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Rodrigo Galilea: “Chile lleva ya demasiados años en una situación polarizada de la que urge salir”

El presidente de Renovación Nacional (RN), partido de la derecha tradicional chilena, analiza las presidenciales 2025. Confía en el repunte de su candidata, Evelyn Matthei, y reivindica la política de los acuerdos de la Transición

Rodrigo Galilea
Rocío Montes

La derecha chilena vive momentos relevantes. Cuando faltan tres meses para las elecciones presidenciales, que definirán la sucesión del mandatario de izquierdas Gabriel Boric, la oposición se encuentra en una posición expectante y con altas probabilidades de regresar al Gobierno. Pero no existe solo una derecha chilena, sino al menos tres: la tradicional agrupada en la coalición Chile Vamos (una alianza compuesta por los partidos UDI, RN y Evópoli), la conservadora del Partido Republicano -cuyo líder, José Antonio Kast, se presenta por tercera vez como candidato a la Presidencia- y la libertaria, agrupada en torno a Johannes Kaiser, la de mayor radicalidad. El senador Rodrigo Galilea (58 años, Santiago) pertenece a la primera derecha, la que tuvo un papel relevante en la transición democrática, pero que se encuentra fuertemente desafiada. Preside el partido RN -Renovación Nacional-, que en las últimas semanas ha enfrentado tensiones internas por dirigentes que públicamente han apoyado al candidato Kast y no a la abanderada de este sector político, Evelyn Matthei, la favorita por meses para llegar a La Moneda en marzo de 2026, pero que ahora se encuentra tercera en las encuestas. Si las elecciones fueran hoy, los que pasarán a segunda vuelta son Kast y la candidata del oficialismo, Jeannette Jara, militante comunista, que ha logrado levantar una postulación competitiva. Es de lo que Galilea conversa con EL PAÍS, en un diálogo sostenido por videoconferencia, cuando el senador se encontraba el viernes en una ciudad de la zona que representa en el Congreso, Talca, a unos 270 kilómetros al sur de Santiago de Chile.

“A tres meses de las elecciones presidenciales y parlamentarias del 16 de noviembre, hay pocas dudas de que el cambio político hacia la oposición, hacia la derecha, se va a concretar”, analiza el abogado. Asegura, además, que su candidata, Matthei, es la que representa a “la derecha que sabe sacar al país del clima de polarización” que impera en Chile desde el estallido social de octubre de 2019. “Es un círculo vicioso del que hay que tratar de salir, porque, de lo contrario, las políticas en materia de seguridad, migración o económicas no se podrán instalar de manera permanente y con suficiente adhesión social”.

P. ¿No cree que la candidatura presidencial de la izquierda tenga posibilidades?

R. Por supuesto que uno nunca puede desechar algo de plano, pero considero que es extremadamente difícil que Jeannette Jara pueda llegar a ser Presidenta de Chile.

P. ¿Por qué?

R. Básicamente, porque es la continuadora de este Gobierno. Y no solamente es la continuadora, sino que ella representa al ala más de izquierda de los partidos que apoyan a este Gobierno. Si bien ella pueda tener características personales, de mucha empatía y simpatía, ser la continuadora le pesa demasiado.

P. Jara aparece en muchas encuestas en el primer lugar de la primera vuelta presidencial.

R. Pero no hay que confundirse: al ganar la primaria oficialista, naturalmente consolida el voto de buena parte de ese mundo que siempre ha sido fiel a este Gobierno y que ronda alrededor de los 30 puntos de apoyo. Como el mundo de la oposición lleva cuatro o cinco candidaturas, por supuesto que ella aparece liderando en algunas encuestas que miden la adhesión en primera vuelta. No hay que olvidarse, sin embargo, de que nunca marca algo muy distinto del 30%. Es tan fuerte el impulso en Chile de hacer un cambio de mano en la conducción del país, que no tengo muchas dudas de que ocurrirá.

P. Chile enfrentó dos procesos constitucionales fallidos: uno liderado por la izquierda radical y otro por la derecha radical. Se habló de la moderación chilena, que dijo no a ambas propuestas. Pero ahora nuevamente, la presidencial está polarizada, entre Kast y Jara. ¿Cómo se lo explica?

