La derecha tradicional chilena no logra ponerse de acuerdo para una primaria: Evelyn Matthei llegará directo a la papeleta
La candidata de Chile Vamos busca responsabilizar a Kast y Kaiser, de la extrema derecha, por negarse a competir. Serán dos meses en que los postulantes de las izquierdas tendrán una alta visibilidad


La candidata presidencial Evelyn Matthei, de la derecha tradicional chilena, ha anunciado que Chile Vamos, su coalición, no tendrá elecciones primarias, por lo que llegará directo a la papeleta de las votaciones del 16 de noviembre. La decisión se tomó después de que el bloque opositor no lograra llegar a un acuerdo para concretar una primaria, algo que empujó durante meses la exalcaldesa de Providencia, exministra del primer Gobierno de Sebastián Piñera (2010-2014). La economista es el nombre mejor posicionado para llegar a La Moneda, según todos los sondeos, sin embargo, tras una serie de errores estratégicos y de erráticos anuncios respecto de la realización de primarias, tanto en la encuesta Cadem como en la Criteria ha presentado una baja de tres y seis puntos, respectivamente, lo que preocupa a los partidos que la apoyan: la UDI, donde milita, y RN y Evópoli. No han sido, precisamente, días afortunados para Matthei.
La primaria original que empujaba Matthei era para medirse con los candidatos de la extrema derecha, el republicano José Antonio Kast, quien se presenta por tercera vez a la Presidencia, y el diputado y líder del Partido Nacional Libertario Johannes Kaiser, pero desde el comienzo ninguno estuvo dispuesto a competir: ambos anunciaron sus intenciones de llegar directo a la primera vuelta. Por ello, Chile Vamos impulsó, hasta este fin de semana, unas elecciones a las que se sumaron, de un día para otro, nombres que no eran competitivos, lo que reveló improvisación en el conglomerado: el exalcalde de La Florida Rodolfo Carter y los senadores Francisco Chahuán, quien renunció precipitadamente tras 35 años de militancia a Renovación Nacional (RN) para presentarse como independiente (desafiando a la ley “antidíscolos” que obliga a los militantes a dejar sus militancias un año antes), y Luciano Cruz-Coke, de Evópoli, quien se bajó de la postulación. Según ha dicho Chahuán al diario La Segunda, fue la propia Matthei quien lo invitó a competir.
El plan B de Chile Vamos se transformó, a la larga, en una primaria que, a todas luces, parecía artificial. Y fue la propia candidata quien anunció que no habría elecciones en la derecha tradicional, y busca endosar esa responsabilidad a la ultraderecha. “Todos saben que desde hace meses he pedido primarias amplias. A Chile entero le consta que he sido bastante insistente en esta materia, porque es evidente que haber hecho una primaria amplia nos hubiera permitido ganar en primera vuelta, pero además tener mayoría en la Cámara de Diputados como en el Senado (...) Desafortunadamente, tanto José Antonio Kast como Johannes Kaiser se han negado, haciendo imposible ganar en primera vuelta”, dijo Matthei. “Exploramos distintas alternativas, pero la verdad es que ninguna nos aseguraba una unidad representativa que los chilenos nos reclaman. Así que hoy, dado todo lo que ha sucedido, lo responsable y lo correcto es competir en primera vuelta”, agregó.
La determinación se produce a pocos días de que se acabe el plazo para la inscripción de candidatos a las primarias, el 29 de abril y, según admitió el presidente de la UDI, Guillermo Ramírez, “es un fracaso para nuestro sector el no haber sido capaces de tener primarias presidenciales amplias”. “Teníamos la opción de ganar en primera vuelta con mayoría parlamentaria, pero algunos no quisieron tomar esta oportunidad”, dijo. En un comunicado público, Chile Vamos señaló que “no hubo voluntad por parte de Republicanos y de Nacional Libertarios para competir unidos en primera vuelta y en la elección parlamentaria. La unidad simplemente no fue posible” y que “se ha perdido la oportunidad de vencer unidos a una izquierda dividida”.
En contraposición con Chile Vamos, la izquierda sí iría a primarias, que se desarrollarán a finales de junio, aunque a varias bandas. El Frente Amplio, la coalición del presidente Gabriel Boric, ha levantado la candidatura del diputado Gonzalo Winter; el Partido Comunista, la de la exministra del Trabajo Jeannette Jara y el Socialismo Democrático, parte del oficialismo, pese a que sus formaciones han tenido una alianza histórica desde el retorno a la democracia, van hasta ahora por separado: la exministra del Interior Carolina Tohá, del PPD —quien este fin de semana obtuvo el respaldo del expresidente Ricardo Lagos y su esposa Luisa Durán— competirá con la senadora y líder del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, quien es cercana a la expresidenta Michelle Bachelet.
Así, mientras las izquierdas durante dos meses tendrán una alta visibilidad pública pues estarán en campaña y desplegando sus propuestas, Matthei seguirá sola en su carrera a La Moneda en representación de Chile Vamos. La economista, aunque fue proclamada oficialmente en enero, está en campaña a La Moneda desde que salió de la alcaldía de Providencia el 6 de diciembre, es decir, hace cuatro meses, por lo que restan otros siete por delante que, según analistas, podrían ser complejos y desgastantes. Sus planes inmediatos, que los ha anunciado al mismo tiempo que informó que su conglomerado no tendrá elecciones, serán presentar, en los próximos días, a los equipos que la acompañarán en el despliegue “a través de todo Chile, en forma muy intensa, para tanto las elecciones de noviembre como diciembre”.
La última semana la abanderada de la derecha tradicional ha tenido varios traspiés. El último de ellos fue cuando en una entrevista en la radio Agricultura el pasado 16 de abril, que duró una hora y media y en la que abordó diversos temas, habló sobre el golpe de Estado de 1973. “Mi posición es que no había otra [alternativa] Que nos íbamos derechito a Cuba. Yo lo que quiero señalar es que probablemente al principio, en 1973 y 1974, era bien inevitable que hubiesen muertos, pero ya en el 78, el 82, cuando siguen ocurriendo, ahí ya no, porque había control del territorio”. Fue una frase que le impugnan tanto los abanderados de las izquierdas como el mandatario chileno, quien a través de su cuenta de X dijo: “El golpe de Estado en Chile no es justificable. La dictadura fue criminal e ilegítima desde 11 de septiembre de 1973 hasta el 11/03/1990. Nada justifica los asesinatos, los desaparecidos, las torturas, el exilio. Ni el 73, 74, 83, 85, o el año que sea. Democracia siempre”.
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