Ir al contenido
_
_
_
_

Pablo Carreño: “Siempre me he exigido mucho, así que ahora me frustro demasiado”

A sus 34 años, el asturiano intenta recuperar el terreno perdido tras dos cursos de recesión por el codo. Se trata, dice, de “aceptar” el nuevo rol y volver a “disfrutar”

Carreño golpea la pelota durante el partido contra Llamas en Nueva York.
Alejandro Ciriza

Pablo Carreño (Gijón, 34 años) acaba de alcanzar la segunda estación del US Open al derrotar a Pablo Llamas pero, quién lo diría, no termina de creérselo. No lo saborea. “No lo disfruto como debería”, concede. Le tiembla ligeramente la voz y se expresa sorprendido, con dudas, como si hubiera descubierto la victoria. Es un Carreño completamente diferente al de hace no demasiado, a ese competidor de colmillos largos que llegó a figurar en el décimo puesto del circuito y que logró irrumpir en las semifinales del torneo neoyorquino. Después ganó un bronce olímpico y un Masters 1000, pero el codo le planteó más tarde una encrucijada: quirófano, descenso en el ranking —llegó a caer al puesto 1.052— y, ahora, el espinoso camino de retorno por el que transita. Conversa como el 137º del mundo.

Pregunta. Lleva un par de años tratando de remontar el vuelo, recurriendo incluso a torneos challenger para recuperar el terreno perdido. ¿Cómo se ve?

Respuesta. Quizá tengo que bajar un poquito las expectativas, ¿no? Hasta que me lesioné [2023, cuando tuvo que operarse del codo], mi nivel de exigencia siempre había sido muy alto y ahora lo mantengo; el problema es que quizá físicamente no me da para alcanzarlo y eso me frustra mucho, demasiado; no ya solo durante los partidos, sino también después. Me quita confianza y hace que no disfrute mucho, que dude, así que trato de llevarlo de la mejor manera posible.

P. ¿Está costándole mucho aceptar esta situación?

R. Hay que intentar acoplarse a esta nueva etapa, ir poco a poco. También he estado dos meses prácticamente sin jugar por el tema de mi hijo [fue padre hace mes y medio] y, bueno, hay que coger el ritmo otra vez. Siempre he sido un jugador que necesitaba jugar muchos partidos para ir rodándome. Es una etapa un poco complicada y estoy sufriendo un poquito más de la cuenta. Hoy [por el domingo] he empezado bien, pero luego me he puesto tenso y al final me ha costado mucho… Pero es una victoria, al final he ganado un partido en tres sets y tengo que estar contento, ¿no?

Quizá ya no sea un jugador que aspira a ganar o estar ahí. Tendría que estar contento, pero me cuesta

P. No lo dice con mucha convicción. ¿No termina de reconocerse?

R. Sí, es una sensación un poco extraña porque no estoy jugando mal, pero me frustro muy rápido. Quizá mentalmente no soy capaz de aceptar las oportunidades que pierdo o que partidos que antes no se me complicaban, ahora sí lo hagan. Se trata de cambiar la mentalidad. La lesión me ha cortado muchísimo. Llegó en un momento complicado porque ya no tengo 20 años, sino 34, así que todo cuesta un poquito más. Pero bueno, tampoco quiero hacer un drama. He ganado, esto es el US Open y tengo que disfrutar de estas victorias. Debo estar contento, aunque me cuesta estarlo, la verdad.

P. ¿Valora ahora más todo lo conseguido previamente?

R. Debería, debería… Al final, la mentalidad que tienes es la de querer siempre más y más; siempre he sido un jugador y una persona de luchar y esforzarme al máximo por lo que quería, de dedicarme al cien por cien, pero ahora también tengo otras obligaciones y otras prioridades [por la paternidad], y el tenis ya no lo es todo. Eso, quieras o no, te distrae y te desvía un poquito el foco.

Carreño devuelve de revés durante el partido contra Báez en Winston-Salem, el día 19.

