La FIFA planea convertir el Egipto – Irán en el partido del Orgullo del Mundial de Fútbol, pero ambas federaciones se oponen
Seattle acogerá un evento el 26 de junio en defensa del colectivo LGTBIQ+ que le ha tocado jugar a dos selecciones cuyos países condenan la homosexualidad y ven la celebración como algo “irracional”

La FIFA ha decidido convertir el partido Egipto-Irán de la Copa del Mundo 2026, que se celebra el próximo verano en EE UU, México y Canadá, en su partido del Orgullo, un evento destinado a celebrar y defender los derechos LGTBIQ+ que ha provocado ya mucho ruido, especialmente, por las selecciones escogidas para el evento. Tanto Egipto como Irán condenan y persiguen la homosexualidad.
El Mundial de Fútbol, que se celebra del 11 de junio al 19 de julio, prevé acoger, tal y como ha comunicado la FIFA, un partido del Orgullo el 26 de junio en el Lumen Field de Seattle. Así estaba previsto antes del sorteo de la fase de grupos del Mundial, el pasado viernes en Washington, pues se trata de una iniciativa en la que ha estado trabajando la ciudad anfitriona desde hace tiempo. Al anunciarse el calendario de los encuentros, resultó que este partido del Orgullo será el que enfrente Egipto con Irán, dos países y dos federaciones que se oponen abiertamente a los derechos del colectivo.
En Egipto, aunque la ley no tipifica explícitamente las relaciones entre personas del mismo sexo, la comunidad LGTBIQ+ vive bajo un régimen de represión continua con detenciones arbitrarias, acoso digital, violencia institucional y social o sanciones penales legitimadas bajo leyes ambiguas, según ha denunciado Human Rights Watch. Las ONG describen una “campaña sostenida” de persecución.
“Como deportista visible, creo que el fútbol tiene que ponerse al día en muchos puntos. Uno de ellos es la visibilidad LGTBI+”, afirma Víctor Gutiérrez, diputado socialista y secretario de políticas LGTBI+ del PSOE. Gutiérrez ha jugado como waterpolista profesional. “Me parece muy importante que la organización de un Mundial quieran tener un gesto con el colectivo y más en un momento en el que vivimos retrocesos de derechos, como en los EE UU”, continúa.
El deportista y político considera que la iniciativa “lanza un mensaje muy poderoso”. “No entendería que la FIFA no respetase la decisión de los países organizadores de tener ese gesto simbólico. La FIFA en su último Mundial, en Qatar, cuando varias selecciones y jugadores quisieron mostrar apoyo a las personas LGTBI+ con brazaletes arcoíris, sí que respetó la decisión [en contra] del anfitrión. La FIFA anunció sanciones porque Qatar se opuso”.
En Irán, por otro lado, el panorama no es muy distinto. El marco legal penaliza severamente la homosexualidad y la no conformidad de género: las relaciones consentidas entre personas del mismo sexo están tipificadas como delito, y los castigos pueden incluir la flagelación, la amputación, la lapidación o la pena de muerte, de acuerdo con Amnistía Internacional. Hay una persecución estatal muy severa, con leyes que penalizan su existencia, además de prácticas sistemáticas de violencia, tortura y en algunos casos pena de muerte. Sin embargo, Irán sí que tolera la transexualidad, tras una fatua emitida por el ayatolá Jomeini en los ochenta. De hecho, empuja a las personas homosexuales a realizar la transición de género.
Ante esto, las dos naciones involucradas en ese partido del Orgullo han puesto el grito en el cielo. Mientras la organización del Mundial señala que este encuentro “se ha programado para celebrar y destacar los eventos del Orgullo en Seattle y en todo el país”, la Federación Iraní de Fútbol catalogó el evento como un acto “irracional” y envió una protesta a la FIFA, lo mismo que su homóloga egipcia, que argumenta un supuesto “conflicto con los valores culturales, religiosos y sociales de la región”. Las autoridades de ambos países mostraron su claro rechazo al proyecto.
De momento, la FIFA defiende que no se reprogramará ese partido del Orgullo. “Es una expresión, impulsada por la ciudad anfitriona, del compromiso de Seattle y del Estado de Washington de crear un entorno acogedor e inclusivo donde todo el mundo tenga cabida: jugadores, aficionados, residentes y visitantes. El fútbol posee un poder único para unir a las personas más allá de las fronteras, las culturas y las creencias. Estamos honrados de acoger un partido del Orgullo y de celebrar el Orgullo dentro de la comunidad global del fútbol”, ha declarado un portavoz de la organización al medio Outsports.
No es la primera vez que un gesto de apoyo a las personas LGTBIQ+ en un Mundial genera turbulencias entre las selecciones más reaccionarias. Durante la Copa del Mundo 2022, en Qatar —país que también aplica leyes contra las relaciones homosexuales— la FIFA declaró que los jugadores que llevaran el brazalete OneLove en apoyo a las personas LGTBIQ+ recibirían tarjeta amarilla. Aunque en un primer momento algunos capitanes de los equipos a favor de la causa tenían intención de llevarlo, los futbolistas tuvieron que acatar las exigencias de la FIFA.
Le ocurrió a Harry Kane, el capitán de Inglaterra, uno de los primeros que tuvo que renunciar a la protesta. Y también al alemán Neuer, que como no pudo lucir el brazalete de OneLove, en su lugar se puso un brazalete oficial de FIFA con el mensaje “No Discrimination”. Eso sí, el equipo alemán realizó un gesto simbólico de protesta en ese primer partido en Qatar: en la foto del once titular, los jugadores se taparon la boca con la mano para denunciar lo que consideraban una censura.
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