Alberto Ginés se queda a milímetros del oro en la cita madrileña de la Copa del Mundo
El escalador extremeño, en su mejor temporada histórica, lidera la clasificación general a falta de una prueba

En su temporada más sólida, Alberto Ginés sigue sin bajarse del podio de las pruebas de la Copa del Mundo, siempre rondando la victoria, el oro que nunca ha obtenido. Capaz de superar la presión imposible de unos Juegos Olímpicos, de jugar con disciplinas que no dominaba, de poner de su lado cierta fortuna (el resbalón de Adam Ondra en velocidad) para colgarse el oro inesperado en Tokio, el escalador extremeño nunca había brillado realmente en la rutina de la escena mundial. Hasta el presente curso. Ayer en Madrid, se colgó la plata, segunda del año y que viene a sumarse a tres estupendos bronces. Ginés confirma su clase, lidera la Copa del Mundo a falta de una sola prueba y es el escalador consolidado que su precoz oro olímpico prometía. Solo le falta un detalle para lograr de una vez por todas escalar hasta el cajón más alto del podio.
Ante un público tan numeroso como entregado, la tarde noche en el recinto ferial Parque de Andalucía de Alcobendas (Madrid) asistió a una soberbia final femenina y a una igualadísima explicación masculina. Los equipadores de las rutas diseñaron movimientos espectaculares y clavaron la dificultad en el escenario destinado a las mujeres: solo la vencedora, la norteamericana, Annie Sanders logró alcanzar el Top (el final de la vía), mientras sus acompañantes en el podio, Laura Rogora y Brooke Raboutou tocaron sin ser capaces de asir el agarre definitivo. Igualdad y emoción en su dosis perfecta para dos tendencias casi opuestas en el mundo de la escalada: Sanders es una especialista del bloque que logró ayer su primer oro en dificultad y sus acompañantes en el podio dos grandes estrellas de la escalada en roca.
La vía diseñada para los ocho finalistas masculinos pecó, en cambio, de un movimiento demasiado exigente en su tercio final: allí se estrellaron los cuatro mejores escaladores, incapaces de superar un paso casi inhumano. El ganador, el coreano Dohyun Lee, fue capaz de asir la presa más alta, y cayó cuando buscaba la siguiente; Ginés no fue capaz de hacer nada más tras agarrar la misma regleta. Segundo por casi nada. Su desilusión se extendió al público, que creyó toda la noche que el primer oro del extremeño estaba en la punta de sus dedos. Ginés acaba la temporada en un estado de forma impresionante y sigue siendo el gran favorito para llevarse la general de la Copa del Mundo y, posiblemente, alcanzar la victoria en la cita definitiva de Koper (Eslovenia), el 5 y 6 de septiembre. Después llegará el mundial de la especialidad en Seúl, entre el 21 y el 28 de septiembre donde la delegación japonesa figura en todas las quinielas para acumular un buen número de medallas. Ahora mismo, Japón es a la escalada lo mismo que Kenia al fondo en atletismo: Satone Yoshida, Sorato Anraku y Neo Suzuki persiguen a Ginés en la general de la Copa del Mundo, un escenario tan exigente como cambiante y en el que el español nunca había encontrado su sitio.
Ginés sigue enfocado en los próximos Juegos de Los Ángeles, donde velocidad, bloque y dificultad (es decir escalada con cuerda) tendrán sus propias medallas. Liberado de la necesidad de brillar en bloque, el extremeño ha encontrado la solidez que prometía, resultados, y una serenidad que le ha convertido en el rival mas incómodo de la escena. Si nunca fue sencillo brillar en la élite, los últimos años tras la pandemia han disparado el nivel de los participantes, cada vez más jóvenes, a imagen del japonés Sorato Anraku, 18 años pero codeándose con los más grandes desde los 16: solo un poco de inconsistencia en el presente curso le ha impedido arrasar en bloque y dificultad. Las vías de las finales femenina y masculina fueron un compendio de la evolución de la escalada de competición: sus actores usan tanto los talones como la punta de sus pies, se miden a movimientos que piden fuerza y resistencia, pero también movimientos puros de bloque, coordinación, pasos de compresión, agarres romos, lectura de vía… todo sobre una estructura brutalmente extraplomada y al servicio no solo de la dificultad sino del espectáculo. “La última que vez que una prueba de la Copa del Mundo se celebró en España (Barcelona, 2011) yo tenía unos siete años, así que para mi era muy importante hacerlo bien aquí”, explicaba Ginés al micrófono de la IFSC. El primero oro olímpico de la historia de la escalada jamás hubiese imaginado que hoy en día Madrid, Barcelona y casi todas las capitales de provincia españolas ofrezcan una lista interminable de rocódromos que han permitido acercar la especialidad a un número ingente de aficionados, entre los que destaca la presencia femenina. Quizá el siguiente gran éxito de éste deporte no sea solo el oro de Ginés sino la presencia regular de escaladoras españolas en las finales de la Copa del Mundo.
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