R. Efectivamente, es contraintuitivo el resultado de los dos procesos constituyentes con la situación electoral de hoy, cuando los dos polos se están llevando la atención de la ciudadanía. Pero, con mejoras en la campaña. Evelyn Matthei puede hacer la diferencia: diagnósticos claros, serenidad y fuerza para gobernar, pero, a la vez, la posibilidad de dialogar y de dejar de tensionar al país. Llevamos ya demasiados años en una situación polarizada de la que urge salir.

P. ¿Son tan distintos Kast y Matthei o, finalmente, no tanto?

R. Si uno mira la actitud en el Congreso de los partidos de Chile Vamos y del Partido Republicano, uno puede descubrir dónde están las grandes diferencias: el modo de hacer política, de lo que entendemos por hacer política. Si uno observa al Partido Republicano y sus votaciones, suelen ser una oposición completamente radical que niega la sal y el agua. Nada que venga del Gobierno están dispuestos a apoyarlo. Esto tiene efectos en la política, naturalmente, porque se instala una especie de círculo vicioso en que el país no logra avanzar absolutamente en nada. Nosotros hacemos en este aspecto una distinción muy grande. Porque una cosa es ser oposición y señalar que algo no está bien, que el Gobierno tiene que mejorar, que no está abordando tal problema o tal otro. Pero como oposición siempre hemos querido ser, a la vez, propositivos. Entendemos cuáles son los desafíos del país y que no nos podemos sentar simplemente a decir que no. La transición democrática de Chile tuvo mucho de política de los acuerdos y por esa razón tuvo el éxito que tuvo. Nosotros no solamente somos herederos de esa historia, sino que creemos que hay que profundizarla.

P. ¿Tiene diferencias su sector político con el Partido Republicano respecto al legado de la dictadura?

R. Respecto del Gobierno militar, probablemente por cada 10 personas vas a tener 10 opiniones o matices distintos respecto de lo que ocurrió. Así que no me gustaría generalizar por ahí la diferencia entre unos y otros.

P. ¿Pero no sería correcto decir que el Partido Republicano no ha sabido cortar con la dictadura a diferencia de ustedes?

R. Para ser honesto, no lo sé. No tengo claridad de si hay pronunciamientos oficiales o no oficiales del Partido Republicano en esa en esa materia. Así que sería injusto decir algo... Probablemente hay muchos que se sienten muy deudores del Gobierno militar. Pero me sentiría haciendo una generalización de la cual no estoy seguro de ser estrictamente justo.

P. ¿Hay muchos que se sienten deudores en el Partido Republicano o en el suyo?

R. En el Partido Republicano. Pero no descarto también que haya gente que se siente muy deudora en otros partidos y por eso es que prefiero no hacer generalizaciones en esa en esa materia.

P. En una campaña anterior (2017), Kast dijo que si Pinochet estuviera vivo votaría por él.

R. No conozco esa declaración y no sé si piensa lo mismo. Paso en esa materia.

P. ¿Y si Pinochet estuviera vivo votaría por Evelyn Matthei?

R. No tengo ni idea. No sé. Soy malo para la ciencia ficción.

Evelyn Matthei

P. Usted explica que el de la derecha tradicional es un proyecto político diferente al del Partido Republicano, pero muchas figuras de importancia de la derecha chilena, como la viuda del presidente Sebastián Piñera, ya han anunciado que si Kast es el que pasa a segunda vuelta votarán por él.

R. Espero, y creo que tenemos el tiempo y la candidata la fuerza para, efectivamente, ser nosotros quienes pasemos a segunda vuelta.

P. Parece difícil dada la diferencia que tiene Evelyn Matthei con Kast, son muchos puntos (11 contra 29, de acuerdo a la última encuesta Cadem, por ejemplo).

R. Creo que todavía hay una cosa muy líquida en el voto chileno. Y, por tanto, nosotros nos estamos jugando completamente por nuestro proyecto político. Si ganamos nosotros, fantástico y seguimos en segunda vuelta. Si nosotros no somos los que pasamos al balotaje, naturalmente que el escenario cambia. Y debemos preguntarnos, ¿cuál de los proyectos políticos en competencia está más cerca del propio? Y no tengo ninguna duda de que en Renovación Nacional jamás vamos a votar por Jeannette Jara, por una militante del Partido Comunista que representa el ala más izquierda de la política de este país. Y por lo tanto, evidentemente, vamos a votar por quién haya ganado la posibilidad de ir a la segunda vuelta desde la oposición.

