

Salma Paralluelo: “Tenía muchísimo dolor. Después de los Juegos estaba destrozada”
La delantera de 21 años, también exvelocista, se sincera con EL PAÍS sobre el parón por sus molestias, la fama siendo tan joven y el éxito del Barcelona antes de la final de la Champions


Llega puntual. “Estoy aprendiendo”, ríe. Cuando aparece Salma Paralluelo (Zaragoza, 21 años), la gente se gira a mirarla. A pesar de su edad, ha sido dos veces Balón de Bronce (2023 y 2024), ha levantado nueve títulos con el Barcelona y es la primera mujer en ganar la triple corona con la Selección —Mundial sub-17, sub-20 y absoluto—. Posa con facilidad ante la cámara. La fama le llegó pronto y no le gustan los focos. Sonriente y risueña, confiesa ser algo introvertida fuera de su círculo. Sigue saliendo a correr —“cada vez menos”, asegura— y su velocidad y desborde le sirvieron para ser la máxima goleadora del Barcelona la temporada pasada, con 34 tantos en 36 partidos. Este año ha sido diferente: tuvo que parar. Lo ha hecho con una calma madura, y en silencio. Por unas molestias que crecieron y que la apartaron del terreno de juego desde el inicio de la temporada hasta diciembre. Cuando regresó, lo hizo con todo: 13 goles en 29 encuentros. Este sábado, en Lisboa, el Barcelona y Salma buscan el cuarto título de Champions contra el Arsenal.
Pregunta. ¿Qué le pasó?
Respuesta. En 2021 me rompí el ligamento cruzado con el Villarreal, me recuperé y en principio fue bien. Pero me quedé con unas pequeñas molestias en el rotuliano. Llegué al Barça con ellas, pero tampoco eran demasiado grandes. También ha habido un cambio: antes hacía también atletismo; y fútbol dos días a la semana. En el Barça ya solo entreno fútbol todos los días, y con una exigencia grande.
P. ¿Jugaba con dolor?
R. Durante estos dos años he jugado con molestias que se fueron agravando.
P. Y lo jugaba todo.
R. El cuerpo nota si tienes alguna cosa que no funciona bien. Cuando llegué aquí era algo que teníamos que trabajar con el readaptador y los preparadores físicos. Pero lo alargaba porque teníamos Champions, Mundial… Yo quería hacer todo lo posible para estar en esas competiciones porque no sabía si el año que viene o dentro de cuatro podría vivir algo así. Llegó un punto de los Juegos Olímpicos que dije: Salma, si sigues jugando… es que no podía jugar. Tenía muchísimo dolor. En el entrenamiento, en vez de pensar en mejorar como jugadora, pensaba en hacer lo mínimo para no hacerme daño del todo. Estaba con esa limitación todo el rato. Y decidí tomar cartas en el asunto y parar.
P. ¿Lo decidió usted?
R. Yo misma cuando terminé los Juegos dije: estoy destrozada. Para mí era un momento más fácil porque tenía este tiempo, no era perderme directamente una competición importante.
P. No debe ser fácil trabajar apartada del grupo.
R. Es solitario. Cuando ellas iban al campo, yo estaba en el gimnasio, por las tardes también. Era un momento de estar trabajando, de hacer mucha fuerza, de estar muy cansada… de esos entrenamientos que pican y no gusta del todo hacer [ríe]. Pero estaba tranquila: era lo que tocaba. También me había mentalizado de que era lo mejor para mí, y lo llevé con más cabeza.

P. Cuando volvió tuvo que ganarse de nuevo el hueco entre Claudia Pina y Ewa Pajor.
R. Lo he llevado como ha sido: un hecho. Cuando estás mucho tiempo fuera, el resto juega, otras tienen oportunidades, y en el Barça hay mucha competitividad, todas son muy buenas. Y yo ya lo sabía. Aparte de mi estado de forma, que no iba a estar como siempre porque venía de estar parada, te tienes que ganar el puesto, y con jugadoras que están demostrando. La adaptación de Pajor ha sido casi perfecta al equipo, como anillo al dedo. Está haciendo una temporada increíble, y es muy buena persona y compañera. Todas nos alegramos de lo que está consiguiendo y esperamos que en la final también nos siga sonriendo.
P. Usted es de las que más está en el foco. ¿Cómo lo ha llevado siendo tan joven?
R. Lo he llevado lo bien que lo podría haber llevado, con tranquilidad. Es verdad que es algo que no me motiva demasiado. Me gusta más estar en el campo, lo reconozco. Pero cuando me pongo es parte del trabajo, es algo positivo para el fútbol, y para nosotras.
P. ¿Ha dejado de hacer algo por la fama?
R. Sí, algún plan que otro me da pereza ir porque no me apetece, porque me sentiría incómoda en ciertos espacios. Siempre le doy dos vueltas.
P. Se apoya mucho en su familia.
R. Mi familia es muy importante para mí. Son los que más me conocen, siempre están conmigo. En cada decisión que tomo me gusta tenerlos presentes, y cualquier problema, afrontarlo con ellos. Todo lo que puedo luchar, todos los objetivos que tengo en mente, mi fuerza, en parte, son ellos. Quiero hacerles sentir orgullosos.
P. Se le ve madura con 21 años.
R. Me puedo considerar madura. Quizás ha influido el deporte: me he juntado con gente más mayor que yo.
P. Como en el atletismo. ¿Lo echa de menos?
R. A veces sí, ahora ya menos. Mucho menos. Siempre si hay alguna competición en la tele me entra nostalgia. O voy a una pista y digo: hostia, me pondría a entrenar un rato. Pero ahora es fútbol y fútbol.
P. Dijo que el atletismo era liberador. ¿El fútbol también?
R. No en el mismo punto. Quizás el atletismo es más liberador porque cuando compites estás tú sola, entrenas tú sola, corres tú sola… la responsabilidad es solo tuya. Pero eso es lo que te da luego, quizás, la mayor satisfacción o liberación cuando consigues algo o luchas por algo. Al final el deporte colectivo funciona con muchas piezas en un tablero.
P. En el Barcelona las más jóvenes hacen mucha piña.
R. Aparte de compañeras somos amigas. Pasamos mucho tiempo juntas y hacemos muchos planes, y tenemos vínculos fuertes. Es algo que me mola mucho, y cuando estás en el campo jugando, tu pasión es la misma, y compartirla con tus amigas es algo muy bonito.
P. Este año Mariona Caldentey estará al otro lado.
R. En el campo…. no hay amigas. A Mariona todas le tenemos un cariño especial. Es verdad que en la final estaremos luchando cada una por lo nuestro y estaremos solo pendientes de eso. Luego después del partido ya…
P. Sexta final de la historia, posible cuarto título. ¿Qué tiene este equipo?
R. Tiene ambición. Hay jugadoras que llevan mucho tiempo en el Barça, ganando, y habla muy bien de ellas que cada año quieran seguir luchando por lo mismo, con las mismas ganas, que no aflojen.
P. ¿Cuesta valorarlo?
R. Al principio cuando estás aquí dentro te cuesta valorarlo del todo. En mi caso más adelante le daré más valor del que le puedo dar ahora. Pero recuerdo mi primera final como un sueño muy grande.
P. Normalizan el éxito.
R. En general, se normaliza. Pero no es para nada fácil. Es mérito del compromiso y trabajo de cada una, y hace que el equipo vaya para un lado u otro. Confianza en el equipo y en el trabajo siempre hay. Pero en una final puede pasar de todo. Va a ser un partido bonito. Pero no nos hace gracia perder.
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