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Con pelo o rapado, Alcaraz marca tendencia

El murciano, citado con Bellucci en la segunda ronda de Nueva York, se supera y lidera todos los registros del año: triunfos (55), trofeos (6) y también la carrera

Alcaraz celebra el triunfo contra Opelka en la primera ronda.
Alejandro Ciriza

El mundo de hoy funciona así. Un simple clip de vídeo transformó lo anecdótico en lo noticioso sin que Carlos Alcaraz siquiera hubiera puesto el primer pie en la competición del US Open. A tres horas de su debut contra el chopo Reilly Opelka, finalmente resuelto con autoridad, el cráneo afeitado del murciano dio la vuelta al mundo y se esparció masivamente por medio de las redes sociales, inundadas de memes y comparaciones. El culpable, según adelantó Feliciano López antes del duelo contra el estadounidense (6-4, 7-5 y 6-4, tras 2h 05m) y confirmaría después el tenista, su hermano Álvaro. Una arriesgada maniobra nocturna: “Lo tenía largo y quería cortármelo, pero se equivocó con la maquinilla y, al final, lo mejor era hacerlo así…”.

Poco a poco, Alcaraz ha ido convirtiéndose en un devoto de la peluquería y con frecuencia recurre a su amigo Víctor Barber, quien antes de coger las tijeras y emprender su negocio se dedicaba a deshuesar jamones en Murcia. En pleno Roland Garros viajó a París para rasurar las sienes, la nuca y la barba del deportista, que esta vez tuvo que improvisar con la ayuda de su hermano mayor. El experimento no terminó de salir bien. “La única forma de arreglarlo era raparlo del todo. En unos días crecerá y estará bien. A algunos les gusta y a otros no, pero yo me río mucho con las reacciones. Es lo que hay, pero ahora no puedo hacer nada”, contestó con humor.

“Sí, señoras y señores, es Carlos Alcaraz…”, bromeaba previamente la entrevistadora que intercambió unas palabras con él antes de que saltase a la inmensidad de la Arthur Ashe, por cuyo túnel accedió un competidor de porte militar, con una camiseta sin mangas, cuadrado —mérito atribuible a Juanjo Moreno , Alberto Yedó y Álex Sánchez, los preparadores que han cincelado un físico espectacular— y luciendo una coronilla blanquecina que todavía no ha recibido el baño del sol. “Me tengo que poner más la gorra, porque en muchos sitios [disparatado lo del aire acondicionado en el torneo y Manhattan] acabo teniendo frío en la cabeza”, continuaba el protagonista.

Alcaraz intenta devolver la pelota en una acción acrobática.

Desde que se presentase al mundo con su tenis de fantasía, los estilismos del joven Alcaraz (22 años) siguen y marcan a la vez tendencia, en consonancia con el impacto que tuvieron peinados icónicos como los de Andre Agassi (en realidad, una peluca ochentera), la trenza Kournikova, el clasicismo de Roger Federer o las cuentas coloridas que se suspendían del cabello de las hermanas Williams en sus inicios. Ahora los ojos del aficionado están sobre el murciano, que sorprende con el pelado marine —“¿Os gusta, chicos?”, se dirigía a la multitud tras batir con pulcritud a Opelka— y que también continúa marcando el ritmo sobre la pista.

Líder absoluto

“Bueno, sí, me estoy metiendo un poquito más en el mundo de la moda. Me gusta mucho el mundo de las sneakers [calzado] y la vestimenta. Es algo a lo que ahora le estoy dando mucha más importancia. Me gusta ese mundo y también que se vea fuera de pista mi lado diferente”, responde al planteamiento de este periódico. “Sí, me gusta que me conozcan dentro de la pista, que vean cómo soy y cómo hago las cosas, pero fuera de ella también. Eso también es importante de cada jugador”, prolonga el de El Palmar, envuelto por la ultramercadotécnica atmósfera del deporte moderno y el qué se dice y qué se lleva en las redes sociales. Al mismo tiempo, ciclónico en las pistas.

