De las dudas a lo imponente, Alcaraz se endereza ante Cerúndolo
El español corrige un arranque dubitativo y remonta al argentino (3-6, 6-0 y 6-1) en su partido 100 en tierra. Su primer triunfo en el Principado le guía hacia Altmaier


No se deslizaba Carlos Alcaraz sobre la arena desde el 4 de agosto, más de ocho meses ya, y deja esta reaparición en Montecarlo la estela de dos Alcaraces: el de los primeros 35 minutos erráticos, los que le cuesta al número tres calibrar y dar con el buen tono, y ese otro imponente, abrasivo y muy difícil de contener, el mismo que pese a todas las dificultades en la gira de hace un año conquistó finalmente la tierra sagrada de Roland Garros. Curioso, pero así es: después de cuatro años en la élite, firma su primer triunfo en el Masters de Montecarlo (3-6, 6-0 y 6-1 a Francisco Cerúndolo, en 1h 37m) y lo saborea, porque a su vez es el 100º que disputa sobre una superficie de la que disfruta cada vez más. Aguarda este jueves (hacia las 13.00, Movistar+) en los octavos el alemán Daniel Altmaier, 84º de la ATP.
Sabía de antemano Alcaraz que el de Cerúndolo no es plato de buen gusto para un estreno en tierra. Duro de roer el argentino, eternamente peleón, con calidad en el golpe, muy dinámico; es decir, poco apetecible un cruce que, por si fuera poco, enseguida empieza a torcerse. La rotura lograda por el murciano se traduce en un mero espejismo, porque en realidad no termina de encontrarse ni de sentirse a gusto. Al revés. La espesura del día y la pastosidad de la pista se instalan también en su cordaje, que despide en exceso una y otra vez, demasiada pelota larga cuando el duelo reclama curva y más curva, más alturas, enzarzarse y batallar. El de enfrente, 22º del mundo, no va a ponerlo fácil, pero más allá de la exigencia se percibe que a él le ha dado por pensar.
Quizá aún pese ahí dentro esa eliminación tan prematura en Miami, o sencillamente no sea el día y falte inspiración. Muy brumosa la primera media hora. El caso es que de inicio firma tres fallos y pese a haber conseguido el primer arañazo, cae después en un atasco paulatino que le cuesta dos breaks e inclina progresivamente la rampa. Cara de dudas, ¿tal vez mar de fondo? Resta prácticamente desde el muro, a ver si con esa descarga desde la profundidad logra que la pelota adquiera fuerza extra y atropelle a Cerúndolo. Pero nada de eso. Sus devoluciones son duras, pero la bola viaja demasiado recta y cae tarde, muy pasada a veces. No le terminan de salir las cosas y va desordenándose. La confusión le conduce a la red y allí deja una extraña volea de revés que se va al pasillo. No fluye.
Alcaraz todavía está descubriendo una pista y un entorno que apenas ha probado. Cedió contra Sebastian Korda en el estreno de 2022, no pudo participar al año siguiente por molestias físicas y el curso pasado le impidió asistir el codo, de modo que le cuesta coger temperatura. Los 13 errores del primer parcial reflejan la confusión. Sin embargo, cosas de la ilógica del tenis, encuentra oxígeno una vez que salva otras dos situaciones peliagudas y que el tenis del argentino empieza a oscurecerse, ahora él confundido. La arcilla, patria del viene y va. A veces de lo inexplicable. De ahí lo bonito y lo romántico. Tan pronto se ve todo negro como entra la luz, así que el español se agarra al impulso anímico de esas cuatro bolas salvadas en los dos primeros turnos de servicio.
Hitting his spots 👊@carlosalcaraz #RolexMonteCarloMasters pic.twitter.com/bOhLtf4HR8
— Tennis TV (@TennisTV) April 9, 2025
¡Zasca! Revés paralelo a la cruceta. Glups, dibuja en la garganta su nuez al tragar por el alivio. Sonríe. Y vocifera: ¡Sííííííííííííííí! Celebra a continuación, después del 3-0 liberador que definitivamente le resitúa en el partido. Ya ha cambiado el gesto, esto es diferente. Ahora, el que maldice y se descomprime y va diluyéndose sin remedio es el rival, a la gresca con los miembros de su banquillo y consigo mismo. Pierde el foco Cerúndolo y gana metros Alcaraz, al que le recompensa la rectificación. El murciano, a tiempo, abandona la lejanía al resto y adelanta dos metros su posición, restándole un punto de fuerza al tiro y, por lo tanto, dando con ese punto dulce que tanto buscaba: el equilibrio, la proporcionalidad, lo armónico. Ahora sí.
Ahora, Alcaraz propone con esa esencia suya de ir a por el punto, pero sin las premuras del principio. Incisivo, pero lo necesario. Con más sentido. Dirige, ataca, se gusta y cubre ángulos a base de piernas y brío; corta finas lonchas de jamón cuando tira la dejaba con el drive y empieza a flotar sobre la central del Principado. Efectivamente, esta es otra historia. Ahí se ve un competidor mucho más reconocible. Los primeros ya entran con frecuencia. Conforme él florece y empieza a adoptar esa envergadura que el año pasado le condujo al cénit en París, el argentino continúa desvaneciéndose entre los aspavientos y la negatividad. Si de por sí ya puede resultar complicado derribar al español en este contexto, esa disposición no ayuda. Se inclina y se va serio Cerúndolo tras el abrumador parcial de 12-1.
Y al otro lado, festeja y escribe Alcaraz, con su primera victoria monegasca en el bolsillo: I missed clay. Echaba en falta la tierra. Y esta, a la búsqueda del sucesor, también le echaba en falta a él.
TRAS LOS PASOS DE NADAL Y BORG
“En el primer set solo intenté meterme en el partido y coger el ritmo, dejé que él dominara y cometí muchos errores”, expuso Alcaraz, que hasta el momento ha registrado 82 victorias y 18 derrotas sobre tierra. Es decir, su promedio de éxito en los 100 primeros partidos sobre la superficie asciende a un 82%, por lo que en términos históricos figura únicamente por detrás de Rafael Nadal (90,5%) y Björn Borg (86,1%).
“Me gustan los peloteos largos y ensuciar un poco los calcetines, eso es lo que echaba de menos. Ver buen tenis. Creo que en la tierra batida se puede ver tenis de verdad”, señaló el murciano, que se encontrará por primera vez con Altmaier. El alemán, de 26 años, procede de la fase clasificatoria y ha vencido en las dos primeras rondas a Felix Auger-Aliassime y Richard Gasquet.
“Hasta ahora, ponía a la tierra como mi segunda superficie favorita, prefería jugar en dura. Pero, ahora mismo, la pongo en la primera posición”, cerró el de El Palmar. Junto a él progresó Alejandro Davidovich, superior a Tomás Martín Etcheverry (7-6(2) y 6-3) y citado con Jack Draper este jueves (11.00, Movistar+). Cayeron Roberto Bautista (6-2 y 6-1 para Casper Ruud) y Pedro Martínez (7-5 6-7(4) y 6-4 con Nuno Borges).
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