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delincuencia en Chile

La muerte de Esteban a los 12 años desgarra a Chile

Más de 3.500 personas asisten al funeral del niño, cuyo furgón escolar fue arrollado por el automóvil en el que huían dos delincuentes en un país que atraviesa una crisis de seguridad

Ana María Sanhueza

La muerte de Esteban H., de 12 años, ha conmocionado a Chile. La tarde del pasado lunes, después de terminar sus clases en el colegio Rafael Sanhueza Lizardi, en el municipio de Recoleta, en la zona centronorte de Santiago, viajaba a su casa en un furgón escolar junto a otros cinco compañeros. Al mismo tiempo, dos delincuentes perseguidos por un civil que se hacía pasar por un policía huían en un automóvil tras robar un teléfono móvil en la calle. Los dos vehículos chocaron. Esteban no sobrevivió.

Las imágenes tras el choque, ocurrido poco después de las cuatro de la tarde en las calles Santos Dumont con Humorista Carlos Helo, fueron divulgadas por redes sociales. Mostraban a los transeúntes dando la vuelta el furgón y rescatando a los niños. Otros trataron de atacar a los delincuentes, que tenían antecedentes penales y habían consumido cocaína, cuando aún estaban en el automóvil. “¡Mataste a un niño!”, gritó un hombre desesperado. El conductor, el tío Pedro, que transporta a alumnos desde hace casi cuatro décadas, es uno de los heridos.

El caso ha impactado a Chile, que atraviesa una crisis de seguridad que se ha agudizado por la irrupción de bandas de crimen organizado transnacionales. La delincuencia es la principal preocupación de la ciudadanía según todas las encuestas, lo que se refleja también en que el tema lidera las propuestas de los candidatos presidenciales que compiten en la elección del 16 de noviembre, de la izquierda a la ultraderecha.

El dolor de todo el país se ha hecho notar con la muerte de un niño que en diciembre debería haber terminado su sexto básico. Por la tarde del lunes, el colegio cerró sus puertas, suspendió las clases y gestionó apoyo psicológico para los estudiantes. Su fachada se llenó de globos blancos y velas. Llegaron padres y vecinos del sector pidiendo justicia. Allí, una apoderada relató, con la voz quebrada, que cuando se enteró del accidente fue rápidamente al lugar: “Vi al tío Pedro. Fue terrible. Los niños estaban refugiados en una tienda. Mi hija corría de un lado a otro y me dijo: ‘Mamá, falta Esteban”.

Por la noche, un centenar de vecinos de Recoleta protestaron en la calle y organizaron una velatón. También, desde sus departamentos golpearon ollas y cacerolas, algo que en Chile se hace solo cuando la gente está dolida. Y agotada.

Boric: “Desgarra el alma de Chile”

El lunes, apenas se enteró del caso de Esteban, el presidente Gabriel Boric dijo en su cuenta de X que la muerte del niño “desgarra el alma de Chile”. También se pronunciaron los tres candidatos que lideran las encuestas a La Moneda: Jeannette Jara, de la izquierda; José Antonio Kast, de la derecha radical, y Evelyn Matthei, de la derecha tradicional.

La muerte de Esteban es vista por muchos chilenos más como un crimen que un hecho fortuito. Al respecto, Boric dijo que, aunque la tasa de homicidios ha descendido desde que su Gobierno asumió —el último reporte oficial reveló que el primer semestre de 2025 hubo 511 casos versus los 585 en la misma fecha en 2024-, que no se conforma con eso “mientras siga muriendo un niño como Esteban”. Un niño, agregó, que “falleció en un accidente de tránsito, pero que no es un accidente, porque dos delincuentes estaban escapando y chocaron el furgón escolar”.

El mandatario se reunió el martes con la familia de Esteban en el Servicio Médico Legal (SML): “Es lo más desgarrador que me ha tocado. No lo podemos tolerar. Tenemos que tener no solo empatía, sino trabajo firme para que este tipo de cosas no sucedan. Cada muerte nos duele, no son solamente números, no son solamente cifras”, dijo.

Atacados en la cárcel

Los delincuentes, Iván Esteban Gómez Obreque, de 28 años, y Claudio Enrique Gaete Quiroz, de 31, fueron imputados este miércoles por la Fiscalía por el homicidio consumado de Esteban y por otros siete homicidios frustrados. Además, por robo con violencia en contra de una joven a quien le sustrajeron el teléfono móvil. También fue detenido por Carabineros por usurpación de funciones José Luis del Real, de 75 años. Aunque vestía de civil, dijo ser alguacil de la policía, una especie de colaborador: perseguía en su automóvil a Gómez y Gaete. Fue liberado y, según el ministerio público, “en principio”, su conducta no influyó en el accidente.

Gómez y Gaete fueron llevados a la cárcel Santiago 1. Allí otros presos intentaron quemar su celda. Las amenazas fueron transmitidas desde un teléfono móvil, pese a que en abril el Ministerio de Justicia implementó una sofisticada tecnología de antenas inhibidoras de llamados para tres penales. El hecho generó controversias y el ministro de Seguridad, Luis Cordero, explicó a T13 radio que el sistema sí funciona, pero que hay algunos aparatos operativos para otros fines, entre ellos, la investigación criminal.

Esteban era parte del Club de Conquistadores Istemi, de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. La comunidad lo despidió en su cuenta de Instagram, donde publicó un video recordándolo: “Hoy tenemos tristeza en nuestro corazón, pero con la certeza en la bendita esperanza de volver a ver a nuestro Aventurero y Conquistador”.

Su hermano mayor, Miguel, de 19 años, ha dicho que sus padres están devastados. Describió a Esteban como el mejor hermano que pudo tener: “Era un niño feliz, inocente, honesto. Estoy completamente convencido que él era una persona que ya no existe. Creo que él era más de lo que hay en el mundo“.

“Que haya estado el presidente de la República en este hecho, me hace ver que el Esteban es impresionante. Yo lo describiría como un ángel que estuvo entre nosotros y ahora le toca estar allá arriba cuidándonos”, dijo Miguel a Canal 13. “Él [Boric] se ha portado un 7 [la calificación máxima de evaluación escolar] con mi familia”.

Al funeral de Esteban, este jueves, fueron más de 3.500 personas. El cortejo arrancó en su casa, y se detuvo en su colegio, mientras por las calles le lanzaron flores a la carroza fúnebre. En el cementerio, el Parque del Recuerdo, varios lienzos reflejaban el dolor. Uno de ellos decía: “Todo Chile llora por su triste partida, pequeño”.

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Sobre la firma

Ana María Sanhueza
Es periodista de EL PAÍS en Chile, especializada en justicia y derechos humanos. Ha trabajado en los principales medios locales, entre ellos revista 'Qué Pasa', 'La Tercera' y 'The Clinic', donde fue editora. Es coautora del libro 'Spiniak y los demonios de la Plaza de Armas' y de 'Los archivos del cardenal', 1 y 2.
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