P. ¿Qué implicaría aquello?

R. Nos vamos a sentar con quién haya logrado eso -si es que no somos nosotros-, porque nos interesa que parte de nuestro proyecto político sea recogido por esa candidatura que vamos a apoyar en segunda vuelta y que sería distinta a la nuestra. Esas son conversaciones que vamos a tener que tener en su momento, pero por ahora toda nuestra concentración está en sacar adelante la candidatura de Evelyn Matthei y la lista parlamentaria de Chile Vamos. Espero que más Demócratas.

P. ¿Qué errores ha cometido la campaña de Matthei?

R. Las campañas -y creo que todas las campañas son así-, pueden tener altos y bajos. Hay campañas que salen más fáciles de hacer y otras que salen más difíciles. Pero en los tres meses que quedan, que es la campaña real, no se puede mostrar ningún tipo de ripio. Tiene que haber un mensaje totalmente consistente en la forma y en el fondo y lo vamos a poder hacer.

P. ¿Los problemas se han generado por falta de equipos, de proyecto o por la personalidad de la candidata?

R. Todos los candidatos cometen errores, todos. Es imposible pasar sin una frase desafortunada, sin un enojo desafortunado, sin quizás decir una broma que se lee mal, en fin. Nadie está libre de eso. Quizás la autocrítica más fuerte que yo me hago es que Evelyn Matthei haya entrado durante un periodo más o menos largo a una política de demasiada contingencia del día a día, cuando lo que la gente habitualmente veía en ella era una persona con un liderazgo que estaba un poco por encima de ello. Y en lo que queda, creo que los esfuerzos se enfocarán en mostrar que esa Evelyn Matthei está intacta. Si ella vuelve a mostrar ese perfil -que fue el que la tuvo por mucho tiempo en el primer lugar de las encuestas- puede volver a liderar y pasar a la segunda vuelta.

P. ¿En qué posición queda la derecha chilena cuando un empresario como Nicolás Ibáñez asegura que “no va a haber financiamiento” si la derecha tradicional y el Partido Republicano no presentaban una lista única al Parlamento, algo que finalmente no ocurrió?

R. La entrevista de Nicolás Ibáñez me parece desafortunada desde casi cualquier punto de vista. No sé por qué hay personas que creen que poniendo la billetera por delante pueden llegar a pensar que todos los partidos políticos van a hacer lo que ellos dicen. Me parece muy alejado de la realidad y profundamente desafortunado. Detesto, en lo personal, ese tipo de declaraciones. Si él creía que le estaba haciendo un favor al sector político al que él señala pertenecer y al que teóricamente quiere ayudar, la verdad es que hizo exactamente todo lo contrario.

P. ¿Por qué?

R. Porque aparece dando la impresión -una impresión que entre otras cosas además es falsa- que se hace lo que él quiere porque él pone plata. Y eso me parece que es uno absolutamente falso. Dos, absolutamente errado. Tres, absolutamente desafortunado hacia lo que él teóricamente dice querer ayudar. Por lo tanto, detesto ese tipo de declaración.

P. ¿No está la derecha política chilena amarrada a la derecha económica?

R. En toda mi vida de político, jamás he recibido una presión, ni siquiera una insinuación de que por dinero se deba optar por una u otra alternativa, para nada. Y siento que los políticos en general sienten esa total independencia.

P. ¿La llegada del empresario Juan Sutil al comando y a la campaña de Evelyn Matthei es una intervención?

R. No. En los análisis de comando de campaña, se van evaluando distintas fortalezas, dónde poner incentivos, qué personas pueden colaborar más. El propio Diego Paulsen, que es el jefe de campaña, y que tiene una relación muy antigua y de mucha confianza con Juan Sutil y con Juan Antonio Coloma, sugirió que habláramos con ellos. Esto no es un one-man show, sino que son equipos y, mientras más sólido ese equipo, mejor.

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Sobre la firma

Rocío Montes
Es jefa de información de EL PAÍS en Chile. Empezó a trabajar en 2011 como corresponsal en Santiago. Especializada en información política, es coautora del libro 'La historia oculta de la década socialista', sobre los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. La Academia Chilena de la Lengua la ha premiado por su buen uso del castellano.
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