Venezuela abre (20 años después) la primera fábrica de municiones de Kaláshnikov en América
La estatal rusa Rostec aseguró que se fabricarán 70 millones de cartuchos anuales para las Fuerzas Armadas venezolanas


El Gobierno venezolano ha puesto en marcha la primera fábrica de Kaláshnikov de América, en la ciudad de Maracay, en la región central, a una hora de Caracas. Las primeras cuatro líneas de producción están operando para la fabricación de municiones de los fusiles de asalto rusos AK 103, según ha informado la Corporación Estatal Rostec. Se trata de un viejo proyecto geopolítico de Hugo Chávez que ha cristalizado casi 20 años después, en un escenario en el que Rusia y Venezuela están estrechando la cooperación.
La información difundida por la empresa rusa en una nota de prensa detalla que dos líneas de producción puestas en funcionamiento están dedicadas al ensamblaje de munición con núcleo de acero y otras dos son para la fabricación de balas trazadoras y cartuchos de fogueo de cartuchos de 7,62x39 milímetros. “La empresa producirá hasta 70 millones de cartuchos anuales y aumentará significativamente el potencial de defensa del país, proporcionando a Venezuela con munición de producción nacional”.
Rosoboronexport, agencia estatal responsable de las exportaciones del complejo militar industrial ruso, construyó la fábrica que permitirá dotar a la Fuerza Armada de Venezuela y elevar su capacidad de defensa. Desde 2006, el país sudamericano ha incorporado armamento y equipamiento militar, como aviones de caza Sukhoi y helicópteros de Rusia. El inicio de operaciones de esta fábrica marca un hito en el estrechamiento de las relaciones militares entre estos socios. La agencia rusa aseguró que la concreción de este proyecto significó un desafío por las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea en contra de ambas naciones. También ocurre en medio de la guerra de Rusia contra Ucrania. El director ejecutivo de Rostec, Sergei Chemezov, sancionado por Estados Unidos, denunció en 2019 que Washington estaba interfiriendo en la construcción de esta planta de kaláshnikovs.
El complejo industrial, ubicado dentro de Cavim (la empresa estatal de defensa venezolana), también incluye otras estructuras auxiliares como campos de tiro y almacenes. “Próximamente se planea poner en marcha otras instalaciones de producción, lo que garantizará un ciclo completo de producción de munición y fusiles de asalto kaláshnikov para el Ejército venezolano, la policía y otras fuerzas del orden”, dijo Oleg Yevtushenko, directivo de Rostec en el comunicado difundido. “Este es un paso importante en el desarrollo de la cooperación tecnológica con nuestro socio clave en Latinoamérica”.
Hace unas semanas, los ministros de Defensa, Vladimir Padrino, y de Industria y Producción Nacional, Alex Saab, hicieron una inspección a las obras finales en la planta. Durante la visita ejecutaron el programa de pruebas en la estación de control y pruebas para confirmar la calidad de los productos fabricados.
En mayo, Vladímir Putin y Nicolás Maduro se vieron en Moscú, donde firmaron un nuevo acuerdo de cooperación estratégica en seguridad y defensa, uno de más de una treintena de convenios suscritos en los últimos 20 años. Entre los temas que se hablaron durante la conmemoración de los 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial estuvo el de la fábrica de fusiles de asalto y del Centro de Mantenimiento y Reparación de Helicópteros Multipropósito, que fue puesta en operaciones 2023 en el estado Portuguesa, después de 17 años de retraso en su terminación.
La nueva asociación —que se selló con el levantamiento de un enorme monumento en Caracas para honrar a los soldados soviéticos— incluye la promoción de iniciativas conjuntas dentro del mercado petrolero de la OPEP y el Foro de Países Exportadores de Gas; la exploración y desarrollo de nuevos yacimientos de petróleo y gas en sus empresas conjuntas; la ampliación las operaciones de comercio de petróleo; y la oposición conjunta a la imposición de sanciones económicas.
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