yokohama, Japón. “Sin embargo, creo firmemente que llevar a cabo estas acciones es esencial para superar la situación actual y volver a una senda de crecimiento.” También señaló que no habrá más consolidaciones ni cierres de plantas de producción de vehículos en Japón. Agregó que aún no se ha decidido si los empleados serán reubicados dentro de la empresa o a quién se venderán algunos activos.
La planta de Oppama tiene una larga trayectoria en producción: fue la instalación donde se fabricó el Leaf de primera generación, el primer vehículo eléctrico producido en masa del mundo, en 2010. Este modelo supuso un hito importante para Nissan y, en un principio, se fabricaba exclusivamente en Oppama. A medida que la producción del Leaf se trasladó a otras plantas, Oppama pasó a centrarse en vehículos más pequeños, principalmente el Nissan Note y su versión de gama alta, el Nissan Aura.
La planta también es un pilar económico clave para la ciudad de Yokosuka y la región Kanagawa, no solo por emplear a miles de trabajadores, sino también como un importante contribuyente fiscal. Cientos de subcontratistas locales —desde proveedores de piezas hasta empresas logísticas— dependen de sus operaciones, y su plantilla mantiene en marcha restaurantes, tiendas y servicios en los alrededores de la estación Oppama.
Nissan también anunció este martes que pondrá fin a la producción por contrato de su furgoneta NV200 en una planta operada por Nissan Shatai, de la cual posee el 50%. Esta producción finalizará durante el año fiscal que concluye en marzo de 2027.
En mayo, Espinosa anunció planes para recortar 20.000 empleos y reducir la red de fábricas de la compañía de 17 a diez. Con ello, Nissan probablemente reducirá su producción anual de 3,5 millones a 2,5 millones de unidades. Otras instalaciones de Nissan situadas junto a la fábrica de Oppama —incluyendo un centro de investigación, una pista de pruebas, una instalación de pruebas de choque y un muelle— no se verán afectadas por el cierre de la planta, según indica el gigante nipón.
El atribulado fabricante de automóviles ha estado buscando financiación sólida y nuevos socios comerciales desde que perdió un salvavidas tras el colapso de su alianza con Honda Motor a principios de este año. La agitación en la gestión ha distraído a la empresa desde el arresto y destitución en 2018 de su expresidente Carlos Ghosn, lo que ha llevado a una gama de productos envejecida, márgenes decrecientes y la pérdida de su liderazgo en el mercado de vehículos eléctricos de gran escala.
Nissan indicó que los costes e impactos relacionados con el cierre de la planta se darán a conocer en su próximo informe de resultados trimestrales, previsto para el 30 de julio.
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