Más o menos voluntaria, la nueva imagen singulariza al tenista español, desmarcado por completo del resto. Al giro estético le acompaña su debatida voluntad de abrirse con honestidad —impensable en otras figuras de la raqueta el relato realista de su docuserie— y una propuesta radicalmente diferente en el juego que busca rendimiento y entretenimiento en proporciones iguales. Lo dice Agassi: “Ha elegido un camino más difícil que los demás”. Así es. Pero no le ha penalizado. Al revés. Los registros reflejan que su rendimiento evoluciona desde que la aparición de 2021. A estas mismas alturas del curso pasado contabilizaba 54 victorias y tres títulos, por las 55 y seis de ahora.

Alcaraz firma autógrafos a los aficionados en la pista Arthur Ashe de Nueva York.

Con un trimestre todavía por delante, Alcaraz mejorará sus cifras personales y encabeza el circuito en términos de victorias —le sigue el alemán Alexander Zverev con 43—, de trofeos —el doble que Luciano Darderi y Alexander Bublik, cuatro más que el italiano Jannik Sinner— y de puntos —casi 2.000 más que el número uno—. “Cuando jugué aquí contra él, en 2022, supe que era especial. Ningún otro rival me ha impresionado tanto”, comentaba recientemente el veterano Marin Cilic, campeón del torneo en 2014. “Mientras él compita, nunca nos aburriremos”, agregaba el preparador Patrick Mouratoglou, cincelador de Serena durante una década.

Él, mientras tanto, procesa con naturalidad su crecimiento y disfruta estos días de la extensa oferta de Nueva York, donde no faltan peluquerías. Alcaraz, sin embargo, prefirió la mano de su hermano Álvaro. Trasquilones primero, pelado al uno después: “Venga, no está tan mal...”.

SEGUNDA PRUEBA, ANTE BELLUCCI

A. C. | Nueva York

La madrugada del miércoles al jueves (1.00, Movistar+), Alcaraz abordará en su segundo compromiso al italiano Mattia Bellucci, un zurdo de 24 años (65º) frente al que no constan precedentes en la élite. Sí figura, sin embargo, un duelo entre ambos en la categoría ITF, resuelto a favor del español. Si contra Opelka apenas tuvo la oportunidad de calibrar su juego, por eso de que el estadounidense obliga una y otra vez al resto y no concede ritmo, Alcaraz podrá esta vez comprobar sus biorritmos.

Él y Sinner se disputarán estas dos semanas el trono mundial de la ATP, más comprimida la lucha después de que el murciano triunfase en Cincinnati. Allí, el italiano sufrió un colapso físico a raíz de un virus que, a tenor de lo visto ayer en su puesta de largo en el torneo, ya es historia. En poco más de hora y media, Sinner se deshizo del checo Vit Kopriva (6-1, 6-1 y 6-2) y confluirá con un rival bastante más peliagudo, Alexei Popyrin, que hace un año fulminó al serbio Novak Djokovic.

El serbio también competirá este miércoles. Lo hará en la apertura del día (19.30 hora española) y ante Zachary Svajda, el 145º del mundo. También desfilará por la central la gobernadora femenina, Aryna Sabalenka, citada con Polina Kudermetova tras el duelo entre Alcaraz y Bellucci. No falló este martes la polaca Iga Swiatek, que endosó un severo 6-1 y 6-2, en una hora exacta, a Emiliana Arango.

En clave española, la jornada deparó el adiós de Pedro Martínez, superado por Leandro Riedi, y también compitieron Roberto Bautista y Jessica Bouzas —sin jugar al cierre de esta edición—. Este miércoles buscarán la tercera ronda Pablo Carreño (hacia las 3.00, contra Ben Shelton), Alejandro Davidovich (20.00, Arthur Rinderknech) y Cristina Bucsa (19.00, Alexandra Eala).

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
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