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España vive un Europeo de atletismo sub-23 apoteósico

La expedición gana medallas de oro gracias a una lanzadora (Inés López), una fondista (María Forero), un saltador (Pablo Delgado) y los relevistas del 4x400, y destaca la joven Rocío Arroyo en los 800m

Europeo de atletismo sub-23
Fernando Miñana

España vivió un Super Sunday en Bergen (Noruega), en el Campeonato de atletismo de Europa sub-23. Como si fuera un efecto teatral, se guardó lo mejor para el final, con una tarde de domingo apoteósica: Inés López, una discóbola, rara avis en el atletismo español, se proclamó campeona; como María Forero, una onubense que entrena en la fría León con José Enrique Villacorta y que arrasó en los 5.000m; o el relevo de 4x400m masculino, que se llevó la medalla de oro y el récord de Europa. España regresó con once medallas: cuatro de oro -por la mañana Pablo Delgado ganó también en triple salto-, tres de plata y cuatro de bronce.

Llama poderosamente la atención Inés López, campeona en una especialidad en la que España siempre fue comparsa. La madrileña estudia en Estados Unidos. Primero en la universidad de Western Kentucky y ahora con los Sun Devil de la universidad de Arizona State, donde es feliz aprendiendo de Turner Washington, hijo de Anthony Washington, un lanzador de disco que se proclamó campeón del mundo en el estadio de La Cartuja, en Sevilla, en 1999. Inés López, una atleta que hace unos años competía con cruces y rayos pintados en su rostro, tiene un segundo entrenador en España, y en verano y Navidad viaja hasta Pontevedra para seguir su preparación con Frank Casañas.

Las jóvenes lanzadoras españolas encuentran una referente en esta ganadora de 21 años. Pero detrás de su éxito, de su récord nacional sub-23 (58,20m), del poderío de Forero o la sorpresa de Delgado, un fortísimo saltador que crece en Cantabria al lado de un gurú, Ramón Torralbo, el técnico de la campeona olímpica Ruth Beitia, brilla Rocío Arroyo. La atleta de Alcalá de Henares fue segunda en la final de 800m pero bajó de los dos minutos, una marca -1m 59,18s-, la mejor de la historia en su categoría sub23, que la eleva de golpe hasta el tercer puesto del ranking español absoluto, solo por detrás de Mayte Zúñiga, la plusmarquista española con 1m 57,45s, y Mayte Martínez, medallista de bronce en el Mundial de Osaka 2007.

Arroyo es una chica de 22 años, estudiante de Filología Inglesa, que llegó al atletismo porque corría en su colegio, el Federico García Lorca, y le ganaba a todos los chicos. De ahí saltó al Club Ajalkaló que fundó, en Alcalá de Henares, Antonio Fernández Ortiz, un ochocentista que llegó a tener el récord de Europa de 500m en pista cubierta. “Para mí es el mejor corredor de 800 que he visto nunca. Una persona muy especial, poeta y olímpico en Múnich 72”, proclama Jorge González Amo, una enciclopedia andante y el hombre que vigila a los talentos del mediofondo. A González Amo, el entrenador de Arroyo, Toni Fernández, hijo de aquel corredor con alma de poeta, le contó hace años que esa niña velocista acabaría en los 800m.

Entonces Arroyo era una niña delicada y algo enclenque a quien llamaban cariñosamente Olivia, como la novia de Popeye. Por eso, años después, en febrero, cuando González Amo la vio proclamarse campeona de España sub-23 en Sabadell, no la reconoció. “Era mucho más fuerte”. La joven seguía siendo muy rápida y, de hecho, hizo la mínima también para el Europeo de Bergen en 400m, pero ya había elegido la otra prueba.

“Siempre lo he tenido claro”, advierte Toni Fernández, un entrenador que vislumbró el futuro de la alcaleña en los entrenamientos de 500 y 600 metros. En su primer 800m -2m 12s en pista cubierta- confirmó sus sospechas. Aunque siguen trabajando mucho la velocidad y en Bergen también logró la medalla de plata en 4x400m (ya fue bronce hace dos años).

Horas después de la marca de Arroyo, de ese récord de España sub-23, en Madrid, en el estadio Vallehermoso, otras dos españolas bajaron de los dos minutos: Lorea Ibarzabal, la mejor especialista de los últimos años, y Marta Mitjans, otro prodigio que mejora sus registros cada vez que corre y que firmó el récord de España sub-20 pese a tener que acabar sorteando a sus rivales en la recta. Las tres se verán las caras dentro de dos semanas en Tarragona, en el Campeonato de España.

El futuro de la prueba es de ellas y de Daniela García. Aunque da la sensación de que Arroyo aún tiene mucho recorrido porque en Bergen se llevó la medalla de plata después de haber corrido solamente 14 carreras de 800m (cinco de ellas en pista cubierta) en toda su vida. Toni Fernández le aconsejó que no brillara demasiado hasta el momento decisivo. Por eso, cuando acabó segunda en su semifinal, el entrenador habló con su padre, de 77 años, y este lo vio claro. “Esa niña se ha guardado muchos caballos”. No se equivocaba y dos días después mejoraba su plusmarca en casi cuatro segundos. “Yo aún pienso en el futuro, dentro de dos o tres años, y creo que tiene camino porque desplaza mucho pero es muy económica en su carrera”, explica Toni Fernández, que también entrena a Gerson Pozo, uno de los integrantes del relevo 4x400, junto a David García Zurita, Ángel González y Markel Fernández, que batió el récord de Europa (3m 2,02s).

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Sobre la firma

Fernando Miñana
Lleva en el periodismo desde 1993. Primero en 'Las Provincias' y escribiendo para los periódicos del Grupo Vocento, y ahora en EL PAÍS. También colabora con Valencia Plaza y la revista 'Corredor'. Viaja habitualmente a los campeonatos internacionales de atletismo.
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