Cumbia, frío e incertidumbre: los candidatos de izquierda cierran sus campañas para definir al presidenciable

Este jueves en la noche ha comenzado oficialmente la cuenta regresiva para las primarias que definirán al candidato de la izquierda chilena que enfrentará a las derechas en las elecciones presidenciales del 16 noviembre. Con actos en distintos puntos de un Santiago invernal, los aspirantes a La Moneda intentaron inyectarle la última cuota de temperatura a una campaña que comenzó fría, pero que dio vuelta los ánimos del sector gracias a la creciente competitividad entre Carolina Tohá, socialdemócrata, y Jeannette Jara, comunista. Tantos ellas, como el diputado del Frente Amplio, Gonzalo Winter, tercero en las encuestas, lograron convocar a unas 500 personas en sus respectivos cierres con música, baile, y una petición: que acudan a las urnas este domingo y lleven a la mayor cantidad de gente posible. Y es que la participación va a definir el ánimo para hacer frente a las dos principales candidaturas de las derechas, Evelyn Matthei y José Antonio Kast, que lideran todos los sondeos de preferencias.

Tohá recordó en el Parque Forestal, frente al Museo de Bellas Artes, en el centro de la capital, que cuando arrancó su candidatura en marzo, tras renunciar al ministerio del Interior del Gobierno de Gabriel Boric, no estaba garantizada la primaria, ni cuántas formaciones la apoyarían. El domingo son cuatro los candidatos respaldados por ocho partidos de un solo pacto que intentarán hacer participar, al menos, a las 1.750.000 personas que acudieron a las urnas para la primaria entre Boric y el comunista Daniel Jadue de 2021. Si participan menos de 1.500.000 millones, el escenario para la izquierda se complejiza para la segunda vuelta, y si superan los 2.000.000 -su apuesta-, comenzarán con un buen pie la nueva etapa de campaña que se inicia el lunes 30.

“Cuando empezamos la campaña nos pusimos una meta ambiciosa: cambiar el juego que había, donde estaba prácticamente escrito lo que venía por delante”, dijo afónica Tohá, con casi cuatro décadas de trayectoria en política, en alusión a que se daba por descontado el triunfo de la derecha. “Hoy la ciudadanía se dio cuenta que hay una decisión relevante en esta elección”, añadió ante un grupo mayoritariamente de más de 40 años, con rostros conocidos del mundo de la cultura y líderes de los distintos partidos de la centroizquierda que la apoyan. También remarcó que ha respondido a todas las preguntas, una crítica que se la he hecho a su principal competidora, Jara, y que hablando “con la verdad” han logrado construir “una esperanza de verdad. Esa que tiene los pies en el suelo y la mirada bien en lo alto”.

Según las últimas encuestas -algunas de ellas no públicas, por la ley que lo impide-, Jara, administradora pública y abogada, corre con ventaja frente a la candidata del Socialismo Democrático. La carta del Partido Comunista decidió cerrar su campaña en distintas estaciones del Metro de Santiago, que abarcó cuatro comunas: la partida fue en la Plaza de Puente Alto, en uno de los municipios más vulnerables de la Región Metropolitana y el con mayor población -su alcalde, el independiente Matías Toledo, le dio su apoyo-. Y culminó con un acto en una plaza al costado de la estación Barrancas, en Pudahuel: su alcalde independiente, Ítalo Bravo, también le dio su respaldo.

La exministra del Trabajo de Boric, militante desde los 14 años en el PC, ha remarcado en su campaña su origen popular, pues creció en una población en la comuna de Conchalí. Inició su candidatura con ese relato, cuando recalcó que no venía de “la élite”, sino “del Chile real”, y lo reiteró esta tarde durante el cierre. A diferencia del exalcalde comunista de Recoleta, Jadue, que perdió frente a Boric en las primarias de la izquierda de 2021, Jara y su equipo han realizado una campaña poco tradicional para el PC, marcada por el uso de colores rosa, verde, lila y rojo, como las banderas que esta tarde hicieron ondear sus adherentes.

En su discurso, Jara puso énfasis en el crecimiento, la seguridad, la educación y los derechos sociales. También se refirió al día siguiente de la elección y dijo que, si no gana, “vamos estar detrás de quien gane, con honor y lealtad”. Pero, si se convierte en candidata este domingo, señaló que lo primero que hará este lunes será juntarse con quienes no piensan “como nosotros, con los que no están en este acto: a ellos tenemos que escucharlos”. Entre los asistentes, con gran presencia de jóvenes, una mujer recordó que en 1999 votó en la presidencial “por la Gladys”, la histórica presidenta del PC, fallecida en 2005. Un poco más allá, Luis González, de 60 años, estrenaba un cartel amarillo escrito a mano en que llamaba a votar por Jara. En su teléfono móvil muestra a EL PAÍS una foto junto a Jara que logró tomarse esta semana.

Entre los que fueron a apoyar a Tohá al Parque Forestal, había distintas trayectorias de votos. Había unos, como Claudia Hasbún, de 45 años, o Felipe Cárcamo, de 32 años, que en la elección pasada dieron su apoyo a Boric y en esta no votarán por Winter, del Frente Amplio, sino por la socialdemócrata. Destacan que es la que tiene más opciones de ganar a la derecha, con experiencia y al ser una opción moderada, puede ser más convocante. “Además, como fue ministra del Interior de Boric, puede representar una continuidad un poco más madura de ese proceso”, apuntan. Los mayores de 60 que, bien abrigados por el frío, comentaban que eran militantes radicales, socialistas o del Partido por la Democracia (PPD) -la formación de Tohá- de toda una vida.

Alicia, una mujer mayor que prefirió no dar su apellido ni edad, destacó que, en un mundo con tanta incertidumbre política y con el auge de la ultraderecha en varios países, la candidata de la socialdemocracia es, a su juicio, la única que tiene las credenciales para atajar la llegada de Kast a La Moneda. El ambiente del cierre no era épico, ni de muchos cánticos. Sobre las 19.00 y cuando llegaba la candidata, el animador advirtió en el micrófono: “Necesitamos que esto se prenda”. Luego del discurso de Tohá, se subió al escenario la Banda de Todos, con unas cumbias alegres en la noche fría.

En paralelo, en la entrada de la sede del Frente Amplio, en la calle Esmeralda de Santiago centro, el candidato Winter afirmaba: “Debemos dejar atrás recetas del pasado, ya sea uno radical o uno moderado, pasado es al fin y al cabo”. En un cierre donde estuvo acompañado de figuras del partido en el que milita el presidente Boric hubo música, tocó la banda de cumbia Tomo como Rey; y se bailó cueca, la danza típica de Chile. En su discurso ante un público mayoritariamente joven, el diputado progresista indicó que quería seguir construyendo progresismo con Tohá, Jara y Mulet en el futuro. “Valoremos la coalición que hemos construido, porque no fue fácil”, apuntó a un costado de la sede de su partido, cuya fachada estaba cubierta con una bandera de Chile, otra de Palestina, y una gran pancarta: “Frente Amplio, de frente al futuro”.

“¡Gonzalo avanza con fuerza y esperanza!”, se escuchaba corear a sus simpatizantes, entre los que había incertidumbre. Mateo Pizarro, de 24 años y estudiante universitario, decía que votaría por él porque representa la continuidad de la Administración de Boric: “Ha sido un buen Gobierno porque consiguió acuerdos entre la izquierda y la derecha, aunque algunos digan que es amarillo por eso. Winter no lo tiene fácil este domingo, pero quiero que gane porque no me gusta Tohá, la veo muy cuadrada; y Jara es mi otra opción”.