P. ¿Quizá deba cambiar la forma de jugar?

R. No, no creo. Simplemente debo aceptar más los fallos y que pueda sufrir derrotas que antes no entraban en mi cabeza. Tengo que aceptar que ahora estoy en ese nivel y que tengo que pelearme con todos desde la primera ronda. Creo que poco a poco lo conseguiré, aunque me va a costar. Mi equipo está ayudándome en esta transición y hay que intentar ser positivos.

P. En la siguiente ronda se enfrentará a Ben Shelton, sexto del mundo. ¿Qué intuye?

R. Tiene muchísimo potencial, es joven y viene haciendo muy buenos resultados. Te hace mucho daño con el saque. Pero también es cierto que él tiene toda la presión. Tengo que intentar jugar más tranquilo, no meterme esa presión e intentar disfrutar; si pierdo, irme feliz a casa a disfrutar de mi hijo y, si gano, celebrarlo y seguir. Debo aceptar este rol, que quizá ya no sea un jugador que aspire a ganar o a llegar a las semifinales, a estar ahí. Tengo que intentar disfrutar del tenis, de esta vida que tanto me ha dado y tanto me ha hecho sufrir. He tenido una muy buena carrera.

Los jóvenes de ahora son más potentes, pero cuando no están finos pueden perder contra cualquiera

P. A excepción de Sinner y Alcaraz, hoy día hay mucha irregularidad e inconsistencia en las alturas. ¿Faltan Carreños, esa constancia?

R. Los jóvenes de ahora son más potentes que nosotros, pero hay más altibajos. Dan un nivel alto muy elevado, pero su nivel medio quizá sea más bajo que el de nuestra generación y eso hace que cuando juegan bien parezcan invencibles, pero cuando no están finos pueden perder contra cualquiera.

P. Se reclama un tercero, alguien que sea capaz de tutear a los dos nuevos fenómenos. ¿Ve a alguno con potencial y posibilidades?

R. Carlos y Jannik están ahora mismo a un nivel superior. Son dos estilos diferentes, pero muy buenos los dos y están demostrándolo. Llegan prácticamente a todas las finales, son el uno y el dos [del mundo] y están muy cerca el uno del otro. Quizá en algún momento alguno de los que hay por detrás dé un salto de calidad y se meta ahí, o tal vez dentro de un año o dos salga otro joven y les plante cara, o quizá ellos bajen un pelín. Ahora están muy fuertes, pero nunca se sabe.

VICTORIAS DE MUNAR Y BUCSA

A. C. | Nueva York

“Lo disfruté, y creo que lo hice bastante bien”, se despide Petra Kvitova, a la que se recordará por su doble triunfo en Wimbledon (2011 y 2014) y por dejar una amable huella en el vestuario, reconocida en varias ocasiones por su buen comportamiento.

La derrota de la checa (35 años) en la primera ronda ante Diane Perry significa su adiós al torneo (6-1 y 6-0, en 52 minutos) y a su deporte, después de una prolífica carrera que cierra con 31 títulos; tres de ellos, en la Caja Mágica de Madrid. 

Coincide su marcha con la de la francesa Caroline Garcia (6-4, 4-6 y 6-3 para Camila Rakhimova) y con el avance de la cántabra Cristina Bucsa, que se medirá con Alexandra Eala tras batir a Claire Liu (6-2 y 6-1). También progresó Jaume Munar. El mallorquín (6-0, 6-3, 5-7 y 6-2 a Jaime Faria) no sorteaba el estreno neoyorquino desde 2018 y se encontrará con Damir Dzumhur o Gabriel Diallo.

La sorpresa del día la protagonizó Madison Keys, al caer ante Renata Zarazua. La estadounidense cedió por 6-7(10), 7-6(3) y 7-5. El público local también lamentó la salida de Venus Williams, de 45 años y apeada por Karolina Muchova (6-3, 2-6 y 6-1).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_