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Un lacónico Robert De Niro confiesa en Cannes: “La muerte es inevitable, para qué tenerle miedo”

En un encuentro moderado por el fotógrafo y cineasta francés JR, con el que está rodando un documental, el actor habló de su familia y de sus actores favoritos

Robert De Niro, en Cannes, este miércoles.
Gregorio Belinchón

Si fuera del Palacio de Festivales, el público del festival Cannes esperaba este miércoles ansioso —en unas calles abarrotadas de curiosos bajo un sol castigador— la aparición de Tom Cruise con su Misión: Imposible. Sentencia final, dentro el ambiente cinéfilo palpitaba con la posibilidad de que Robert De Niro se encendiera en una charla en la que iba a hablar de su carrera ante 1.000 personas, tras haber recibido la noche anterior la Palma de Oro de honor. En contra jugaban el habitual laconismo del actor, su armadura contra cualquier cuestión y que el moderador era JR, fotógrafo y cineasta francés, que se hizo popular entre la cinefilia por su colaboración con Agnès Varda en Caras y lugares (2017) y que lleva ya tres años filmando un documental sobre su familia. Filmar, filma bien; ahora, preguntar...

Para arrancar material, y centrándose en su parquedad oral, JR le recordó lo que DiCaprio había dicho sobre cómo cada palabra de De Niro cuenta, y el francés le preguntó si es verdad que mide sus declaraciones. “A veces”, respondió con una media sonrisa ante más de un millar de personas que abarrotaban la sala Debussy, la segunda en capacidad del Palacio de los Festivales.

La conversación arrancó con un recuerdo al padre de De Niro, pintor, del que el actor aún mantiene intacto el estudio —“congelado en el tiempo”, explicó JR, que lo visita desde hace años— del artista y cómo JR y De Niro decidieron empezar los diarios de De Niro padre. Poco más le sacó de aquel momento, y de lo que han seguido filmando, proyecto que aún no han acabado y que financia HBO. “No tenemos fecha de entrega, estamos trabajando libremente porque necesitamos tiempo. Hay días que no pasa nada, y en otros salta la chispa. Para mí lo importante es seguir adelante con el documental”.

Robert De Niro y JR, al inicio del encuentro en Cannes.

Tras proyectar 15 minutos de ese filme, en el que JR juega con fotografías inmensas de los padres del cineasta y con todo tipo de tomas de dron, en la pantalla el francés le pregunta: “¿Tienes miedo de morir?“. Y responde: ”Es inevitable, para qué tenerle miedo". Y surge uno de sus gestos de cansancio habituales.

Lo mismo ha pasado cuando han seguido hablando, de nuevo en el escenario. Un ejemplo: “¿Para quién haces este filme, para ti o para tus hijos?“. ”Para todos". No más. O cuando abriendo y viendo telas con pinturas en el estudio, descubrieron que algunas no eran de su progenitor, sino de su madre, Virginia Admiral. que dejó el arte para cuidar de De Niro senior y De Niro junior. “Sencillamente lo había olvidado”... aunque luego sí se explayó algo más sobre su amor por ella.

De Niro usó a menudo los trucos de no oír por el eco o pedir repetir la pregunta para responder lo que le apetecía acerca de su relación con sus padres y su familia. Una esgrima verbal en la que nadie gana al ganador del Oscar por El padrino II y Toro salvaje, que tras un larguísimo parlamento de JR soltó un “Sí, exactamente”. Y se quedó tan a gusto. Lo más que reconoció es que nunca ha abandonado un proyecto. Por ello, seguirá con ello lustros, décadas, según JR, que tampoco se siente cansado del trabajo.

La marca de ‘Esplendor en la hierba’

Con las preguntas del público, entró el aire y la política a la conversación. Una asistente de la república de Georgia le preguntó sobre las autocracias. “La gente sabe perfectamente qué es correcto y justo, y si no lo hace, por supuesto que es consciente de ello. Hay que hacer lo correcto, tomar decisiones que nos mejoren colectivamente”, respondió el neoyorquino de 81 años.

Un hijo de Harry Saltzman, productor de la saga Bond, le habló sobre el problema de lidiar con el legado familiar, y De Niro sonrió, le dio las gracias y encogió los hombros. Al final, explicó que el documental tenía también “algo de terapia”. Aconsejó que en la actuación se sigan los instintos y que le gusta lo de ir al cine por mantener “una tradición”. Sobre el futuro del cine, confesó que no tiene “ni siquiera una teoría”. ¿Su trabajo ha influido en su personalidad? “No estoy seguro de poder responder a ese pregunta, pero sí sé que para actuar ayudan las experiencias vitales, y que cuando envejezco tengo más herramientas”.

Robert De Niro, en el encuentro.

Marlon Brando, Montgomery Clift, James Dean o Laurence Olivier. Esos fueron los nombres que De Niro pronunció cuando le preguntaron por sus referentes en sus inicios. “Ya está, ¿quieres más? [...]. La primera película que realmente me marcó fue Esplendor en la hierba, cuando la vi con 18 años... Antes, con 15, 16 años había visto muchas otras: Centauros del desierto, Raíces profundas... Pero la de Kazan me empujo a la actuación". ¿De verdad no le tiene miedo a la muerte? “Sí que se lo tengo, pero no tenemos elección y eso me lleva a afrontarla de otra manera”.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.
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